Séptimo Domingo de Pascua: La Ascención del Señor

Ascención de Jesús
La Ascención de Jesús, por John Singleton Copley – abcgallery.com, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=11222497

La Pascua está por terminar, y hoy estamos en el séptimo domingo, en el que celebramos la Ascención del Señor a los cielos.

En la lectura de hoy, Jesús está despidiéndose de sus discípulos, minutos antes de ser arrestado. Les está dando un mensaje de lo que deben de hacer una vez que Él ya no esté con ellos. Dice el Evangelio de San Juan:

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: “Padre Santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me diste; yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el que tenía que perderse para que se cumpliera la escritura.
Pero ahora voy a tí, y mientras aún estoy en el mundo, digo estas cosas para que mi gozo llegue a su plenitud en ellos. Yo les he entregado tu Palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo, como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la Verdad. Tu Palabra es la Verdad. Así como tu me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Yo me santifico a mi mismo por ellos para que también ellos sean santificados en la Verdad”.

Los discípulos van a venir al mundo. Pero, ¿qué no vivían ellos en el mundo ya? Sí, en el planeta Tierra. Pero Jesús se refiere al plano Espiritual. Sólo el selecto grupo de ellos tienen la Palabra. Los demás, la gente que no conoce el mensaje de Jesús, son los bárbaros a los que los amigos de Cristo van a ir a llevar la buena nueva.

No todos los que la van a recibir lo van a hacer con alegría o aceptación. A los discípulos ya los empiezan a odiar, pero vienen muchas calamidades. Y sin embargo, también serán testigos de grandes milagros que los librarán del mal.

Después de esto, Jesús fue a orar en silencio y luego llegó Judas con un grupo de soldados romanos.

 

 

Pascua 2020: Oración Final de Jesús

El arresto de Jesús, el beso de Judas, del autor Giottohttp://geoffwren.blogs.com/photos/museum/kiss_of_judas.html ] [dead link], Dominio público, Enlace
Durante las últimas semanas, hemos estado escuchando las lecturas del Evangelio de San Juan referentes a lo que sucedió después de la última cena. Hoy concluímos con la última parte del sermón de Jesús a sus discípulos, justo antes de ir al Huerto de Jetsemaní, en donde horas después será aprehendido.

La semana pasada, al depedirse de ellos Jesús los animaba a seguir adelante con un mensaje de esperanza. Ahora, Jesús encomendará a Dios a todos aquellos que lo siguen y que lo aman:

“En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: ´Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te glorifique, y que por el poder que le diste sobre toda la humanidad, dé la vida eterna a cuantos le has confiado. La vida eterna es que te conozcan a tí, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado´”.

En los pasados domingos, Jesús les ha estado diciendo a sus discípulos que él está por irse de este mundo, pero ellos no han entendido esta parte del mensaje. Ellos saben en su corazón que Jesús es el verdadero Mesías, y Pedro lo ha aceptado como el verdadero Hijo de Dios. Pero para ellos, la simple idea de que Jesús sea aprehendido y muera, está lejos de toda lógica.

“Yo te he glorificado sobre la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorifícame en tí con la gloria que tenía antes de que el mundo existiera.
“He manifestado tu nombre a los hombres que tú tomaste del mundo y me diste. Eran tuyos y tú me los diste. Ellos han cumplido tu palabra y ahora conocen que todo lo que me has dado viene de tí, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste; ellos las han recibido y ahora reconocen que yo salí de tí y creen que tú me has enviado.
“Te pido por ellos; no te pido por el mundo, sino por éstos, que tu me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío. Yo he sido glorificado en ellos”.

Jesús no sólo está pidiendo por los discípulos, sino también por nosotros, sus seguidores en el futuro.

Y finalmente, Jesús se despide por última vez:

“Ya no estaré más en el mundo, pues voy a tí; pero ellos se quedan en el mundo”.

Jesús, ha existido desde el inicio del tiempo junto con Dios y el Espíritu Santo. Después, todos nosotros, nuestros abuelos, padres, madres, hijos, nietos, etc. Todos vamos pasando por la Tierra en nuestra vida, y después, en nuestra muerte, si hemos sabido sequir a Jesús, tendremos la oportunidad de verlo otra vez en su gloria junto con Dios.

Pero esta vez, para siempre.