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Preguntó Judas: “¿Acaso soy yo, Maestro?” Jesús respondió: “Tú lo has dicho”

Isaías

Isaίas 50, 4-9
En aquel entonces, dijo Isaías:

“El Señor me ha dado una lengua experta,
para que pueda confortar al abatido
con palabras de aliento.

Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído,
para que escuche yo, como discípulo.
El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras
y yo no he opuesto resistencia
ni me he echado para atrás.

Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
la mejilla a los que me tiraban de la barba.
No aparté mi rostro a los insultos y salivazos.

Pero el Señor me ayuda,
por eso no quedaré confundido,
por eso endurecí mi rostro como roca
y sé que no quedaré avergonzado.
Cercano está de mí el que me hace justicia,
¿quién luchará contra mí?
¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa?
Que se me enfrente.
El Señor es mi ayuda,
¿quién se atreverá a condenarme?”

Salmo 68

Por tu bondad, Señor, socórreme.
Por ti he sufrido injurias
y la vergüenza cubre mi semblante.
Extraño soy y advenedizo,
aun para aquellos de mi propia sangre;
pues me devora el celo de tu casa,
el odio del que te odia, en mí recae.
Por tu bondad, Señor, socórreme.
La afrenta me destroza el corazón y desfallezco.
Espero compasión y no la hallo;
consoladores, y no los encuentro.
En mi comida me echaron hiel,
para mi sed me dieron vinagre.
Por tu bondad, Señor, socórreme.
En mi cantar exaltaré tu nombre,
proclamaré tu gloria, agradecido.
Se alegrarán al verlo los que sufren,
quienes buscan a Dios tendrán más ánimo,
Porque el Señor jamás desoye al pobre,
ni olvida al que se encuentra encadenado.
Por tu bondad, Señor, socórreme.

Evangelio según San Mateo

Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: “¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?” Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregárselo.

El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?” Él respondió: “Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora está ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa’ “. Ellos hicieron lo que Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua.

Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce, y mientras cenaban, les dijo: “Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme“. Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno: “¿Acaso soy yo, Señor?” Él respondió: “El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de Él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber nacido“. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: “¿Acaso soy yo, Maestro?” Jesús le respondió: “Tú lo has dicho“.


Crédito de la imagen: Judas recibiendo 30 monedas de plata, por Berrucomons. CC BY-SA 3.0, Link

Martes de la Semana Santa 2024 – Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces

Imagen de San Pedro
San Pedro, por Peter Paul Rubens – Public Domain, Link

Isaías

Is 49, 1-6
Escúchenme, islas;
pueblos lejanos, atiéndanme.
El Señor me llamó desde el vientre de mi madre;
cuando aún estaba yo en el seno materno,
Él pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa,
me escondió en la sombra de su mano,
me hizo flecha puntiaguda,
me guardó en su aljaba y me dijo:
“Tú eres mi siervo, Israel;
en ti manifestaré mi gloria”.
Entonces yo pensé: “En vano me he cansado,
inútilmente he gastado mis fuerzas;
en realidad mi causa estaba en manos del Señor,
mi recompensa la tenía mi Dios“.
Ahora habla el Señor,
el que me formó desde el seno materno,
para que fuera su servidor,
para hacer que Jacob volviera a Él
y congregar a Israel en torno suyo
–tanto así me honró el Señor
y mi Dios fue mi fuerza–.
Ahora, pues, dice el Señor:
Es poco que seas mi siervo
sólo para restablecer a las tribus de Jacob
y reunir a los sobrevivientes de Israel;
te voy a convertir en luz de las naciones,
para que mi salvación llegue
hasta los últimos rincones de la tierra“.

Evangelio según San Juan

Jn 13, 21-33. 36-38
En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente y declaró: “Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar“. Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién hablaba. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una seña y le preguntó: “¿De quién lo dice?” Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: “Señor, ¿quién es?” Le contestó Jesús: “Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar“. Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado, entró en él Satanás.
Jesús le dijo entonces a Judas: “Lo que tienes que hacer, hazlo pronto”. Pero ninguno de los comensales entendió a qué se refería; algunos supusieron que, como Judas tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo:

“Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes ahora: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden ir’ “.

Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde vas?” Jesús le respondió: “A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; me seguirás más tarde“. Pedro replicó: “Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti“. Jesús le contestó: “¿Conque darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces“.

 

Pascua 2020: Oración Final de Jesús

El arresto de Jesús, el beso de Judas, del autor Giottohttp://geoffwren.blogs.com/photos/museum/kiss_of_judas.html ] [dead link], Dominio público, Enlace
Durante las últimas semanas, hemos estado escuchando las lecturas del Evangelio de San Juan referentes a lo que sucedió después de la última cena. Hoy concluímos con la última parte del sermón de Jesús a sus discípulos, justo antes de ir al Huerto de Jetsemaní, en donde horas después será aprehendido.

La semana pasada, al depedirse de ellos Jesús los animaba a seguir adelante con un mensaje de esperanza. Ahora, Jesús encomendará a Dios a todos aquellos que lo siguen y que lo aman:

“En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: ´Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te glorifique, y que por el poder que le diste sobre toda la humanidad, dé la vida eterna a cuantos le has confiado. La vida eterna es que te conozcan a tí, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado´”.

En los pasados domingos, Jesús les ha estado diciendo a sus discípulos que él está por irse de este mundo, pero ellos no han entendido esta parte del mensaje. Ellos saben en su corazón que Jesús es el verdadero Mesías, y Pedro lo ha aceptado como el verdadero Hijo de Dios. Pero para ellos, la simple idea de que Jesús sea aprehendido y muera, está lejos de toda lógica.

“Yo te he glorificado sobre la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorifícame en tí con la gloria que tenía antes de que el mundo existiera.
“He manifestado tu nombre a los hombres que tú tomaste del mundo y me diste. Eran tuyos y tú me los diste. Ellos han cumplido tu palabra y ahora conocen que todo lo que me has dado viene de tí, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste; ellos las han recibido y ahora reconocen que yo salí de tí y creen que tú me has enviado.
“Te pido por ellos; no te pido por el mundo, sino por éstos, que tu me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío. Yo he sido glorificado en ellos”.

Jesús no sólo está pidiendo por los discípulos, sino también por nosotros, sus seguidores en el futuro.

Y finalmente, Jesús se despide por última vez:

“Ya no estaré más en el mundo, pues voy a tí; pero ellos se quedan en el mundo”.

Jesús, ha existido desde el inicio del tiempo junto con Dios y el Espíritu Santo. Después, todos nosotros, nuestros abuelos, padres, madres, hijos, nietos, etc. Todos vamos pasando por la Tierra en nuestra vida, y después, en nuestra muerte, si hemos sabido sequir a Jesús, tendremos la oportunidad de verlo otra vez en su gloria junto con Dios.

Pero esta vez, para siempre.

Jueves Santo

Imagen del Jueves Santo
Hoy es Jueves Santo

Hoy es Jueves Santo, hoy inicia el Triduo Pascual, es decir, los tres días más solemnes de la Semana Santa (Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado de Gloria).

Este día recordamos la Última Cena de nuestro Señor Jesucristo con sus apóstoles. Después de cenar, se puso a lavarles los pies, uno por uno. Dice el Evangelio de San Juan:

“Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y les dijo: ´¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan´”.