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Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros

Jesus y sus discípulos
Jesús y sus discípulos, por James Tissot – Public Domain, Link

Hechos de los Apóstoles

Hch 1, 15-17. 20-26
En aquellos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos y dijo: “Hermanos, tenía que cumplirse aquel pasaje de la Escritura en que el Espíritu Santo, por boca de David, hizo una predicción tocante a Judas, quien fue el que guió a los que apresaron a Jesús. Él era de nuestro grupo y había sido llamado a desempeñar con nosotros este ministerio. Ahora bien, en el libro de los Salmos está escrito: Que su morada quede desierta y que no haya quien habite en ella; que su cargo lo ocupe otro. Hace falta, por lo tanto, que uno se asocie a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús, uno que sea de los que nos acompañaron mientras convivió con nosotros el Señor Jesús, desde que Juan bautizaba hasta el día de la ascensión”.
Propusieron entonces a dos: a José Barsabá, por sobrenombre “el Justo”, y a Matías, y se pusieron a orar de este modo: “Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra a cuál de estos dos has elegido para desempeñar este ministerio y apostolado, del que Judas desertó para irse a su propio lugar”.
Echaron suertes, le tocó a Matías y lo asociaron a los once apóstoles.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.

Evangelio según San Juan

Jn 15, 9-17
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena.
Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos, que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros’’.

Lecturas del VII Domingo de Pascua – Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado

Jesús y sus discípulos
Jesús instituyendo el mandamiento nuevo, por Duccio – Public Domain, link.

Hechos de los Apóstoles

Hch1, 15-17. 20a. 20c-26
En aquellos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos, que eran unos ciento veinte, y dijo: “Hermanos, tenía que cumplirse aquel pasaje de la Escritura en que el Espíritu Santo, por boca de David, hizo una predicción tocante a Judas, quien fue el que guió a los que apresaron a Jesús. Él era de nuestro grupo y había sido llamado a desempeñar con nosotros este ministerio. Ahora bien, en el libro de los Salmos está escrito: Que su morada quede desierta y que no haya quien habite en ella; que su cargo lo ocupe otro. Hace falta, por lo tanto, que uno se asocie a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús, uno que sea de los que nos acompañaron mientras convivió con nosotros el Señor Jesús, desde que Juan bautizaba hasta el día de la ascensión”.
Propusieron entonces a dos: a José Barsabá, por sobrenombre “el Justo”, y a Matías, y se pusieron a orar de este modo: “Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra a cuál de estos dos has elegido para desempeñar este ministerio y apostolado, del que Judas desertó para irse a su propio lugar”.
Echaron suertes, le tocó a Matías y lo asociaron a los once apóstoles.

Salmo 102

Bendigamos al Señor. Aleluya.

Bendice, al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice, al Señor, alma mía,
y no te olvides de sus beneficios.

Bendigamos al Señor. Aleluya.

Como desde la tierra hasta el cielo,
así es de grande su misericordia;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.

Bendigamos al Señor. Aleluya.

En el cielo el Señor puso su trono,
y su reino abarca el universo.
Bendigan al Señor todos los ángeles,
ejecutores fieles de sus órdenes.

Bendigamos al Señor. Aleluya.

Primera Carta del Apostol San Juan

1 Jn 4, 11-16
Queridos hijos: Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto.
En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros: en que nos ha dado su Espíritu. Nosotros hemos visto, y de ello damos testimonio, que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.

Evangelio según San Juan

Jn 17, 11b-19
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo:

“Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me diste; yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el que tenía que perderse, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y mientras estoy aún en el mundo, digo estas cosas para que mi gozo llegue a su plenitud en ellos. Yo les he entregado tu palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo, como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad. Tu palabra es la verdad. Así como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Yo me santifico a mí mismo por ellos, para que también ellos sean santificados en la verdad’’.

Pascua 2018 – Séptimo Domingo de Pascua: San Matías y Judas

Imagen de judas dejando la última cena
Judas dejando la última cena.

Este es el 7o Domingo de Pascua, y este año estamos recordando a dos personajes del tiempo de Jesús que son parte esencial de la Iglesia de nuestros días: San Matías y Judas Iscariote.

Judas fue uno de los 12 apóstoles originales de Jesús, y de acuerdo a muchos estudiosos, se convirtió en discípulos no por amor, sino por creer que Jesús era el verdadero libertador del pueblo Israelí del yugo romano, y que tal vez él podría ser un héroe de este movimiento. Así, cuando Judas comenzó a darse cuenta de que el mensaje de Jesús era de paz, de amor y de bondad, se sintió sumamente decepcionado, y su resentimiento hacia Jesús y los otros apóstoles fue creciendo poco a poco.

Llegó un momento en que Judas fue ante el sanedrín y ofreció entregarles a Jesús  por 30 monedas de plata. Cuando cometió el terrible acto y Jesús fue crucificado, el Iscariote sintió el más profundo de los dolores de su alma y corazón, trató de regresar el dinero a los miembros del sanedrín y se los aventó al piso; luego, y lleno de amargura fue y se suicidó, ahorcándose en un árbol.

Ya no eran los 12 apóstoles, sino once.

En la primera lectura escuchamos que Pedro, después de todos los acontecimientos de la Pasión y Resurrección, reúne a todos los hermanos y seguidores de Jesús y les recuerda que la visión original del grupo era de 12 personas, y por lo tanto necesitan agregar a uno más para cubrir el puesto vacante:

“Hace falta, por tanto, que uno se asocie a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús, uno que sea de los que nos acompañaron mientras convivió con nosotros el Señor Jesús, desde que Juan bautizaba hasta el día de la ascensión”.

El grupo recomendó a dos: José Barsabá, apodado el Justo, y a Matías. Luego, todos su pusieron a orar así:

“Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra a cuál de estos dos has elegido para desempeñar este ministerio y apostolado, del que Judas desertó para irse a propio lugar”.

San Matias
San Matías, por Simone Martini – http://www.metmuseum.org/Works_of_Art/collection_database/european_paintings/saint_matthias_workshop_of_simone_martini//objectview.aspx?OID=110002131&collID=11&dd1=11, Public Domain, Link

Echaron suertes, y el elegido fue Matías, quien se convirtió en el último de los doce.Así, la elección de Matías marcó el proceso de elección de cardenales y finalmente del Papa para la Iglesia Católica: oración para obtener sabiduría, y después elección.

Pero Matías no fue un apóstol “de relleno“, sólo para llenar una posición. Su trabajo lo llevó a Asia Central, y, de acuerdo a muchos otros estudios, llegó a ir hasta África, a la región de lo que hoy es Etiopía, y llegó a predicar entre “salvajes” y hasta caníbales.

La visión de Judas fue cegada por su ambición y la codicia, y cuando no se le cumplieron sus caprichos, cometió el más grave acto de traición. En este día recordemos que tenemos que ser muy fuertes para mantener nuestra mente y corazón cerca de Dios, para no permitir que la duda, la mentira, la envidia y el engaño siembren la cizaña que, al final, nos hagan traicionar al amor perfecto que tiene Nuestro Señor para todos nosotros.