La Hora de los Pobres, los Perseguidos y los que Sufren

los cuatro seres vivientes
Cuatro seres vivientes, también conocidos como los portadores o asesores del trono

El domingo escuchamos el Sermón de la Montaña, la enseñanza de Jesús de que, a pesar de todo lo horrible por lo que podamos estar pasando, debemos tener esperanza de que pasará y nuestra recompensa será grande en el Reino de los Cielos.

Hoy escucharemos una parte del Apocalípsis del Apóstol San Juan que está muy relacionada a esta enseñanza.

Yo, Juan, vi un ángel que venía del oriente. Traía consigo el sello del Dios vivo y gritaba con voz poderosa a los cuatro ángeles encargados de hacer daño a la tierra y al mar.
Les dijo: “¡No hagan daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que terminemos de marcar con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios!” Y pude oír el número de los que habían sido marcados: eran ciento cuarenta y cuatro mil, procedentes de todas las tribus de Israel.
Vi luego una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del Trono y del Cordero; iban vestidos con una túnica blanca; levaban palmas en las manos y exclamaban con voz poderosa: “La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero”.
Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios, diciendo: “Amén. La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fuerza, se le deben para siempre a nuestro Dios”.
Entonces, uno de los ancianos me preguntó: “¿Quiénes son y de dónde han venido los que llevan la túnica blanca?” Yo le respondí: “Señor mío, tú eres quien lo sabe”. Entonces él me dijo: “Son los que han pasado por la gran persecución y han lavado y blanqueado su túnica con la sangre del cordero”.

 

Lecturas del Domingo: Noviembre 1, 2020 – El Sermón de la Montaña

El sermón de la montaña
“El Sermón de la Montaña”, por Carl BlochImagen and Carl Bloch, p. 313, ISBN 9788798746591, Public Domain, Link

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces, se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:
“Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos será el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes, cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”.

Hoy celebramos el trigésimo primer domingo del tiempo ordinario, y tenemos una de las más hermosas enseñanzas de Jesús, con la que nos deja el regalo de amor, consuelo y esperanza.

Hoy Jesús se dirige a todos los que sufren, a los pobres, a los huérfanos, a las viudas, a los presos, a los perseguidos, a todos los que han sufrido una pérdida por injusticia, a los misioneros,… en fin hoy Jesús se dirige a a los buenos.

Finalmente, todos nuestros sufrimientos tienen recompensa. Todo nuestro dolor, tendrá su consuelo.

Todo en Jesús, nuestro Señor.

Lecturas del Domingo: Febrero 5, 2017 – ¡Ustedes son la luz del mundo!

Nos rodea la Fe

Si todavía tienes dudas de qué podemos hacer para ganar un lugarcito en el Reino de los Cielos, las lecturas de hoy nos recuerdan que no sólo se trata de ir a misa todos los domingos, o saberse de memoria toda la Biblia. No, lo que hace la diferencia son tus acciones.

Isaías nos dice en la primera lectura:

“Comparte tu pan con el hambriento, abre tu casa al pobre sin techo, viste al desnudo, y no des la espalda a tu propio hermano. Entonces surgirá tu luz como aurora y cicatrizarán de prisa tus heridas”.

En ese mismo canal, y continuando con lo de las velas, luego, el Salmo 111 nos dice:

“En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y apresta y administra rectamente sus asuntos.”

Finalmente, en el Evangelio de San Mateo de hoy, Jesús:

“Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone en un candelero para que alumbre a todos los de la casa.
“Que de igual manera brille la luz de ustedes sobre los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos”.

 

 

Lecturas del Domingo: Enero 29, 2017 – Bienaventurados los pobres y los humildes

Niños en Buenavista, Mexico
Niños en Buenavista, Chihuahua, México durante la siembra de chile.

Esta semana encontramos algunas de las más bellas enseñanzas de parte de Sofonías, profeta del Antiguo Testamento, de Pablo, y obviamente de Jesús. Todas ellas con un común: El reino de los cielos es de los pobres; pero no te confundas, no sólo de los pobres de dinero, sino de espíritu y de alma.

Recuerda, la mayor probreza es la del alma que no tiene a Dios.

Sofonías, en la primera lectura nos cuenta:

“Aquel dia, dice el Señor, yo dejaré en medio de tí, pueblo mío, un puñado de gente pobre y humilde.
“Este resto de Israel confiará en el nombre del Señor. No cometerá maldades ni dirá mentiras; no se hallará en su boca una lengua embustera. Permanecerán tranquilos y descansarán sin que nadie los moleste.”

En la misma línea, Pablo nos dice que:

“Consideren que ente ustedes, los que han sido llamados por Dios, no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles según los criterios humanos. Pues Dios ha elegido a los ignorantes de este mundo, para humillar a los sabios; a los débiles de este mundo, para avergonzar a los fuertes; a los significantes y despreciados del mundo, es decir a los que no valen nada, para reducir a la nada a los que valen; de manera que nadie pueda presumir ante Dios.”

¡Ah, ahí está la clave de porqué existen los pobres! Pero si está tan claro, ¿Verdad?

Así, ambas lecturas nos preparan para lo mejor del dia: El Sermón de la Montaña de Jesús.

  • Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos será el reino de los cielos.

  • Dichosos los que lloran, poque serán consolados.

  • Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra.

  • Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

  • Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.

  • Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios.

  • Dichosos los que trabajan por la paz, porque se le llamará hijos de Dios.

  • Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

  • Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan, y digan cosas falsas de ustedes por causa mía.

  • Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos.