Lecturas del Domingo: Noviembre 27, 2016 – Inicia el tiempo de Adviento

Adviento
Corona de Adviento, por Micha L. Rieser – Own work by uploader (wreath and picture), CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5331008

Hoy es el primer Domingo de Adviento, el tiempo que designa la Iglesia para que nos preparemos para uno de los momentos más grandes de la Historia: el nacimiento de Jesús.

Es muy interesante entender que, este no es un acontecimiento sacado al azar por un grupo de personas y que fue puesto en la historia sólo para causar daño, división, o volver a las personas ignorantes y sumisas. Todas estas teorías han sido expuestas por grupos ateos, agnósticos, y de otras religiones por cientos de años, y sus fundamentos son tan falsos y débiles como sus propias instituciones.

Casi 1000 años antes del nacimiento de Jesús, los profetas del antiguo pueblo judío hablan de la venida del Mesías, algunos de ellos incluso predicen que nacerá en Belén, y otros indican que tendrá un precursor que preparará su venida en el desierto (Juan el Bautista).

Si quieren verlo como hecho histórico, pues los documentos existen: el pueblo de Israel, celoso de su tradición e historia vocal, no pueden mentir y de ninguna manera han alterado los libros de su Torah y Tanakh.

Las lecturas de hoy tienen un caracter profético. Empezamos escuchando a Isaías, que nos dice que “en días futuros, el monte de la casa del Señor será elevado en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas y hacia el confluirán todas las naciones“.

Y luego afirma: “porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la Palabra del Señor“.

Cuidado, en el reino de Dios no todos podrán entrar

¡Ah, pero debemos tener cuidado! Ya hace dos semanas, Pablo regañaba al pueblo diciéndole que no debian ser holgazanes ni metiches ni malhablados. Ahora nos vuelve a decir que:

“Comportémonos honestamente, como se hace en pleno día. Nada de comilonas, ni borracheras, nada de lujurias ni desenfrenos, nada de pleitos ni envidias. Revístanse más bien, de nuestro Señor Jesucristo y que el cuidado de su cuerpo no de ocasión a los malos deseos”

¡Oooopsss!

Finalmente, Jesús nos dice que:

“Cuando vuelva el Hijo del Hombre, de dos hombres que estén en el campo uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada.”

“Velen pues, y estén preparados”.

¿Cuándo empieza la verdadera historia de la Salvación?

Los primeros relatos históricos que pueden ser comprobables de la Biblia comienzan con Abraham. Ahí es donde empieza la verdadera historia bíblica.

106px-Peter_Paul_Rubens_-_Cain_slaying_Abel,_1608-1609Entonces, ¿qué pasa con todos los relatos del Génesis, el diluvio, y otros? Los relatos anteriores a Abraham son historias recogidas por el pueblo judio por muchos años, y que fueron embellecidas  cuando eran esclavos en Babilonia.

Hay que recordar que los babilónicos eran un pueblo avanzado en escritura y arte en general, siendo esta una influencia muy importante en la redacción de los primeros libros.

¿Se puede decir que las narraciones del Génesis y el Diluvio son sólo historias fantasiosas? Tenemos que tomar con pincitas estos relatos. Si tratamos de seguir al pie de la letra el Génesis, ¡nos volveriamos locos! Ha muchas contradicciones. Por ejemplo, después de matar a Abel, Caín fue desterrado de la comunidad de sus padres. Pero antes, fue marcado por Dios para que nadie le hiciera daño en su destierro. ¿Nadie? ¡Esto quiere decir claramente que ya había gente en la tierra! ¡Y después sabemos que Caín se casó! Con gente externa.

Los Sumarios, uno de los pueblos más antiguos de la humanidad, tenian una historia similar al Génesis, y otra de una antigua tormenta que duro muchos dias y que inundó toda la Tierra, matando a muchos animales y personas, principalmente a los malos.

No es de extrañar que los antiguos nómadas judíos hayan colectado estas historias y las hayan hechos propias para sus primeros libros.

Y un último dato muy importante: El Génesis es uno de los pocos libros que es compartido por la Biblia Cristiana, la Torah Judía, y el Corán Musulmán.