Primer Domingo de Adviento 2023: Estén alertas

Fotografía de un boquete en una pared debido a un robo.
Ladrones robaron un almacés de juguetes para niños sin recursos en México.

Isaías

Is 63, 16b-17. 19b; 64, 2b-7

Tú, Señor, eres nuestro padre y nuestro redentor;
ése es tu nombre desde siempre.
¿Por qué, Señor, nos has permitido alejarnos de tus
mandamientos
y dejas endurecer nuestro corazón
hasta el punto de no temerte?
Vuélvete, por amor a tus siervos,
a las tribus que son tu heredad.
Ojalá rasgaras los cielos y bajaras,
estremeciendo las montañas con tu presencia.

Descendiste y los montes se estremecieron con tu presencia.
Jamás se oyó decir, ni nadie vio jamás
que otro Dios, fuera de ti,
hiciera tales cosas en favor de los que esperan en él.
Tú sales al encuentro
del que practica alegremente la justicia
y no pierde de vista tus mandamientos.

Estabas airado porque nosotros pecábamos
y te éramos siempre rebeldes.
Todos éramos impuros
y nuestra justicia era como trapo asqueroso;
todos estábamos marchitos, como las hojas,
y nuestras culpas nos arrebataban, como el viento.

Nadie invocaba tu nombre
nadie se levantaba para refugiarse en ti,
porque nos ocultabas tu rostro
y nos dejabas a merced de nuestras culpas.
Sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre;
nosotros somos el barro y tú el alfarero;
todos somos hechura de tus manos.

Salmo 79

Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.

Escúchanos, pastor de Israel,
tú, que estás rodeado de querubines,
manifiéstate,
despierta tu poder y ven a salvarnos.

Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.

Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos:
mira tu viña y visítala,
protege la cepa plantada por tu mano,
el renuevo que tú mismo cultivaste.

Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.

Que tu diestra defienda al que elegiste,
al hombre que has fortalecido.
Ya no nos alejaremos de ti;
consérvanos la vida y alabaremos tu poder.

Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.

Primera Carta del Apostol San Pablo a los Corintios

1 Co 1, 3-9
Hermanos: Les deseamos la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor.

Continuamente agradezco a mi Dios los dones divinos que les ha concedido a ustedes por medio de Cristo Jesús, ya que por Él los ha enriquecido con abundancia en todo lo que se refiere a la palabra y al conocimiento; porque el testimonio que damos de Cristo ha sido confirmado en ustedes a tal grado, que no carecen de ningún don, ustedes, los que esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él los hará permanecer irreprochables hasta el fin, hasta el día de su advenimiento. Dios es quien los ha llamado a la unión con su Hijo Jesucristo, y Dios es fiel.

Evangelio según San Marcos

Mc 13, 33-37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre que se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la madrugada. No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo. Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta”.

Adviento 2022 – Primer Domingo: Velen y estén preparados

corona de adviento
Corona de Adviento, por Johann JaritzOwn work, CC BY-SA 3.0 at, Link

Este es el Primer Domingo del Tiempo de Adviento del nuevo Año Litúrgico 2023. Estamos iniciando la preparación de nuestra alma y espíritu para la venida gloriosa de Dios sobre la Tierra en la forma de su Hijo Jesucristo.

Isaías 2, 1-5

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén:

En días futuros, el monte de la casa del Señor
será elevado en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas,
y hacia él confluirán todas las naciones.

Acudirán pueblos numerosos, que dirán:
“Vengan, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob,
para que El nos instruya en sus caminos
y podamos marchar por sus sendas.
Porque de Sión saldrá la ley,
de Jerusalén, la palabra del Señor”.

Él será el árbitro de las naciones
y el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados
y de las lanzas, podaderas;
ya no alzará la espada pueblo contra pueblo,
ya no se adiestrarán para la guerra.

¡Casa de Jacob, en marcha!
Caminemos a la luz del Señor.

Salmo 121, 1-2. 4-5. 6-7. 8-9

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron:
“Vayamos a la casa del Señor”!
Y hoy estamos aquí, Jerusalén,
jubilosos, delante de tus puertas.

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

A ti, Jerusalén, suben las tribus,
las tribus del Señor,
según lo que a Israel se le ha ordenado,
para alabar el nombre del Señor.

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Digan de todo corazón: “Jerusalén,
que haya paz entre aquellos que te aman,
que haya paz dentro de tus murallas
y que reine la paz en cada casa.

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Por el amor que tengo a mis hermanos,
voy a decir: “La paz esté contigo”.
Y por la casa del Señor, mi Dios,
pediré para ti todos los bienes.

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Carta del Apostol San Pablo a los Romanos 13, 11-14a

Hermanos: Tomen en cuenta el momento en que vivimos. Ya es hora de que se despierten del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y revistámonos con las armas de la luz.

Comportémonos honestamente, como se hace en pleno día. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujurias ni desenfrenos, nada de pleitos ni envidias. Revístanse más bien, de nuestro Señor Jesucristo y que el cuidado de su cuerpo no dé ocasión a los malos deseos.

Evangelio según San Mateo 24, 37-44

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

Así como sucedió en tiempos de Noé, así también sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Antes del diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca. Y cuando menos lo esperaban, sobrevino el diluvio y se llevó a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Entonces, de dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada.

Velen, pues, y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”.

Lecturas del Domingo: Diciembre 3, 2017 – Primer Domingo de Adviento

Adviento
Corona de Adviento, por Micha L. Rieser – Own work by uploader (wreath and picture), CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5331008

El día de hoy es el Primer Domingo de Adviento el cual marca el inicio del año litúrgico para la mayoría de las iglesias cristianas de occidente, especialmente para la Católica.

De acuerdo a la tradición Judía-cristiana, el mundo tuvo primera noción de la venida del mesías ¡cuatro mil años antes del nacimiento de Jesús! Esa es una de las razones por las que hoy iniciamos prendiendo una corona con cuatro grandes velas, cada una representando 1000 años antes de la llegada de Dios a este mundo. En las próximas semana prenderemos el resto de las velas.

Adviento quiere decir preparación, pues estamos esperando la venida del Señor, la cual celebraremos en la Navidad. Este es un tiempo de recogimiento, de meditación, pues vamos a recibir a un visitante en nuestros corazones. La pregunta es, ¿Qué tipo de hospedaje le vamos a dar?, Acaso, ¿una pocilga, lleno de maldad, mentira y suciedad?; ¿O tal vez un lugar frio, donde sólo impera el interés por el dinero y las cosas materiales?

El Evangelio nos dice hoy:

“Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como el hombre que se va de viaje, deja su casa y encimienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va a llegar el dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo, o a la madrugada. No vaya a suceder que llegue de repente, y los halle durmiendo.
“Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta”.