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La Palabra del Martes 8 de Marzo de 2022

Semillas germinando
Germinación de semillas de eucalipto, por Balaji KasirajanOwn work, CC BY-SA 3.0, Link

Isaías 55, 10-11

Esto dice el Señor:

“Como bajan del cielo la lluvia y la nieve
y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer,
así será la palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí sin resultado,
sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”.

Lecturas del Domingo 27 de Febrero de 2022: El Ciego Guiando a Otro Ciegos

Ciegos
Ciego guiando a otros ciegos, Public Domain, Link

Hoy el Ocatvo Domingo del Tiempo Ordinario. Es el último domingo antes del inicio de la Cuaresma, y es momento de reflexionar sobre nuestra vida y nuestras obras.

Eclesiástico 27, 5-8

Al agitar el cernidor, aparecen las basuras;
en la discusión aparecen los defectos del hombre.
En el horno se prueba la vasija del alfarero;
la prueba del hombre está en su razonamiento.
El fruto muestra cómo ha sido el cultivo de un árbol;
la palabra muestra la mentalidad del hombre.
Nunca alabes a nadie antes de que hable,
porque ésa es la prueba del hombre.

Salmo 91

R. (cf. 2a) ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
¡Qué bueno es darte gracias, Dios altísimo,
y celebrar tu nombre,
pregonando tu amor cada mañana
y tu fidelidad, todas las noches! R.
R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
Los justos crecerán como las palmas,
como los cedros en los altos montes;
plantados en la casa del Señor,
en medio de sus atrios darán flores. R.
R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
Seguirán dando fruto en su vejez,
frondosos y lozanos como jóvenes,
para anunciar que en Dios, mi protector,
ni maldad ni injusticia se conocen. R.
R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!

Primera Carta del Apostol San Pablo a los Corintios 15, 54-58

Hermanos: Cuando nuestro ser corruptible y mortal se revista de incorruptibilidad e inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: La muerte ha sido aniquilada por la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado y la fuerza del pecado es la ley. Gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo.

Así pues, hermanos míos muy amados, estén firmes y permanezcan constantes, trabajando siempre con fervor en la obra de Cristo, puesto que ustedes saben que sus fatigas no quedarán sin recompensa por parte del Señor.

Evangelio Según San Lucasc 6, 39-45
En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: “¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.

¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano.

No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón”.

Doming 2 de Enero, 2022 – La Epifanía del Señor

La Epifanía del Señor

Hoy celebramos la Epifanía del Señor, es decir la primera vez Dios se manifiesta entre nosotros. Jesús nace y Dios está en medio de los Humanidad. Ya no estamos solos.

Isaías 60, 1-6

Levántate y resplandece, Jerusalén,
porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor alborea sobre ti.
Mira: las tinieblas cubren la tierra
y espesa niebla envuelve a los pueblos;
pero sobre ti resplandece el Señor
y en ti se manifiesta su gloria.
Caminarán los pueblos a tu luz
y los reyes, al resplandor de tu aurora.

Levanta los ojos y mira alrededor:
todos se reúnen y vienen a ti;
tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás esto radiante de alegría;
tu corazón se alegrará, y se ensanchará,
cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar
y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos y dromedarios,
procedentes de Madián y de Efá.
Vendrán todos los de Sabá
trayendo incienso y oro
y proclamando las alabanzas del Señor.

Salmo 71, 1-2. 7-8. 10-11. 12-13

R. (cf. 11) Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio
y tu justicia, al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres
y regirá a tu pueblo justamente. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Florecerá en sus días la justicia
y reinará la paz, era tras era.
De mar a mar se extenderá su reino
y de un extremo al otro de la tierra. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Los reyes de occidente y de las islas
le ofrecerán sus dones.
Ante Él se postrarán todos los reyes
y todas las naciones. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Al débil librará del poderoso
y ayudara al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Carta a los Efesios 3, 2-3a. 5-6

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.

Evangelio según San Mateo 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

 

Tercer Domingo de Adviento, Diciembre 12 de 2021

Nuestra Señora de Guadalupe
Nuestra Señora de Guadalupe. Public Domain, Link

Hoy es el tercer Domingo del Tiempo de Adviento, y es también el día en que celebramos a Nuestra Señora de Guadalupe. Una gran coincidencia que hoy, el llamado Domingo de la Alegría en que los sacerdotes oficiantes se visten de color rosa simbolizando el júbilo y el regocijo, también estemos celebrando a la Patrona de México y Emperatríz de América.

Sofías 3, 14-18

Canta, hija de Sión,
da gritos de júbilo, Israel,
gózate y regocíjate de todo corazón, Jerusalén.

El Señor ha levantado su sentencia contra ti,
ha expulsado a todos tus enemigos.
El Señor será el rey de Israel en medio de ti
y ya no temerás ningún mal.

Aquel día dirán a Jerusalén:
“No temas, Sión,
que no desfallezcan tus manos.
El Señor, tu Dios, tu poderoso salvador,
está en medio de ti.
Él se goza y se complace en ti;
Él te ama y se llenará de júbilo por tu causa,
como en los días de fiesta”.

Isaías 12, 2-3. 4bcd. 5-6

R. (6) El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios y salvador,
con Él estoy seguro y nada temo.
El Señor es mi protección y mi fuerza
y ha sido mi salvación.
Sacarán agua con gozo
de la fuente de salvación.
R. El Señor es mi Dios y salvador.
Den gracias al Señor,
invoquen su nombre,
cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime. R.
R. El Señor es mi Dios y salvador.
Alaben al Señor por sus proezas,
anúncienlas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sión,
porque el Dios de Israel
ha sido grande con ustedes. R.
R. El Señor es mi Dios y salvador.

Carta a los Filipenses 4, 4-7

Hermanos míos: Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡alégrense! Que la benevolencia de ustedes sea conocida por todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Evangelio según San Lucas 3, 10-18

En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: “¿Qué debemos hacer?” Él contestó: “Quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo”.

También acudían a él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: “Maestro, ¿qué tenemos que hacer nosotros?” Él les decía: “No cobren más de lo establecido”. Unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?” Él les dijo: “No extorsionen a nadie, ni denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario”.

Como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.

Con éstas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva.

 

Lecturas del Domingo 12 de Septiembre de 2021 – Carga tu cruz

Celebración de Semana Santa
Semana Santa, por ChopanitoOwn work, CC BY 3.0, Link

Hoy es el 24avo Domingo del Tiempo Ordinario. Jesús nos trae un mensaje fuerte y decisivo: Para seguirlo, debemos dejar nuestros antiguos hábitos. Pero la recompensa es grande.

Isaías 50, 5-9

En aquel entonces, dijo Isaías:
“El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras
y yo no he opuesto resistencia,
ni me he echado para atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
la mejilla a los que me tiraban de la barba.
No aparté mi rostro de los insultos y salivazos.

Pero el Señor me ayuda,
por eso no quedaré confundido,
por eso endurecí mi rostro como roca
y sé que no quedaré avergonzado.
Cercano está de mí el que me hace justicia,
¿quién luchará contra mí?
¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa?
Que se me enfrente.
El Señor es mi ayuda,
¿quién se atreverá a condenarme?’’

Salmo 114

R. (9) Caminaré en la presencia del Señor.
Amo al Señor porque escucha
el clamor de mi plegaria,
porque me prestó atención
cuando mi voz lo llamaba. R.
R. Caminaré en la presencia del Señor.
Redes de angustia y de muerte
me alcanzaron y me ahogaban.
Entonces rogué al Señor
que la vida me salvara. R.
R. Caminaré en la presencia del Señor.
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo.
A mí, débil, me salvó
y protege a los sencillos. R.
R. Caminaré en la presencia del Señor.
Mi alma libró de la muerte;
del llanto los ojos míos,
y ha evitado que mis pies
tropiecen por el camino.
Caminaré ante el Señor
por la tierra de los vivos. R.
R. Caminaré en la presencia del Señor.

Carta del Apóstol Santiago 2, 14-18

Hermanos míos: ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no lo demuestra con obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe?

Supongamos que algún hermano o hermana carece de ropa y del alimento necesario para el día, y que uno de ustedes le dice: “Que te vaya bien; abrígate y come”, pero no le da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué le sirve que le digan eso? Así pasa con la fe; si no se traduce en obras, está completamente muerta.

Quizá alguien podría decir: “Tú tienes fe y yo tengo obras. A ver cómo, sin obras, me demuestras tu fe; yo, en cambio, con mis obras te demostraré mi fe”.

Evangelio según San Marcos 8, 27-35

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Ellos le contestaron: “Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los profetas”.

Entonces él les preguntó: “Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?” Pedro le respondió: “Tú eres el Mesías”. Y él les ordenó que no se lo dijeran a nadie.

Luego se puso a explicarles que era necesario que el Hijo del hombre padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que fuera entregado a la muerte y resucitara al tercer día.

Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y trataba de disuadirlo. Jesús se volvió, y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro con estas palabras: “¡Apártate de mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres”.

Después llamó a la multitud y a sus discípulos, y les dijo: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará”.

Lecturas del Domingo 5 de Septiembre de 2021 – ¡Ábrete!

Jesús sanado al sordo y tartamudo
Jesús sanado al sordo y tartamudo

Hoy es el XXIII Domingo del Tiempo Ordinario. Nuestras lecturas de este día nos hablarán de las grandes proezas de Dios, primero como promesas del profeta Isaías, y luego en la realidad de Nuestro Señor Jesucristo.

Isaías 35, 4-7a

Esto dice el Señor:
“Digan a los de corazón apocado:
‘¡Animo! No teman.
He aquí que su Dios,
vengador y justiciero,
viene ya para salvarlos’.

Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos
y los oídos de los sordos se abrirán.
Saltará como un venado el cojo
y la lengua del mudo cantará.

Brotarán aguas en el desierto
y correrán torrentes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque
y la tierra seca, en manantial”.

Salmo 145

R. (1) Alaba, alma mía, al Señor.
El Señor siempre es fiel a su palabra,
y es quien hace justicia al oprimido;
él proporciona pan a los hambrientos
y libera al cautivo. R.
R. Alaba, alma mía, al Señor.
Abre el Señor los ojos de los ciegos
y alivia al agobiado.
Ama el Señor al hombre justo
y toma al forastero a su cuidado. R.
R. Alaba, alma mía, al Señor.
A la viuda y la huérfano sustenta
y trastorna los planes del inicuo.
Reina el Señor eternamente,
reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R.
R. Alaba, alma mía, al Señor.

Carta del Apóstol Santiago 2, 1-5

Hermanos: Puesto que ustedes tienen fe en nuestro Señor Jesucristo glorificado, no tengan favoritismos. Supongamos que entran al mismo tiempo en su reunión un hombre con un anillo de oro, lujosamente vestido, y un pobre andrajoso, y que fijan ustedes la mirada en el que lleva el traje elegante y le dicen: “Tú, siéntate aquí, cómodamente”. En cambio, le dicen al pobre: “Tú, párate allá o siéntate aquí en el suelo, a mis pies”. ¿No es esto tener favoritismos y juzgar con criterios torcidos?

Queridos hermanos, ¿acaso no ha elegido Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que lo aman?

Evangelio según San Marcos 7, 31-37

En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: “¡Effetá!” (que quiere decir “¡Abrete!”). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.

Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: “¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.

 

Tercer Domingo de Adviento 2020

El Bautismo de Cristo
Bautismo de Cristo por Juan el Bautista. Navarrete el Mudo. Juan Fernández Navarrete[1], Public Domain, Link
Hoy es el tercer domingo del tiempo ordinario. Este es domingo conocido como Alegría y Regocijo y está representado por el color rosa de la vela que será encendida en la corona de adviento. Tambien el sacerdote usará vestiduras de ese color.

La semana pasada, el Evangelio de San Marcos nos hablaba de Juan el Bautista, y hoy, en algunos lugares del mundo, se reconoce éste como el día de Juan. Por eso, escucharemos otra descripción del inicio de su vida, pero esta vez de parte de Apóstol San Juan.

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?” Él reconoció y no negó quien era. El afirmó: “Yo no soy el Mesías“. De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?”  Él les respondió: “No lo soy“. “¿Eres el profeta?” Respondió: “No“. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de tí mismo?” Juan les contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor’, como anunció el profeta Isaías“.
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: “Entonces, ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?” Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las sorreas de sus sandalias“.
Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

Este es otro anuncio de la pronta aparición en la vida pública de Jesús.

Eleacín y las similitudes con Pedro

Un serafín le quema la boca al profeta Isaías
“Un serafín le quema la boca al profeta Isaías” Antonio BalestraThe Bridgeman Art Library, Object 569354, Public Domain, Link

El domingo pasado, escuchamos en el Evangelio de San Mateo cómo Jesús redime a Pedro, quien ha sido regañado muchas veces por sus fallas humanas, pero que al final nos muestra por qué es el escogido para ser el portador de las llaves del paraíso.

En las lecturas del Domingo, en la primera, esuchamos un relato muy similar, aunque en menor escala, que involucra a Elías, Eleacín y al mal mayordomo Sebná. Tomado de Elías 22, 19-23:

“Esto dice el Señor a Sebná, mayordomo del palacio: ‘Te echaré de tu puesto y te destituiré de tu cargo. Aquel mismo día llamaré a mi siervo, a Eleacín, el hijo de Elcías; y le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda y le traspasaré tus poderes’.
“‘Será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave del palacio de David sobre su hombro. Lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá. Lo fijaré como un clavo en muro firme y será un trono de gloria para la casa de su padre'”.

 

Lecturas del Domingo: Febrero 9, 2020 – Ustedes son la sal de la tierra

Hermanas de la Caridad
“Un grupo de Hermanas de la Caridad, en India, con su tradicional hábito”. Foto por User:FennecOwn work, Public Domain, Link

¿Qué significa ser la sal de la tierra, la luz del mundo? Dice Isaías en la primera lectura de hoy:

“Comparte tu pan con el hambriento,
abre tu casa al pobre sin techo,
viste al desnudo
y no des la espalda a tu propio hermano”.

Más de ochocientos años después, san Mateo, en su Evangelio que leemos hoy, nos trae este mensaje de Jesús:

“Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.
“Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa.
“Que de igual manera brille la luz de ustedes sobre los hombres, para que viendo las obras buenas que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos”.

¿Es esto tan difícil? Pues fácil no lo es, y menos en nuestros tiempos. Pero la recompensa lo vale. Terminando la primera lectura de Isaías:

“Entonces surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa tus heridas; te abrirá camino la justicia y la gloria del Señor cerrará tu marcha.
Entonces clamarás al Señor y el te escuchará; lo llamarás y él te dirá:
Aquí estoy“.

 

Lecturas del Domingo: Diciembre 22, 2019 – Dios con nosotros

Hoy es el cuarto domingo de adviento, último fin de semana de preparación para la llegada de nuestro Salvador al mundo. En este día encendemos la cuarta vela de la Corona de Adviento, la cual quedará completa.

Algo muy interesante es que la primera vela, la que encendimos el primero de diciembre, representa a María, y es la única vela que permanece encendida durante las cuatro semanas de preparación. María es la única persona que estuvo presente durante toda la vida de Jesús: desde la concepción, el nacimiento, la niñez, la adolescencia, la vida adulta, la pasión, la muerte, y por último la resurrección. María es la vela que permanece encendida durante toda la vida de Cristo.

Y hoy escuchamos la hermosa narración del Evangelio de San Mateo:

“Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada de José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
“Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: ‘José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados’.
“Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quién pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
“Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa”.