Lecturas del Domingo: Enero 29, 2017 – Bienaventurados los pobres y los humildes

Niños en Buenavista, Mexico
Niños en Buenavista, Chihuahua, México durante la siembra de chile.

Esta semana encontramos algunas de las más bellas enseñanzas de parte de Sofonías, profeta del Antiguo Testamento, de Pablo, y obviamente de Jesús. Todas ellas con un común: El reino de los cielos es de los pobres; pero no te confundas, no sólo de los pobres de dinero, sino de espíritu y de alma.

Recuerda, la mayor probreza es la del alma que no tiene a Dios.

Sofonías, en la primera lectura nos cuenta:

“Aquel dia, dice el Señor, yo dejaré en medio de tí, pueblo mío, un puñado de gente pobre y humilde.
“Este resto de Israel confiará en el nombre del Señor. No cometerá maldades ni dirá mentiras; no se hallará en su boca una lengua embustera. Permanecerán tranquilos y descansarán sin que nadie los moleste.”

En la misma línea, Pablo nos dice que:

“Consideren que ente ustedes, los que han sido llamados por Dios, no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles según los criterios humanos. Pues Dios ha elegido a los ignorantes de este mundo, para humillar a los sabios; a los débiles de este mundo, para avergonzar a los fuertes; a los significantes y despreciados del mundo, es decir a los que no valen nada, para reducir a la nada a los que valen; de manera que nadie pueda presumir ante Dios.”

¡Ah, ahí está la clave de porqué existen los pobres! Pero si está tan claro, ¿Verdad?

Así, ambas lecturas nos preparan para lo mejor del dia: El Sermón de la Montaña de Jesús.

  • Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos será el reino de los cielos.

  • Dichosos los que lloran, poque serán consolados.

  • Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra.

  • Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

  • Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.

  • Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios.

  • Dichosos los que trabajan por la paz, porque se le llamará hijos de Dios.

  • Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

  • Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan, y digan cosas falsas de ustedes por causa mía.

  • Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos.

 

Lecturas del Domingo: Enero 22, 2017 – Síganme y los haré pescadores de hombres

 

Jesús y Pedro
Jesús con los hermanos Pedro y Andrés, pescadores

San Mateo, en su Evangelio de hoy, nos habla de que, después de que Juan el Baustista fue arrestado, Jesús se fue triste de su pueblo y se estableció en Cafarnaúm, junto al lago en la tierra de Zabulón y Neftalí.

Mateo nos recuerda una de las profecías de Isaías, que casi 1,000 años antes había dicho:

“Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivián en tierra de sombras una luz resplandeció”.

Y es que, en tiempos de Isaías, Zabulón y Neftalí eran pueblos flagelados por la corrupción, prostitución, asesinatos, etc. Por eso Isaías los menciona que caminaban en tinieblas o tierra de sombras. Y Jesús, con su presencia, se convirtió en una luz resplandeciente sobre ellos.

Finalmente, Mateo nos dice que después de un tiempo de vivir y predicar cerca del lago, Jesús se encuentra a dos hermanos, Simón –que después se llamará Pedro– y Andrés, que eran pescadores. Jesús les dijo:

“Síganme y los haré pescadores de hombres”.

Y he aquí una de las acciones más bellas de todos los Evangelios, los cuales sintetizan como debemos responder al llamado de Dios:

“Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.  Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca remendando redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida a la barca y a su padre, lo siguieron”.

Lecturas del Domingo: Enero 15, 2017 – El testimonio de Juan

el bautismo de Jesús

En este Segundo Domingo Ordinario, el profeta Isaías nos dice en la primera lectura cuál es la razón del pueblo de Israel: convertir a este pueblo en la Luz de las Naciones.

Pero Israel es como una niño joven, inmaduro, con berrinches, que va aprendiendo poco a poco. A este pueblo le van a tocar las pruebas más duras y poco a poco ira adquiriendo sabiduría y sensatez.

Este es un pueblo que semeja mucho a los sembradíos: una persona se encarga de arar la tierra, luego alguien más echará las semillas. Después, alguien regará y cuidará. Finalmente alguien vendrá a cosechar.

Y lo mismo nos pasa a nosotros: nuestros padres nos dan la semilla de nuestra religión, luego ellos mismos y nuestra comunidad nos harán crecer, y finalmente Jesús será quien coseche nuestros frutos… o nos ate para mandarnos al fuego por no haber sabido darlos.

Acerca de Juan

El Evangelio de San Juan nos presenta cómo Juan da testimonio de Jesús:

“Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo he dicho: ´El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo´”

Y esto es bien importante, pues Juan, el único profeta del Nuevo Testamento, está hablando de Jesús reconociéndolo como la segunda persona de la Santísima Trinidad: Recordemos que el mismo Juan, en el inicio de su Evangelio, nos dice que en el principio ya existía el verbo, ¿y quién es el verbo? ¡pues Jesús! Antes de toda creación ya existía Él.

Y termina diciendo Juan:

“Vi al Espíritu Santo descender del cielo en forma de paloma posarse sobre Él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ´Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo´ Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios”.

 

 

Lecturas del Domingo: Enero 8, 2017 – La Epifanía del Señor

Los reyes magosHoy celebramos la Epifanía del Señor, es decir una de las manifestaciones de Dios en nuestras vidas. Hay muchas epifanías escritas en la Biblia, como la aparición de los ángeles, las apariciones de Jesús, y otras. Pero la de hoy es referente a Jesús.

En la primera lectura, el profeta Isaías describe el nacimiento de El Salvador casi 900 años antes, de manera muy similar a la que estamos acostumbrados a ver en los nacimientos (escenas de navidad):

“Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes d eMadián y de Efá.Vendrán todos los de Sabá, trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor”.

Incienso y oro. Parte de la tradición, que por toda nuestra vida hemos escuchado:

  • 3 reyes magos: aunque la Biblia no menciona cuantos son.
  • Melchor, Gaspar y Baltazar: No, en ninguna parte de la Biblia aparecen sus nombres.
  • Sus monturas: caballo, camello ¡y hasta elefante!
  • Y sus razas, uno era europeo blanco, otro árabe, y Baltazar era ¡africano!
  • Y finalmente, sus restos se encuentran en la ciudad de Colonia, en Alemania.

Todo esto es tradición, pues ni siquiera sabemos si eran reyes. Lo que sí sabemos es que eran astrólogos, que conocían el movimiento de las estrellas y que eran gente muy importante pues se hacían seguir de un gran séquito. El Evangelio de San Mateo menciona que eran magos, pero en hebreo la palabra mago también quiere decir sacerdote.

La travesía

Siguieron a una estrella que les iba marcando el camino. Cuando llegaron a Jerusalén y anunciaron el motivo de su llegada, Herodes se sobresalto y con él toda Judá. Y con razón, pues le avisan de que ha nacido quien en verdad le puede poner fin a su reinado.

Herodes les pide que averiguen todo lo que puedan acerca del niño y regresen a él para también ir a adorarlo. Sabemos que quiere saber exactamente el lugar y desahcerse de él.

Los magos se van de con Herodes y vuelven a ver la estrella que los iba guiando, y con mucha alegría la vuelven a seguir. Encuentran al pesebre, y le hacen los ofrecimientos al niño: oro por ser rey, incienso por ser Dios, y mirra, una combinación de aceites perfumados, por ser hombre y como recordatorio de lo que le espera. La mirra se usaba en ese entonces como un unguento para los muertos.

Advertidos durante el sueño de no volver a Herodes, tomaron otro camino de regreso a sus tierras. Y nunca más volvemos a saber de ellos.

La Estrella de Belén

Se han tratado de dar muchas explicaciones a este elemento del nacimiento de Jesús: fue una estrella que explotó (super nova), fue una alineación extraordinaria de planetas, o fue simplemente un fenómeno sobrenatural.

Para muchas sectas protestantes, la estrella de Belén tiene un significado mas terrible: es un símbolo del enemigo para indicar la presencia de Jesús a sus enemigos, y así poder acabar con Él.

Por favor, no le quiten ni le pongan: lo escrito, escrito está. No lo menosprecien o le den tinte maligno como lo han hecho con otros íconos católicos ¡sólo por estar en desacuerdo!

Lecturas del Domingo: Enero 1, 2017 – Día de Santa María, Madre de Dios

María, Madre de Dios
María, Madre de Dios

Hoy es el día de Santa María, Madre de Dios. El tema de María, de cómo concibió a Jesús, de su relación con José, y otros más, es uno de los más espinozos que se pueden tratar con los protestantes, nuestros hermanos separados.

Es tan triste pensar que en muchos templos, su imagen es destruída y hasta atacada con calumnias y bajezas.

Digan lo que digan, un hecho es cierto, claro, y real: María, fue Madre de Jesús. ¿No es eso suficiente para al menos tenerle el mínimo respeto? ¡Si no quieren venerarla, al menos respétenla!

Aquí les va un pensamiento medio complicado para este inicio de año:

Jesús existía desde el comienzo, así lo dice el Génesis. En el comienzo la luz ya existía, y la luz era Jesús, que junto con el Espíritu Santo y Dios forman la Santísima Trinidad. Ellos tres son uno sólo. Ellos tres son uno mismo.

Jesús nace, se convierte en hombre. Jesús es el Dios mismo. María es la Madre de Jesús… por lo tanto, María es la Madre de Dios… ¿no?

Lecturas del Domingo: Diciembre 11, 2016 – Día de la alegría y el regocijo

Tercer Domingo de Adviento

Hoy es el tercer Domingo de Adviento, día conocido como de la Alegría y el Regocijo, y en algunos países como el día de San Juan.

En la mayoría de las iglesias católicas, se tienen cuatro velas, tres de color púrpura y una de color rosa. Cada vela representa una semana del tiempo de adviento, es decir, preparación para el nacimiento del Redentor.

Pero la vela rosa represanta la alegría y el regocijo. En tiempos antiguos se usaba para anunciar a la gente que no sabía leer que quedaban dos semanas antes de la Navidad.

En la primera lectura, Isaías nos sigue describiendo en forma un poco abstracta la imagen de Juan el Bautista, el profeta antes del Mesías. En la segunda lectura, Pablo sigue llamando la atención del pueblo corrupto para que abandonen sus excesos y malas acciones. Paciencia, nos pide Pablo a todos.

El caso de Juan

Juan el Baustista, hijo de Isabel, la prima de la Madre de Dios, María, estaba en el vientre cuando escuchó la voz de María “y brincó de gozo”, pues en ese momento recibió al Espíritu Santo.

Por cierto, para todos aquellos hermanos separados y ateos que dudan de la vida de Juan, existe una crónica civil –una especie de registro público– en el que detalla que él estuvo preso, pero sin confirmar la razón. Luego hablaremos más de ese asunto.

En el Evangelio de hoy, sabemos que Juan está un poco renuente a Jesús. No confía en Él, y manda preguntar con los apóstoles que si él es el mesías o que si hay que esperar a alguien más.

¿Por qué esta pregunta? ¿Acaso no es una blasfemía? La razón es que Juan, al igual que casi todos los judíos, espera que el mesías que está por venir sea el liberador del pueblo, que ha estado sujeto por muchos años al yugo romano, y que por miles más ha sido esclavizado por decenas de otros gobernantes.

Los judios quieren, esperan, a un libertador poderoso.

Pero Jesús le manda a responder a Juan lo siguiente:

“Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí”. 

Ciegos, cojos, sordos, leprosos, sordos, muertos… y los pobres. Todos ellos, los más bajos de toda la escala social. Para ellos ha venido primero Jesús. Luego extenderá su influencia con todos los demás, pero en ese momento sus manos están con los más necesitados.

Es por eso que hay incertidumbre, duda, y hasta decepción en el pueblo judío. ¡Este no es el mesías que estaban esperando!, ¡Él no es el Rey poderoso con un ejercito inmenso que destruirá a sus enemigos!

¡Este lo que habla es que perdonemos! ¡Que pongamos la otra mejilla!

Y es que, si esperamos que Jesús sea el mesías que nos traerá riqueza, pues la verdad es que vamos a quedar bien decepcionados.

La recompensa de Jesús es mucho más grande que todo el dinero del mundo.

Afortunadamente, sabemos que Juan lo entenderá y lo aceptará. Finalmente, lo reconocerá con el Mesías, el Salvador… y lo bautizará en el rio Jordán.

 

Lecturas del Domingo: Diciembre 4, 2016 – Juan el Bautista

Juan el Bautista por Anton Raphael Mengs - ngHjvgNHHmV4zA at Google Cultural Institute maximum zoom level, Public Domain, Link
Juan el Bautista por Anton Raphael MengsngHjvgNHHmV4zA at Google Cultural Institute maximum zoom level, Public Domain, Link

Juan el Bautista, el último profeta del pueblo Israelí. Han pasado casi 400 años y los Judíos no han tenido uno. Y ya no habrá otros profetas después de él.

El Evangelio de San Mateo nos habla de que Juan “usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre“.

¿Por qué dar estos detalles? La razón es que, desde casi 800 años antes, los profetas Isaías, Jeremías y Ezequiel, hablan de la llegada del mesías, pero que será precedida por una “voz en el desierto, que vestirá pieles y que preparará el camino del Señor“.

De esta forma, Mateo confirma la veracidad de Juan, quien dentro de poco tiempo confirmará que Jesús es quien le precede y por quien “ni él mismo es digno de quitarle las sandalias“.

Sabemos que Juan tendrá un triste final, y que reconocerá a Jesús como el verdadero Mesías, y que aceptará que su figura vaya desapareciendo poco a poco para dar paso a nuestro Señor.

Jesús comentará de Juan: “Una lámpara radiante, de la cual todos ustedes serán dichosos por ser iluminados”.

 

Lecturas del Domingo: Noviembre 27, 2016 – Inicia el tiempo de Adviento

Adviento
Corona de Adviento, por Micha L. Rieser – Own work by uploader (wreath and picture), CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5331008

Hoy es el primer Domingo de Adviento, el tiempo que designa la Iglesia para que nos preparemos para uno de los momentos más grandes de la Historia: el nacimiento de Jesús.

Es muy interesante entender que, este no es un acontecimiento sacado al azar por un grupo de personas y que fue puesto en la historia sólo para causar daño, división, o volver a las personas ignorantes y sumisas. Todas estas teorías han sido expuestas por grupos ateos, agnósticos, y de otras religiones por cientos de años, y sus fundamentos son tan falsos y débiles como sus propias instituciones.

Casi 1000 años antes del nacimiento de Jesús, los profetas del antiguo pueblo judío hablan de la venida del Mesías, algunos de ellos incluso predicen que nacerá en Belén, y otros indican que tendrá un precursor que preparará su venida en el desierto (Juan el Bautista).

Si quieren verlo como hecho histórico, pues los documentos existen: el pueblo de Israel, celoso de su tradición e historia vocal, no pueden mentir y de ninguna manera han alterado los libros de su Torah y Tanakh.

Las lecturas de hoy tienen un caracter profético. Empezamos escuchando a Isaías, que nos dice que “en días futuros, el monte de la casa del Señor será elevado en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas y hacia el confluirán todas las naciones“.

Y luego afirma: “porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la Palabra del Señor“.

Cuidado, en el reino de Dios no todos podrán entrar

¡Ah, pero debemos tener cuidado! Ya hace dos semanas, Pablo regañaba al pueblo diciéndole que no debian ser holgazanes ni metiches ni malhablados. Ahora nos vuelve a decir que:

“Comportémonos honestamente, como se hace en pleno día. Nada de comilonas, ni borracheras, nada de lujurias ni desenfrenos, nada de pleitos ni envidias. Revístanse más bien, de nuestro Señor Jesucristo y que el cuidado de su cuerpo no de ocasión a los malos deseos”

¡Oooopsss!

Finalmente, Jesús nos dice que:

“Cuando vuelva el Hijo del Hombre, de dos hombres que estén en el campo uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada.”

“Velen pues, y estén preparados”.

Lecturas del Domingo: Noviembre 20, 2016 – Jesucristo, Rey del Universo

Jesús y el buen ladrón
Jesús y el buen ladrón

Hoy es el último domingo del tiempo ordinario. Este dia cerramos el año litúrgico con la celebración de Jesús, rey del Universo.

Las lecturas del día nos hablan de dos reyes. El primero es David, quien es visitado por todos los ancianos de las 12 tribus, y le pidieron que –puesto que ya desde hacia tiempo él había sido coronado rey de la tribu de Judá– se convirtiera en rey de las doce tribus. Después de hacer un pacto con ellos, fue coronado.

David, un muchacho humilde y sencillo, que fue el menor de 8 hermanos y pastorcillo. Él es conocido por haber  ayudado a derrotar a los filisteos matando al gigante Goliat con una simple honda. Pero también sabemos de él porque es un gran poeta. La mayoría de los salmos fueron escritos por David, que sin duda, estaba lleno del Espíritu Santo, y presentan cantos de alabanza a Dios.

Pero David también es humano y tiene debilidades. Al final, la traición, los celos y la lujuria lo llevarán a sufrir los peores castigos, entre ellos terribles derrotas militares y la muerte de sus hijos.

Pero de todo lo malo siempre viene algo bueno, y es que David logra formar las bases del nuevo Israel, y luego vendrá el rey Salomón… y después el Rey de Reyes.

Jesús, Rey del Universo

De acuerdo a los teólogos y a los sacerdotes judios, se puede trazar una linea directa de suseción entre el rey David y José, el padres de Jesús, lo que demuestra que Nuestro Señor es descendiente de David, como estaba pronosticado en las profecías judias.

Jesús es esperado como un nuevo rey, un nuevo mesías, que liberará a su pueblo. Israel ha estado sometido y esclavizado por miles de años. A pesar de que se rebela y libera constantemente, una y otra vez es sometido por algún imperio más grande: Egipcios, babilónicos, y en el tiempo de Jesús, los romanos.

Pero los judios pronto se enfrentan a la decepción, al desánimo, al fracaso. Jesús no los ha salvado del pueblo romano, pues siguen siendo esclavos. Ahora, sólo están escuchando un nuevo mensaje, un mensaje de salvación del alma, no de liberación física del pueblo. Empieza la división, la duda, y la curiosidad de un pueblo por este personaje.

El mensaje parece un poco obscuro, confuso. Jesús habla del triunfo sobre la muerte, la esperanza de vida eterna, el inicio de un verdadero imperio no de este mundo. Poco a poco su seguidores irán entendiendo las enseñanzas hasta comprenderlas y comenzar a llevar la buena nueva a todos los rincones de la Tierra.

Y, hoy, en su muerte, en medio de dos ladornes que también están siendo crucificados, Jesús está siendo humillado por los soldados y sacerdotes. Le hacen muecas y se burlan de él.

Le hacen muecas: ¿No ocurre eso en estos dias también? ¿No hay gente, programas de televisión, películas, que se siguen burlando de Jesús?

Uno de los ladrones, regañando al otro por su burlas a Nuestro Señor, le dice a Jesús: “Cuando llegues a tu Reino, accuérdate de mí”.

Y Jesús le responde:

“Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”.