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Lecturas del Domingo: Febrero 25, 2018 – Este es mi hijo amado, escúchenlo

La transfiguración de Jesús
La Transfiguración, por Carl Blochhttp://www.1st-art-gallery.com/Carl-Heinrich-Bloch/The-Transfiguration.html, Public Domain, Link

Este año, el relato de la Transfiguración de Jesús viene más temprano que en ocasiones anteriores.

Hemos hablado de este tema en otras oportunidades, pero hoy tiene singular importancia porque ocurre durante la Cuaresma y, aunque el mensaje es el mismo, siempre encontramos algo nuevo que nos da fortaleza.

Sabemos que después de que el rostro y las vestiduras de Jesús se vuelven “más blancos que la nieve”, el Hijo de Dios se aparece con Elías y Moisés a sus lados, y en ese momento se escucha una fuerte voz desde el cielo que dice: “Este es mi Hijo Amado; escúchenlo”.

El mensaje de esta poderosa voz –la Voz de Dios– no es sólo para a Pedro, Santiago y Juan, los apóstoles que acompañaban a Jesús en el monte, sino que es para toda la humanidad en todos los tiempos: “Escúchenlo”.

 

Lecturas del Domingo: Marzo 12, 2017 – La Transfiguración

La transfiguración de Jesús
La transfiguración del Señor por Alexander Andreyevich Ivanov, Public Domain.

Esta misma lectura estuvo presente en el Segundo Domingo de Cuaresma del año pasado, pero el relato era de San Lucas. Este año, la descripción del hecho corresponde a San Mateo.

En estos tiempos, es difícil imaginarnos la intensidad de este momento, especialmente cuando tenemos tanto CGI y efectos especiales en las películas de Hollywood que prácticamente ya no nos impresionan. Para poder tener todo en orden, hay que ponerlo en contexto:

“Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a solas con Él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus ropas se volvieron blancas como la nieve”.

Aquí, hablamos de un evento sobrenatural, en el cual se desafían todas las leyes naturales.

La resplandecencia nos habla de energía, la revelación de lo que en realidad somos y en Jesús lo cofirmamos.  Además, se abre un portal para dar paso a otros dos personajes muy importantes:

“De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús”.

Moisés representa la Ley, y Elías es el Profeta más importante para el pueblo Judío; así pues, los dos vienen a reafirmar la autoridad de Jesús, como diciendo que ellos, dos de las más importantes personas de la religión están a la par de Jesús.

¿Recuerdas una serie llamada Quantum Leap en la que el protagonista pasaba de un evento en la historia a otro y en el proceso se transfiguraba? Checa el GIF animado que nos da una idea del este importante evento.

El relato termina así:

“Una nube luminosa los cubrió. y de ella salió una voz que decía: Este es mi Hijo, muy amado, en quien tengo puestas mi complacencias; escúchenlo”.

 

Checa el siguiente video (desafortunadamente, el efecto no es tan impresionante).

https://youtu.be/3vjDZz5vlv4

Lecturas del Domingo: Diciembre 11, 2016 – Día de la alegría y el regocijo

Tercer Domingo de Adviento

Hoy es el tercer Domingo de Adviento, día conocido como de la Alegría y el Regocijo, y en algunos países como el día de San Juan.

En la mayoría de las iglesias católicas, se tienen cuatro velas, tres de color púrpura y una de color rosa. Cada vela representa una semana del tiempo de adviento, es decir, preparación para el nacimiento del Redentor.

Pero la vela rosa represanta la alegría y el regocijo. En tiempos antiguos se usaba para anunciar a la gente que no sabía leer que quedaban dos semanas antes de la Navidad.

En la primera lectura, Isaías nos sigue describiendo en forma un poco abstracta la imagen de Juan el Bautista, el profeta antes del Mesías. En la segunda lectura, Pablo sigue llamando la atención del pueblo corrupto para que abandonen sus excesos y malas acciones. Paciencia, nos pide Pablo a todos.

El caso de Juan

Juan el Baustista, hijo de Isabel, la prima de la Madre de Dios, María, estaba en el vientre cuando escuchó la voz de María “y brincó de gozo”, pues en ese momento recibió al Espíritu Santo.

Por cierto, para todos aquellos hermanos separados y ateos que dudan de la vida de Juan, existe una crónica civil –una especie de registro público– en el que detalla que él estuvo preso, pero sin confirmar la razón. Luego hablaremos más de ese asunto.

En el Evangelio de hoy, sabemos que Juan está un poco renuente a Jesús. No confía en Él, y manda preguntar con los apóstoles que si él es el mesías o que si hay que esperar a alguien más.

¿Por qué esta pregunta? ¿Acaso no es una blasfemía? La razón es que Juan, al igual que casi todos los judíos, espera que el mesías que está por venir sea el liberador del pueblo, que ha estado sujeto por muchos años al yugo romano, y que por miles más ha sido esclavizado por decenas de otros gobernantes.

Los judios quieren, esperan, a un libertador poderoso.

Pero Jesús le manda a responder a Juan lo siguiente:

“Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí”. 

Ciegos, cojos, sordos, leprosos, sordos, muertos… y los pobres. Todos ellos, los más bajos de toda la escala social. Para ellos ha venido primero Jesús. Luego extenderá su influencia con todos los demás, pero en ese momento sus manos están con los más necesitados.

Es por eso que hay incertidumbre, duda, y hasta decepción en el pueblo judío. ¡Este no es el mesías que estaban esperando!, ¡Él no es el Rey poderoso con un ejercito inmenso que destruirá a sus enemigos!

¡Este lo que habla es que perdonemos! ¡Que pongamos la otra mejilla!

Y es que, si esperamos que Jesús sea el mesías que nos traerá riqueza, pues la verdad es que vamos a quedar bien decepcionados.

La recompensa de Jesús es mucho más grande que todo el dinero del mundo.

Afortunadamente, sabemos que Juan lo entenderá y lo aceptará. Finalmente, lo reconocerá con el Mesías, el Salvador… y lo bautizará en el rio Jordán.

 

Apocalipsis – La Misa Católica

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Candeleros de siete velas en el altar de una iglesia católica, similares a las menorahs judías y los descritos por Juan en el inicio del libro

La sagrada eucaristía –la misa católica– es un evento de Fé, de Gracia, que tiene a Jesús como el principal protagonista. Similar al libro, Jesús es el Cordero que tanto se menciona y es, junto con Dios, la principal figura.

Los himnos y cánticos, los cuales son mencionados como alabanza a Dios y al Cordero, son efectuados por ángeles, mártires y santos. Los cantos durante la celebración de la misa son lo mismo, alabanzas a Dios y a Jesús por parte de los asistentes.

Las visiones detalladas en el apocalipsis están presentes durante el rito: las vestiduras blancas del padre y la vestimenta blanca de Jesús, el altar, el Amén constantemente expresado, junto con el ¡aleluya! La Madre de Dios mencionada y exaltada en la celebración cuando rezamos el Ave María.

altar
En el altar

Antes de la consagración del vino, se vive un ambiente festivo y alegre, de repente, un monaguillo tocará las campanas para anunciar que la música termina y comienza el momento solemne. Los mismo ocurre en el libro, al escucharse las trompetas el ambiente de fiesta en la Tierra se acaba. Todos debemos estar de rodillas. Este mismo momento se relata en el libro.

Después de la consagración, cuando el sacerdote anuncia “Este es el misterio de nuestra fé“, todos nos levantamos usualmente con alguna música, esto es el símbolo de que la gloria del cielo se abre como lo hizo en el libro. Al tomarnos todos los asistentes de las manos y rezar el Padre Nuestro, estamos haciendo lo mismo que todos los mártires y santos hacen frente al trono de Dios: alabándolo con nuestra oración.

Juan, que se encontraba viejo y enfermo en la isla de Patmos, está triste por no poder celebrar el recordatorio de Cristo con los discípulos, pero ahora él ha visto venir al cielo. Juan está viendo la gloria de Dios abriéndose a él. El no puede ir a la misa por su condición… pero la misa ha venido a él. Y en el templo, el cielo se abre a nosotros durante la celebración eucarística.

Al final de la misa, el sacerdote nos despide: “Podemos ir en paz” y todos respondemos: “Demos Gracias a Dios“.

Nacieron de puro milagro

¿Qué tJesus180x300ienen en común Jesús, Isaac, Moisés y Juan el Bautista? ¡Qué nacieron por sucesos milagrosos!

  • Jesús, a través de la inmaculada concepción, nació de Santa María, vírgen.
  • Isaac, el hijo de nuestro Padre Abraham, nació de Sara, su madre, cuando ella ya pasaba de los ochenta años y era una “vieja estéril“.
  • Moisés, aunque su nacimiento no fue completamente milagroso, recién nacido fue puesto en una canasta y dejado en el rio, donde la hija del Faraón lo encontró y adoptó.
  • Juan el Bautista, hijo de Isabel, la prima de nuestra Señora María. Isabel también de una mujer vieja y estéril, que cuando fue visitada por la madre de Jesús sintió a su niño saltando en su vientre.

Y, ¿qué tiene que ver que hayan tenido nacimientos fuera de lo normal? Pues para que no haya ninguna duda de que sus vidas están marcadas desde sus nacimientos por sucesos milagrosos, y que no se trata de personajes triviales. ¡Ajá!, ¡A que no te la sabías!