Este año, el relato de la Transfiguración de Jesús viene más temprano que en ocasiones anteriores.
Hemos hablado de este tema en otras oportunidades, pero hoy tiene singular importancia porque ocurre durante la Cuaresma y, aunque el mensaje es el mismo, siempre encontramos algo nuevo que nos da fortaleza.
El mensaje de esta poderosa voz –la Voz de Dios– no es sólo para a Pedro, Santiago y Juan, los apóstoles que acompañaban a Jesús en el monte, sino que es para toda la humanidad en todos los tiempos: “Escúchenlo”.
Esta misma lectura estuvo presente en el Segundo Domingo de Cuaresma del año pasado, pero el relato era de San Lucas. Este año, la descripción del hecho corresponde a San Mateo.
En estos tiempos, es difÃcil imaginarnos la intensidad de este momento, especialmente cuando tenemos tanto CGI y efectos especiales en las pelÃculas de Hollywood que prácticamente ya no nos impresionan. Para poder tener todo en orden, hay que ponerlo en contexto:
AquÃ, hablamos de un evento sobrenatural, en el cual se desafÃan todas las leyes naturales.
La resplandecencia nos habla de energÃa, la revelación de lo que en realidad somos y en Jesús lo cofirmamos.  Además, se abre un portal para dar paso a otros dos personajes muy importantes:
¿Recuerdas una serie llamada Quantum Leap en la que el protagonista pasaba de un evento en la historia a otro y en el proceso se transfiguraba? Checa el GIF animado que nos da una idea del este importante evento.
El relato termina asÃ:
“Una nube luminosa los cubrió. y de ella salió una voz que decÃa: Este es mi Hijo, muy amado, en quien tengo puestas mi complacencias; escúchenlo”.
Checa el siguiente video (desafortunadamente, el efecto no es tan impresionante).
Hoy es el tercer Domingo de Adviento, dÃa conocido como de la AlegrÃa y el Regocijo, y en algunos paÃses como el dÃa de San Juan.
En la mayorÃa de las iglesias católicas, se tienen cuatro velas, tres de color púrpura y una de color rosa. Cada vela representa una semana del tiempo de adviento, es decir, preparación para el nacimiento del Redentor.
Pero la vela rosa represanta la alegrÃa y el regocijo. En tiempos antiguos se usaba para anunciar a la gente que no sabÃa leer que quedaban dos semanas antes de la Navidad.
En la primera lectura, IsaÃas nos sigue describiendo en forma un poco abstracta la imagen de Juan el Bautista, el profeta antes del MesÃas. En la segunda lectura, Pablo sigue llamando la atención del pueblo corrupto para que abandonen sus excesos y malas acciones. Paciencia, nos pide Pablo a todos.
El caso de Juan
Juan el Baustista, hijo de Isabel, la prima de la Madre de Dios, MarÃa, estaba en el vientre cuando escuchó la voz de MarÃa “y brincó de gozo”, pues en ese momento recibió al EspÃritu Santo.
Los judios quieren, esperan, a un libertador poderoso.
Pero Jesús le manda a responder a Juan lo siguiente:
“Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mÔ.Â
Ciegos, cojos, sordos, leprosos, sordos, muertos… y los pobres. Todos ellos, los más bajos de toda la escala social. Para ellos ha venido primero Jesús. Luego extenderá su influencia con todos los demás, pero en ese momento sus manos están con los más necesitados.
Es por eso que hay incertidumbre, duda, y hasta decepción en el pueblo judÃo. ¡Este no es el mesÃas que estaban esperando!, ¡Él no es el Rey poderoso con un ejercito inmenso que destruirá a sus enemigos!
¡Este lo que habla es que perdonemos! ¡Que pongamos la otra mejilla!
Y es que, si esperamos que Jesús sea el mesÃas que nos traerá riqueza, pues la verdad es que vamos a quedar bien decepcionados.
La recompensa de Jesús es mucho más grande que todo el dinero del mundo.
Afortunadamente, sabemos que Juan lo entenderá y lo aceptará. Finalmente, lo reconocerá con el MesÃas, el Salvador… y lo bautizará en el rio Jordán.
Los himnos y cánticos, los cuales son mencionados como alabanza a Dios y al Cordero, son efectuados por ángeles, mártires y santos. Los cantos durante la celebración de la misa son lo mismo, alabanzas a Dios y a Jesús por parte de los asistentes.
Antes de la consagración del vino, se vive un ambiente festivo y alegre, de repente, un monaguillo tocará las campanas para anunciar que la música termina y comienza el momento solemne. Los mismo ocurre en el libro, al escucharse las trompetas el ambiente de fiesta en la Tierra se acaba. Todos debemos estar de rodillas. Este mismo momento se relata en el libro.