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Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos exige esfuerzo

Isaίas

Isaίas 41, 13-20

“Yo, el Señor, te tengo asido por la diestra
y yo mismo soy el que te ayuda.
No temas, gusanito de Jacob,
descendiente de Israel,
que soy yo, dice el Señor,
el que te ayuda;
tu redentor es el Dios de Israel.

Mira: te he convertido en rastrillo nuevo de dientes dobles;
triturarás y pulverizarás los montes,
convertirás en paja menuda las colinas.
Las aventarás y se irán con el viento
y el torbellino las dispersará.
Tú, en cambio, te regocijarás en el Señor,
te gloriarás en el Dios de Israel.

Los miserables y los pobres buscan agua, pero es en vano;
tienen la lengua reseca por la sed.
Pero yo, el Señor, les daré una respuesta;
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré que broten ríos en las cumbres áridas
y fuentes en medio de los valles;
transformaré el desierto en estanque
y el yermo, en manantiales.

Pondré en el desierto cedros,
acacias, mirtos y olivos;
plantaré juncos en la estepa,
cipreses, oyameles y olmos;
para que todos vean y conozcan,
adviertan y entiendan de una vez por todas,
que es la mano del Señor la que hace esto,
que es el Señor de Israel quien lo crea”

Salmo 144

Bueno es el Señor para con todos.
Dios y rey mío, yo te alabaré,
bendeciré tu nombre siempre y para siempre.
Bueno es el Señor para con todos
y su amor se extiende a todas sus creaturas.
Bueno es el Señor para con todos.
Que te alaben, Señor, todas tus obras
y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino
y den a conocer tus maravillas.
Bueno es el Señor para con todos.
Que muestren a los hombres tus proezas,
el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, Señor, es para siempre
y tu imperio, por todas las generaciones.
Bueno es el Señor para con todos.

Evangelio según San Mateo

Mateo 11, 11-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente:

“Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él.

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos exige esfuerzo, y los esforzados lo conquistarán. Porque todos los profetas y la ley profetizaron, hasta Juan; y si quieren creerlo, él es Elías, el que habría de venir. El que tenga oídos que oiga”.


Crédito de la imagen: Juan el Bautista por Anton Raphael Mengs – Public Domain, Link

Lecturas del Domingo – Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos

Isaías

Isaίas 11, 1-10
En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé,
un vástago florecerá de su raíz.
Sobre Él se posará el espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría e inteligencia,
espíritu de consejo y fortaleza,
espíritu de piedad y temor de Dios.

No juzgará por apariencias,
ni sentenciará de oídas;
defenderá con justicia al desamparado
y con equidad dará sentencia al pobre;
herirá al violento con el látigo de su boca,
con el soplo de sus labios matará al impío.
Será la justicia su ceñidor,
la fidelidad apretará su cintura.

Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se echará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos
y un muchachito los apacentará.
La vaca pastará con la osa
y sus crías vivirán juntas.
El león comerá paja con el buey.

El niño jugará sobre el agujero de la víbora;
la creatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente.
No harán daño ni estrago por todo mi monte santo,
porque así como las aguas colman el mar,
así está lleno el país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará
como bandera de los pueblos,
la buscarán todas las naciones
y será gloriosa su morada.

Salmo 71

Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio
y tu justicia, al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres
y regirá a tu pueblo justamente.
Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Florecerá en sus días la justicia
y reinará la paz, era tras era.
De mar a mar se extenderá su reino
y de un extremo al otro de la tierra.
Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Al débil librará del poderoso
y ayudará al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado.
Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Que bendigan al Señor eternamente
y tanto como el sol, viva su nombre.
Que sea la bendición del mundo entero
y lo aclamen dichoso las naciones.
Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

Carta del Apostol San Pablo a los Romanos

Romanos 15, 4-9
Hermanos: Todo lo que en el pasado ha sido escrito en los libros santos, se escribió para instrucción nuestra, a fin de que, por la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.

Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a ustedes vivir en perfecta armonía unos con otros, conforme al espíritu de Cristo Jesús, para que, con un solo corazón y una sola voz alaben a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Por lo tanto, acójanse los unos a los otros como Cristo los acogió a ustedes, para gloria de Dios. Quiero decir con esto, que Cristo se puso al servicio del pueblo judío, para demostrar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas y que por su misericordia los paganos alaban a Dios, según aquello que dice la Escritura: Por eso te alabaré y cantaré himnos a tu nombre.

Evangelio según San Mateo

Mateo 3, 1-12
En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el desierto de Judea, diciendo: “Arrepiéntanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos”. Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba, cuando dijo: Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.

Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Acudían a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.

Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo:

“Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su conversión y no se hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego.

Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han arrepentido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.


Crédito de la imagen: Juan el Bautista, por Titian – Public Domain, Link

Lecturas del Segundo Domingo de Adviento 2023 – El Mensajero

San Juan Bautista
Juan el Bautista, por Titian – Public Domain, Link

Isaías

Is 40, 1-5. 9-11

Consuelen, consuelen a mi pueblo,
dice nuestro Dios.
Hablen al corazón de Jerusalén
y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre
y que ya ha satisfecho por sus iniquidades,
porque ya ha recibido de manos del Señor
castigo doble por todos sus pecados”.

Una voz clama:

Preparen el camino del Señor en el desierto,
construyan en el páramo
una calzada para nuestro Dios.
Que todo valle se eleve,
que todo monte y colina se rebajen;
que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane.
Entonces se revelará la gloria del Señor
y todos los hombres la verán”.
Así ha hablado la boca del Señor.

Sube a lo alto del monte,
mensajero de buenas nuevas para Sión;
alza con fuerza la voz,
tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén.
Alza la voz y no temas;
anuncia a los ciudadanos de Judá:

“Aquí está su Dios.
Aquí llega el Señor, lleno de poder,
el que con su brazo lo domina todo.
El premio de su victoria lo acompaña
y sus trofeos lo anteceden.
Como pastor apacentará su rebaño;
llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos
y atenderá solícito a sus madres’’.

Salmo 84

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

Escucharé las palabras del Señor,
palabras de paz para su pueblo santo.
Está ya cerca nuestra salvación
y la gloria del Señor habitará en la tierra.

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

La misericordia y la fidelidad se encontraron,
la justicia y la paz se besaron,
la fidelidad brotó en la tierra,
y la justicia vino del cielo.

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

Cuando el Señor nos muestre su bondad,
nuestra tierra producirá su fruto.
La justicia le abrirá camino al Señor
e irá siguiendo sus pisadas.

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

Segunda Carta del Apostol San Pedro

2 Pd 3, 8-14
Queridos hermanos: No olviden que para el Señor, un día es como mil años y mil años, como un día. No es que el Señor se tarde, como algunos suponen, en cumplir su promesa, sino que les tiene a ustedes mucha paciencia, pues no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.

El día del Señor llegará como los ladrones. Entonces los cielos desaparecerán con gran estrépito, los elementos serán destruidos por el fuego y perecerá la tierra con todo lo que hay en ella.

Puesto que todo va a ser destruido, piensen con cuánta santidad y entrega deben vivir ustedes esperando y apresurando el advenimiento del día del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos.

Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por lo tanto, queridos hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en que el Señor los halle en paz con Él, sin mancha ni reproche.

Evangelio según San Marcos

Mc 1, 1-8
Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito:

He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti,
a preparar tu camino.
Voz del que clama en el desierto:
Preparen el camino del Señor,
enderecen sus senderos”.

En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando un bautismo de arrepentimiento, para el perdón de los pecados. A él acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.

Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: “Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.

La Palabra del Sábado 10 de Diciembre de 2022

San Juan Bautista
San Juan predicando, por The AMICA Library, Public Domain, Link

Libro del Eclesiástico 48, 1-4. 9-11

En aquel tiempo, surgió Elías, un profeta de fuego;
su palabra quemaba como una llama.
Él hizo caer sobre los israelitas el hambre
y con celo los diezmó.
En el nombre del Señor cerró las compuertas del cielo
e hizo que descendiera tres veces fuego de lo alto.
¡Qué glorioso eres, Elías, por tus prodigios!
¿Quién puede jactarse de ser igual a ti?
En un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo,
sobre un carro tirado por caballos de fuego.
Escrito está de ti que volverás,
cargado de amenazas, en el tiempo señalado,
para aplacar la cólera antes de que estalle,
para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia los hijos
y congregar a las tribus de Israel.

Dichosos los que te vieron
y murieron gozando de tu amistad;
pero más dichosos
los que estén vivos cuando vuelvas.

Evangelio según San Mateo 17, 10-13

En aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: “¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?

Él les respondió:

“Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos”.

Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan el Bautista.

Lecturas del Domingo: Febrero 21, 2021 – El Reino de Dios ya está cerca

Jesús en el desierto
“Jesús en el desierto”, por Ivan KramskoiGoogle Cultural Center, Public Domain, Link

Empezamos los domingos del tiempo de Cuaresma con una breve lectura, pero con mucho simbolismo.

Dice el Evangelio de San Marcos de esta semana:

En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los ángeles le servían.
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo, y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio”.

Nuestro deber, como Católicos y Cristianos, es empezar la Cuaresma preparados, como lo hizo nuestro Señor Jesucristo. En medio de las tentaciones, debemos ser fuertes y hacer un esfuerzo por entender más los designios que Dios tiene para nuestras vidas.

También nosotros predicamos, con nuestro comportamiento, nuestras acciones, nuestra caridad, y nuestro amor a los demás.

Por eso, aunque el Evangelio de hoy es de sólo dos párrafos, para nosotros es un mensaje muy importante: Arrepintámonos, preparémonos, y vivamos el Evangelio.

Lecturas del Domingo: Diciembre 15, 2019 – Alegría en la revelación

Vela rosa del tercer domingo de adviento
Tercer Domingo de Adviento

Este es el tercer domingo del tiempo de adviento, y se le conoce como Domingo de la Alegría, pues Jesús está ya por llegar a nuestra vida humana. En la corona de adviento en las iglesias, se enciende la vela rosa, y de ese color estará vestido el sacerdote y el diácono.

Hoy también tenemos en el Evangelio de San Mateo, una narración en la que a Juan el Bautista le es revelado quién es Jesús en realidad, y cómo Juan lo reconoce como el hijo de Dios, pero de una forma humilde y hermosa:

“En aquel tiempo, Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo, le mandó preguntar por medio de dos discípulos: ‘¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?’.
“Jesús les respondió: ‘Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí’.
“Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: ‘¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? No. Pues entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un hombre lujosamente vestido? No, ya que los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, yo se lo aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino. Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios, es todavía más grande que él”.

Así, con el reconocimiento de Jesús, Juan el Bautista es declarado profeta, y es el último profeta de la Biblia, pues después de él el misterio de Jesús –La recompensa de la Vida Eterna para todos– finalmente es revelado y dado a la humanidad.

Lecturas del Domingo: Diciembre 8, 2019 – Una voz que clama en el desierto

San Juan Bautista
“La prédica de San Juan Bautista” por Pieter Brueghel the ElderOwn work Yelkrokoyade Taken in 20/07/2013, Public Domain, Link

Hoy es el segundo domingo de adviento, dedicado a San Juan Bautista.

“En aquel tiempo, comenzó Juan el bautista a predicar en el desierto de Judea, diciendo: ‘Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca’. Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba, cuando dijo: ‘Una voz clama en el desierto: Enderecen sus senderos’.
“Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Acudían a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.
“Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: ‘Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su arrepentimiento y no se hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro que hasta de esta piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego.
“‘Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han arrepentido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en el fuego que no se extingue'”.

 

Lecturas del Domingo: Diciembre 10, 2017 – Segundo Domingo de Adviento

San Juan Bautista
“La prédica de San Juan Bautista” por Pieter Brueghel the ElderOwn work Yelkrokoyade Taken in 20/07/2013, Public Domain, Link

Hoy es el segundo domingo de adviento, y es el día dedicado a San Juan Bautista.

Recordemos que San Juan es el hijo de Isabel, la prima de María la Madre de Jesús, que se enteró de su embarazo cuando María fue a visitarla.

En el momento en que María entró en la casa de su prima, el bebé de Isabel brincó de alegría.

“Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre”, es la frase que Isabel pronunció y que nosotros recordamos en el rosario.

Isabel dio a luz a San Juan Bautista tres meses después. Poco se sabe después de lo que pasó a San Juan niño y adolescente, y no es hasta varios años después que es descrito como “el mensajero”, el que antecede a Jesús.
San Juan Bautista es también considerado el último profeta de las sagradas escrituras. Después de él, no hay otro profeta más.

Vivía de la forma más humilde en el desierto. Se alimentaba de saltamontes y miel silvestre y usaba un vestido hecho con piel de camello, ceñido con un cinturón de cuero; una descripción muy gráfica que es presentada en el Evangelio de san Marcos.

Previo a la vida pública de Jesús, Juan proclamaba la palabra, pedía al pueblo alejarse de las malas obras, predicaba un bautismo de arrepentimiento bañando a la gente en el rio Jordán, y hasta escuchaba confesiones de la gente que acudía a él.

Poco a poco, comenzó a tener un grupo cada vez mayor de seguidores, muchos de los cuales comenzaron a preguntarse si era él el esperado Mesías.

Pero Juan, en su humildad, sabe que él no es el Mesías, y frecuentemente se los hace saber a su discípulos:

“Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de las sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.

Este es el segundo mensaje de adviento.

Lecturas del Domingo: Enero 15, 2017 – El testimonio de Juan

el bautismo de Jesús

En este Segundo Domingo Ordinario, el profeta Isaías nos dice en la primera lectura cuál es la razón del pueblo de Israel: convertir a este pueblo en la Luz de las Naciones.

Pero Israel es como una niño joven, inmaduro, con berrinches, que va aprendiendo poco a poco. A este pueblo le van a tocar las pruebas más duras y poco a poco ira adquiriendo sabiduría y sensatez.

Este es un pueblo que semeja mucho a los sembradíos: una persona se encarga de arar la tierra, luego alguien más echará las semillas. Después, alguien regará y cuidará. Finalmente alguien vendrá a cosechar.

Y lo mismo nos pasa a nosotros: nuestros padres nos dan la semilla de nuestra religión, luego ellos mismos y nuestra comunidad nos harán crecer, y finalmente Jesús será quien coseche nuestros frutos… o nos ate para mandarnos al fuego por no haber sabido darlos.

Acerca de Juan

El Evangelio de San Juan nos presenta cómo Juan da testimonio de Jesús:

“Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo he dicho: ´El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo´”

Y esto es bien importante, pues Juan, el único profeta del Nuevo Testamento, está hablando de Jesús reconociéndolo como la segunda persona de la Santísima Trinidad: Recordemos que el mismo Juan, en el inicio de su Evangelio, nos dice que en el principio ya existía el verbo, ¿y quién es el verbo? ¡pues Jesús! Antes de toda creación ya existía Él.

Y termina diciendo Juan:

“Vi al Espíritu Santo descender del cielo en forma de paloma posarse sobre Él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ´Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo´ Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios”.

 

 

Lecturas del Domingo: Diciembre 11, 2016 – Día de la alegría y el regocijo

Tercer Domingo de Adviento

Hoy es el tercer Domingo de Adviento, día conocido como de la Alegría y el Regocijo, y en algunos países como el día de San Juan.

En la mayoría de las iglesias católicas, se tienen cuatro velas, tres de color púrpura y una de color rosa. Cada vela representa una semana del tiempo de adviento, es decir, preparación para el nacimiento del Redentor.

Pero la vela rosa represanta la alegría y el regocijo. En tiempos antiguos se usaba para anunciar a la gente que no sabía leer que quedaban dos semanas antes de la Navidad.

En la primera lectura, Isaías nos sigue describiendo en forma un poco abstracta la imagen de Juan el Bautista, el profeta antes del Mesías. En la segunda lectura, Pablo sigue llamando la atención del pueblo corrupto para que abandonen sus excesos y malas acciones. Paciencia, nos pide Pablo a todos.

El caso de Juan

Juan el Baustista, hijo de Isabel, la prima de la Madre de Dios, María, estaba en el vientre cuando escuchó la voz de María “y brincó de gozo”, pues en ese momento recibió al Espíritu Santo.

Por cierto, para todos aquellos hermanos separados y ateos que dudan de la vida de Juan, existe una crónica civil –una especie de registro público– en el que detalla que él estuvo preso, pero sin confirmar la razón. Luego hablaremos más de ese asunto.

En el Evangelio de hoy, sabemos que Juan está un poco renuente a Jesús. No confía en Él, y manda preguntar con los apóstoles que si él es el mesías o que si hay que esperar a alguien más.

¿Por qué esta pregunta? ¿Acaso no es una blasfemía? La razón es que Juan, al igual que casi todos los judíos, espera que el mesías que está por venir sea el liberador del pueblo, que ha estado sujeto por muchos años al yugo romano, y que por miles más ha sido esclavizado por decenas de otros gobernantes.

Los judios quieren, esperan, a un libertador poderoso.

Pero Jesús le manda a responder a Juan lo siguiente:

“Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí”. 

Ciegos, cojos, sordos, leprosos, sordos, muertos… y los pobres. Todos ellos, los más bajos de toda la escala social. Para ellos ha venido primero Jesús. Luego extenderá su influencia con todos los demás, pero en ese momento sus manos están con los más necesitados.

Es por eso que hay incertidumbre, duda, y hasta decepción en el pueblo judío. ¡Este no es el mesías que estaban esperando!, ¡Él no es el Rey poderoso con un ejercito inmenso que destruirá a sus enemigos!

¡Este lo que habla es que perdonemos! ¡Que pongamos la otra mejilla!

Y es que, si esperamos que Jesús sea el mesías que nos traerá riqueza, pues la verdad es que vamos a quedar bien decepcionados.

La recompensa de Jesús es mucho más grande que todo el dinero del mundo.

Afortunadamente, sabemos que Juan lo entenderá y lo aceptará. Finalmente, lo reconocerá con el Mesías, el Salvador… y lo bautizará en el rio Jordán.