Primer Domingo de Cuaresma 2023

Jesús en el desierto
Jesús en el desierto“, por Ivan Kramskoi – Public Domain, Link

Iniciamos el Tiempo de Cuaresma, tiempo de reflexión y arrepentimiento.

Libro del Génesis

Gn 2, 7-9; 3, 1-7
Después de haber creado el cielo y la tierra, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir. Después plantó el Señor un jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, de hermoso aspecto y sabrosos frutos, y además, en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

La serpiente era el más astuto de los animales del campo que había creado el Señor Dios. Un día le dijo a la mujer: “¿Es cierto que Dios les ha prohibido comer de todos los árboles del jardín?

La mujer respondió: “Podemos comer del fruto de todos los árboles del jardín, pero del árbol que está en el centro, dijo Dios: ‘No comerán de él ni lo tocarán, porque de lo contrario, habrán de morir’ “.

La serpiente replicó a la mujer: “De ningún modo. No morirán. Bien sabe Dios que el día que coman de los frutos de ese árbol, se les abrirán a ustedes los ojos y serán como Dios, que conoce el bien y el mal“.

La mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a la vista y codiciable, además, para alcanzar la sabiduría. Tomó, pues, de su fruto, comió y le dio a su marido, que estaba junto a ella, el cual también comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entrelazaron unas hojas de higuera y se las ciñeron para cubrirse.

Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17

Misericordia, Señor, hemos pecado.

Por tu inmensa compasión y misericordia,
Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos
y purifícame de mis pecados

Misericordia, Señor, hemos pecado.

Puesto que reconozco mis culpas,
tengo siempre presentes mis pecados.
Contra ti sólo pequé, Señor,
haciendo lo que a tus ojos era malo.

Misericordia, Señor, hemos pecado.

Crea en mí, Señor, un corazón puro,
un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu.

Misericordia, Señor, hemos pecado.

Devuélveme tu salvación, que regocija,
mantén en mí un alma generosa.
Señor, abre mis labios,
y cantará mi boca tu alabanza.

Misericordia, Señor, hemos pecado.

Lectura de la Carta del Apostol San Pablo a los Romanos

Rom 5, 12-19
Hermanos: Así como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.

Antes de la ley de Moisés ya existía el pecado en el mundo y, si bien es cierto que el pecado no se castiga cuando no hay ley, sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no pecaron como pecó Adán, cuando desobedeció un mandato directo de Dios. Por lo demás, Adán era figura de Cristo, el que había de venir.

Ahora bien, el don de Dios supera con mucho al delito. Pues si por el delito de uno solo hombre todos fueron castigados con la muerte, por el don de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos la abundancia de la vida y la gracia de Dios. Tampoco pueden compararse los efectos del pecado de Adán con los efectos de la gracia de Dios. Porque ciertamente, la sentencia vino a causa de un solo pecado y fue sentencia de condenación, pero el don de la gracia vino a causa de muchos pecados y nos conduce a la justificación.

En efecto, si por el pecado de un solo hombre estableció la muerte su reinado, con mucho mayor razón reinarán en la vida por un solo hombre, Jesucristo, aquellos que reciben la gracia superabundante que los hace justos.

En resumen, así como por el pecado de un solo hombre Adán, vino la condenación para todos, así por la justicia de un solo hombre, Jesucristo, ha venido para todos la justificación que da la vida. Y así como por la desobediencia de uno, todos fueron hechos pecadores, así por la obediencia de uno solo, todos serán hechos justos.

Evangelio según San Mateo

Mt 4, 1-11
En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: “Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes“. Jesús le respondió: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios“.

Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna“. Jesús le contestó: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios“.

Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré todo esto, si te postras y me adoras“. Pero Jesús le replicó: “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él sólo servirás“.

Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle.

 

Lecturas del Domingo 6 de Marzo de 2022: Las Tentaciones

Jesús en el desierto
“Jesús en el desierto”, por Ivan KramskoiGoogle Cultural Center, Public Domain, Link

Hoy es el Primer Domingo de Cuaresma, iniciando la conmemoración de los cuarenta días que Jesús pasó en el Desierto, para luego ser tentado por el enemigo. Jesús, en un estado muy débil –pues hasta sintió hambre– mostró un temple muy fuerte y puso al tentador en su lugar, dándonos una lección que todos debemos seguir.

Deuteronomio 26, 4-10

En aquel tiempo, dijo Moisés al pueblo: “Cuando presentes las primicias de tus cosechas, el sacerdote tomará el cesto de tus manos y lo pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. Entonces tú dirás estas palabras ante el Señor, tu Dios:

‘Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto y se estableció allí con muy pocas personas; pero luego creció hasta convertirse en una gran nación, potente y numerosa.
Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra humillación, nuestros trabajos y nuestra angustia. El Señor nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo protector, con un terror muy grande, entre señales y portentos; nos trajo a este país y nos dio esta tierra, que mana leche y miel. Por eso ahora yo traigo aquí las primicias de la tierra que Tú, Señor, me has dado’.

Una vez que hayas dejado tus primicias ante el Señor, te postrarás ante Él para adorarlo’’.

Salmo 90, 1-2. 10-11. 12-13. 14-15

R. (cf. 15b) Tú eres mi Dios y en ti confío.
Tú, que vivas al amparo del Altísimo
y descansas a la sombra del todopoderoso,
dile al Señor: “Tu eres mi refugio y fortaleza;
tú eres mi Dios y en ti confío”. R.
R. Tú eres mi Dios y en ti confío.
No te sucederá desgracia alguna,
ninguna calamidad caerá sobre tu casa,
pues el Señor ha dado a sus ángeles la orden
de protegerte a donde quiera que vayas. R.
R. Tú eres mi Dios y en ti confío.
Los ángeles de Dios te llevarán en brazos
para que no te tropieces con las piedras,
podrás pisar los escorpiones y las víboras
y dominar las fieras. R.
R. Tú eres mi Dios y en ti confío.
“Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor,
yo te libraré y te pondré a salvo.
Cuando tú me invoques, yo te escucharé,
y en tus angustias estaré contigo,
te libraré de ellas y te colmaré de honores”. R.
R. Tú eres mi Dios y en ti confío.

Lectura de la Carta del Apostol San Pablo a los Romanos 10, 8-13

Hermanos: La Escritura afirma: Muy a tu alcance, en tu boca y en tu corazón, se encuentra la salvación, esto es, el asunto de la fe que predicamos. Porque basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda salvarse.

En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar la salvación. Por eso dice la Escritura: Ninguno que crea en él quedará defraudado, porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan, pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado por él.

Evangelio según San Lucas 4, 1-13

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio.

No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”.

Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: “A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”. Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”.

Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras”. Pero Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.

Concluidas las tentaciones, el diablo se retiró de él, hasta que llegara la hora.

La Palabra del Martes 15 de Febrero de 2022

El apostol Santiago
El Apostol Santiago, por Rembrandt – Unknown source, Public Domain, Link

Carta del Apostol Santiago 1, 12-18

Hermanos: Dichoso el hombre que sufre la tentación, porque después de superarla, recibirá en premio la corona de la vida, que Dios ha prometido a los que lo aman.

Que nadie diga, cuando sufre una tentación, que es Dios el que lo tienta, porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni pone Él mismo a nadie en tentación. Más bien, cuando alguno es tentado, es su propia concupiscencia la que lo arrastra y lo seduce. La concupiscencia concibe y da a luz al pecado; y el pecado, cuando madura, engendra la muerte.

No se equivoquen, queridos hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay ni cambios ni sombras. Por su propia voluntad nos engendró mediante la palabra de la verdad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas.

 

Lecturas del Domingo: Febrero 21, 2021 – El Reino de Dios ya está cerca

Jesús en el desierto
“Jesús en el desierto”, por Ivan KramskoiGoogle Cultural Center, Public Domain, Link

Empezamos los domingos del tiempo de Cuaresma con una breve lectura, pero con mucho simbolismo.

Dice el Evangelio de San Marcos de esta semana:

En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los ángeles le servían.
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo, y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio”.

Nuestro deber, como Católicos y Cristianos, es empezar la Cuaresma preparados, como lo hizo nuestro Señor Jesucristo. En medio de las tentaciones, debemos ser fuertes y hacer un esfuerzo por entender más los designios que Dios tiene para nuestras vidas.

También nosotros predicamos, con nuestro comportamiento, nuestras acciones, nuestra caridad, y nuestro amor a los demás.

Por eso, aunque el Evangelio de hoy es de sólo dos párrafos, para nosotros es un mensaje muy importante: Arrepintámonos, preparémonos, y vivamos el Evangelio.

Lecturas del Domingo: Marzo 1o, 2020 – No sólo de pan vive el hombre

Jesús en el desierto
“Jesús en el desierto”, por Ivan KramskoiGoogle Cultural Center, Public Domain, Link

¿En qué se basa la cuaresma para los católicos y cristianos? ¿Cuál es su significado? Hoy es el primer domingo de cuaresma y para comprender mejor este período, recordemos que son los cuarenta días antes del Domingo de Resurrección, nuestra celebración de que Jesucristo venció a la muerte resucitando después de ser crucificado.

Pero, antes de que Jesús empezara su vida pública, sucedió el siguiente evento, narrado hoy en el Evangelio de San Mateo:

“En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: ‘Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes’. Jesús le respondió: ‘Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’.
“Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: ‘Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna’. Jesús le contestó: ‘También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios’.
“Luego, lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: ‘Te daré todo esto si te postras y me adoras’. Pero Jesús le replicó: “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás’.
“Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle”.

 

Lecturas del Domingo: Febrero 18, 2018 – Inicio de Cuaresma

foto de altar
Iniciamos el tiempo de Cuaresma

Esta semana estamos iniciando la Cuaresma, el período de preparación para recibir la Semana Santa. Este espacio de cuarenta días está presentado en el Evangelio de hoy:

“En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los ángeles le servían”.

El número 40 tiene un significado de dureza y usualmente está relacionado con pruebas difíciles. Conoce un poco más haciendo click aquí. La cuaresma debe ser un tiempo de reflexión, oración, penitencia, mortificación y arrepentimiento a través de la confesión.

Jesús fue tentado por Satanás en este lapso de tiempo, y pudo vencerlas. La vida de todos nosotros en la Tierra es una constante lucha contra las tentaciones, ya sean materiales o espirituales, de la mente o del corazón, del alma o de la razón.

Obviamente es fácil decir que Jesús pudo resistir las tentaciones porque Él es el hijo de Dios, capaz de hacer milagros, curar enfermos y ¡hasta sacar demonios! Pero, la verdad es que Jesús también era hombre, con todas sus mismas debilidades de hambre, sed, salud.

En esta lucha, nosotros no estamos solos. También tenemos ángeles que nos rodean y nos ayudan., pero muchas veces no queremos verlos y no entendemos que están ahí: la persona que te da un consejo, el amigo que se acerca para escuchar tus problemas, tus padres o parientes que te atienden cuando llegas a sus casas, tus hijos e hijas que te reciben con júbilo cuando te ven.

Y, gracias a Jesús, sabemos que el pecado puede vencerse.

Reconócete en Jesús luchando contra las tentaciones; éstas no cesarán. Pero también, reconócete en Él triunfando sobre ellas.

Lecturas del Domingo: Diciembre 18, 2016 – Cansando primero al prójimo y luego a Dios

No tentarás al Señor
No tentarás al Señor

¿Cuántas veces nos enfrentamos al dilema de hacer el bien, pero con condiciones?

  • Te presto el carro, pero dame un dinero.
  • Amigos con derechos.
  • ¡Claro que nos casamos! Pero primero, dame aquellito.

Isaías, en la primera lectura, nos dice que no debemos tentar al Señor, y eso parece obvio hasta que nos ponemos a pensar:

  • ¡Ay, Diosito, ayúdame en mi problema y te mando hacer un novenario!
  • Señor, me voy de rodillas caminando hasta tu santuario, pero ayúdame en mi trabajo.
  • Si me saco la lotería, le daré una parte a los pobres.

Efectivamente, todas esas –y muchas otras– son formas de tentar a Dios. Dice Isaías:

“Oye pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios?”

Es mucho lo que tenemos que aprender, pero como siempre, empezamos con lo básico. Lo que parece tan obvio hoy en día ya había sido discutido miles de años atrás. Pero la maldad vuelve y vuelve. ¡Y luego dicen que las enseñanzas de la Iglesía sólo son boberías!

Pero la historia no termina ahí. Isaías predice:

“Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz a un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”.

En nuestro próximo comentario habláremos de cómo esta profecía se presenta cuando María, desposada con José, recibe la visita del ángel del Señor.

 

Lecturas del Domingo: Febrero 14, 2016 – Tentaciones

Tentación
By Juan de Flandes[1], Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4387062
La lectura de este domingo es bien interesante y poderosa. Nos topamos con Jesús que ha pasado 40 días en el desierto, en ayunas, y sólo orando.

Este período de tiempo lo recordamos nosotros con la Cuaresma.

Después de los 40 días dicen las Escrituras “sintió hambre“. En su condición de humano Jesús tenía necesidades humanas.

En eso se le aparece el diablo. Y lo tienta. Primero con comida, tratando de convencerlo que convierta en panes las piedras. ¡El chamuco sabe de dónde  cojeamos! Y siempre nos va a atacar en donde más andamos necesitados.

Ahora se lo lleva a un monte elevado para la tentación del poder. Imagínate las películas actuales en las que pasan muchas imágenes alrededor del protagonista a alta velocidad. Así, el diablo le presenta todos los reinos de la Tierra y le dice que serán suyos si se arrodilla y lo adora.

Luego viene la última tentación: El colorado se lleva a Jesús a lo alto del templo (el templo de Jerusalén es el edificio más alto de la región. Desde su parte mayor se puede ver toda la ciudad) y le dice que se tire, pues si es el hijo de Dios, no le pasará nada.

A todas estas tentaciones Jesús responde:

“Está escrito no sólo de pan vive el hombre” a la tentación de la comida.

“Está escrito: adorarás al Señor, tu Dios, y a Él sólo servirás” a la tentación del poder.

“Está escrito: no tentarás al Señor” a la última tentación.

Concluidas las tentaciones, el diablo se retiró de Él, hasta que llegara la hora.

Hasta que llegara la hora.