Lecturas del Segundo Domingo de Adviento 2023 – El Mensajero

San Juan Bautista
Juan el Bautista, por Titian – Public Domain, Link

Isaías

Is 40, 1-5. 9-11

Consuelen, consuelen a mi pueblo,
dice nuestro Dios.
Hablen al corazón de Jerusalén
y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre
y que ya ha satisfecho por sus iniquidades,
porque ya ha recibido de manos del Señor
castigo doble por todos sus pecados”.

Una voz clama:

Preparen el camino del Señor en el desierto,
construyan en el páramo
una calzada para nuestro Dios.
Que todo valle se eleve,
que todo monte y colina se rebajen;
que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane.
Entonces se revelará la gloria del Señor
y todos los hombres la verán”.
Así ha hablado la boca del Señor.

Sube a lo alto del monte,
mensajero de buenas nuevas para Sión;
alza con fuerza la voz,
tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén.
Alza la voz y no temas;
anuncia a los ciudadanos de Judá:

“Aquí está su Dios.
Aquí llega el Señor, lleno de poder,
el que con su brazo lo domina todo.
El premio de su victoria lo acompaña
y sus trofeos lo anteceden.
Como pastor apacentará su rebaño;
llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos
y atenderá solícito a sus madres’’.

Salmo 84

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

Escucharé las palabras del Señor,
palabras de paz para su pueblo santo.
Está ya cerca nuestra salvación
y la gloria del Señor habitará en la tierra.

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

La misericordia y la fidelidad se encontraron,
la justicia y la paz se besaron,
la fidelidad brotó en la tierra,
y la justicia vino del cielo.

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

Cuando el Señor nos muestre su bondad,
nuestra tierra producirá su fruto.
La justicia le abrirá camino al Señor
e irá siguiendo sus pisadas.

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

Segunda Carta del Apostol San Pedro

2 Pd 3, 8-14
Queridos hermanos: No olviden que para el Señor, un día es como mil años y mil años, como un día. No es que el Señor se tarde, como algunos suponen, en cumplir su promesa, sino que les tiene a ustedes mucha paciencia, pues no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.

El día del Señor llegará como los ladrones. Entonces los cielos desaparecerán con gran estrépito, los elementos serán destruidos por el fuego y perecerá la tierra con todo lo que hay en ella.

Puesto que todo va a ser destruido, piensen con cuánta santidad y entrega deben vivir ustedes esperando y apresurando el advenimiento del día del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos.

Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por lo tanto, queridos hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en que el Señor los halle en paz con Él, sin mancha ni reproche.

Evangelio según San Marcos

Mc 1, 1-8
Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito:

He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti,
a preparar tu camino.
Voz del que clama en el desierto:
Preparen el camino del Señor,
enderecen sus senderos”.

En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando un bautismo de arrepentimiento, para el perdón de los pecados. A él acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.

Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: “Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.

La Palabra del Sábado 26 de Noviembre de 2022

Doce apóstoles
Jesús enseñando a los doce Apóstoles, por James Tissot. Public Domain, Link.

Apocalipsis 22, 1-7

El ángel del Señor me mostró a mí, Juan, el río del agua que da la vida, reluciente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. En el centro de la plaza de la ciudad y en cada lado del río, crecía un árbol de la vida, que daba doce cosechas al año, una cada mes, y sus hojas sirven para dar la salud a las naciones. Ahí no habrá ya ninguna maldición.

En la ciudad estará el trono de Dios
y el del Cordero,
y sus servidores le darán culto,
lo verán cara a cara,
y llevarán su nombre en la frente.
Ahí no habrá ya noche
ni habrá necesidad de lámparas o de sol,
porque el Señor Dios los iluminará con su luz
y reinarán por los siglos de los siglos.

Luego el ángel me dijo: “Estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. El Señor Dios, que inspiró a los profetas, ha enviado su ángel para comunicar a sus servidores lo que tiene que suceder en breve. Ya estoy a punto de llegar. Dichoso quien le hace caso al mensaje profético contenido en este libro”.

Evangelio según San Lucas 21, 34-36

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Estén alerta, para que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.

Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre’’.

La Palabra del Miércoles 19 de Octubre de 2022

Imagen del Sagrado Corazón de Jesús
Vitral del Sagrado Corazón de Jesús, en San Pablo, Brazil. WilfredorOwn work, CC0, Link

Evangelio según San Lucas 12, 39-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”.

Entonces Pedro le preguntó a Jesús: “¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?

El Señor le respondió:

“Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso ese siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene.
Pero si ese siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los otros siervos y siervas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte de los desleales.
El siervo que conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos.
Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más”.

Carta del Apostol San Pablo a los Efesios 2-12

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este designio secreto que acabo de exponerles brevemente. Y al leer esto, podrán darse cuenta del conocimiento que tengo del designio secreto de Dios realizado en Cristo.

Éste es un designio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo. Y yo he sido constituido servidor de este Evangelio por un don gratuito de Dios, que me ha sido concedido con toda la eficacia de su poder.

A mí, el más insignificante de todos los fieles, se me ha dado la gracia de anunciar a los paganos la incalculable riqueza que hay en Cristo, y dar a conocer a todos cómo va cumpliéndose este designio de salvación, oculto desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo.

Él lo dispuso así, para que la multiforme sabiduría, sea dada a conocer ahora, por medio de la Iglesia, a los espíritus celestiales, según el designio eterno realizado en Cristo Jesús, nuestro Señor, por quien podemos acercarnos libre y confiadamente a Dios, por medio de la fe en Cristo.

Primer Domingo de Adviento 2020

Jesus y sus discípulos
Jesús y sus discípulos, por James TissotOnline Collection of Brooklyn Museum; Photo: Brooklyn Museum, 2007, 00.159.129_PS2.jpg, Public Domain, Link

Hoy comenzamos el nuevo año litúrgico 2021, y a estas primeras cuatro semanas se les conoce como el Tiempo de Adviento, es decir, preparación. Preparación para el Nacimiento de Jesús.

Durante este nuevo año estaremos leyendo el Evangelio de San Marcos cada domingo (excepto en ocasiones especiales), y el día de hoy comenzamos con un mensaje de Jesús precisamente diciéndonos que debemos prepararnos, ya no para su llegada, sino para nuestro propio juicio frente al Creador:

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la madrugada. No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo. Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alertas”.

Lecturas del Domingo: Diciembre 1, 2019 – Estén preparados

corona de adviento
Corona de Adviento, por Johann JaritzOwn work, CC BY-SA 3.0 at, Link

¡Estamos en tiempo de adviento! Esto quiere decir que hoy es el primer domingo de preparación para la llegada de Nuestro Señor Jesucristo al mundo hace ya más de dos mil años.

Este es un tiempo de preparación, y en todas las iglesias se pone una tradicional corona verde con cuatro velas, cada una de las cuales se irán prendiendo cada domingo de este tiempo.

El simbolismo de las velas y la corona es muy importante: El verde entrelazado representa la vida, nuestras vidas. Y la luz de las velas representa a Jesús, la luz de nuestras vidas.

Así pues, preparémonos para recibir la Navidad y leamos a San Mateo, cuyo evangelio nos guiará durante el nuevo año litúrgico 2020 que también hoy comienza:

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Así como sucedió en tiempos de Noé, así también sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Antes del diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca. Y cuando menos lo esperaban, sobrevino el diluvio y se llevó a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Entonces, de dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será llevada y la otra dejada.
‘Velen, pues, y estés preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en la casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre'”.