Lecturas del Domingo: Abril 3, 2016 – Ver para creer

Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6804893
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¡Ay, Tomás! Ver para creer. Después de todos los sucesos de la muerte y Resurrección de Jesús tenemos que los apóstoles, después de comprender finalmente todas las enseñanzas de Nuestro Señor, comienzan a hacer milagros y predicar el Evangelio por todas las comunidades.

Poco a poco, llegarán a Grecia y después a Roma, y de ahí ya nada los detendrá.

Ellos vivieron con Jesús, lo conocieron, y lo vieron morir. Ahora, re-energizados por su resurrección, ya no tienen miedo, ya no se sienten con vergüenza de estar bajo la lupa de los cientos o miles de personas que les ponen los ojos en espera de enseñanza, pero principalmente de milagros.

Ahora, en la primera lectura, sabemos que Pedro, el líder, está haciendo milagros y la gente sale a montones para llevarlos enfermos, aunque sea “para que les pase su sombra sobre ellos”. Eso es fé.

Y esa misma fé es la que le falta a Tomás, uno de los 12.

Jesús se les aparece a los apostoles, pero precisamente cuando Tomás no está con ellos. A pesar del recuento de todos, Tomás les dice:

“Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y si no meto mi mano en su costado, no creeré”

Y así somos todos. Siempre queremos pruebas. Pero lo peor es que ¡le imponemos condiciones a Dios! He aquí unos ejemplos: “Señor, si me saco la lotería, ayudaré a los pobres”, “Diosito, si se cura mi madre ire a visitarte a la iglesia”, y muchas otras barbaridades.

Jesús luego se les aparece cuando están todos junto, incluyendo a Tomás y, dirigiéndose a él, le dice:

“Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudado, sino cree”

Tomás le responderá: “Señor mío, y Dios mío“.

Qué pasó después con Tomás

El evento dejó gran huella en Tomás, además de que sentó un gran precedente para todos nosotros por la moraleja: “Tú crees porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto“.

Pero no todo quedó ahí. Tomás no se destruyó ni “se fue corriendo a un hoyo a esconderse“. Al contrario, comenzó a predicar con mayor devoción y finalmente ¡llevó el Evangelio hasta la India! Haya, fundó muchas Iglesias y, eventualmente, se convirtió en el Santo Patrono de la India.

Aprendamos de Tomás, que pasó de incrédulo a un gran hacedor de bien para toda la humanidad.

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Oscar Editor

Oscar es el editor de NosRodea.com

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