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Para Dios todo es posible

Jesús y el joven rico
Jesús y el joven rico, por Heinrich Hofmann – Riverside Church, New York, Public Domain, Link

Primera Carta del Apostol San Pedro

1 Ped 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva, que no puede corromperse ni mancharse y que El nos tiene reservada como herencia en el cielo. Porque ustedes tienen fe en Dios, Él los protege con su poder, para que alcancen la salvación que les tiene preparada y que Él revelará al final de los tiempos.

Por esta razón, alégrense, aun cuando ahora tengan que sufrir un poco por adversidades de todas clases, a fin de que su fe, sometida a la prueba, sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, el día de la manifestación de Cristo. Porque la fe de ustedes es más preciosa que el oro, y el oro se acrisola por el fuego.

A Cristo Jesús no lo han visto y, sin embargo, lo aman; al creer en Él ahora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe.

Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.

Evangelio según San Marcos

Mc 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante Él y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?” Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre“.

Entonces él le contestó: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven”. Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme”. Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.

Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: “¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!” Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: “Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios“.

Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: “Entonces, ¿quién puede salvarse?” Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: “Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible“.

El camello por el ojo de una aguja

Camello pasando por el ojo de una aguja. Foto de Wikipedia.
Camello pasando por el ojo de una aguja. Foto de Wikipedia.

Siempre que nos pasan eventos en la vida diaria nos vienen preguntas que a veces se vuelven muy difíciles de responder.

Imagínate cuando sufres un robo. O un accidente grave. Tal vez una decepción sentimental. En los casos mas graves la muerte de un ser querido.

En todos estos acontecimientos nos vienen a la mente las clásicas preguntas: ¿Por qué a mí?, ¿Qué hice para merecer esto? y otras mas.

Lo mismo pasa cuando trtas de entender la Biblia u otros libros sagrados. En muchas ocasiones, se ha dicho que tienes que tener preparación para entender las escrituras, pues constantemente se contradicen o contienen información ilógica o “fuera de tiempo”.

Un ejemplo muy claro es la famosa frase de Nuestro Señor Jesus cuando dice:

Es mas fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de los cielos

Mateo 19:24

Y la verdad es que uno se pone a imaginar que, ¡pues cómo será posible que pase un camello por el ojo de una aguja!, ¡Ni siquiera uno de juguete!

¡Ah, pero pensar así es quedarse en el texto! Y ahora tienes que ver el contexto:

En los tiempos de Jesus, también se le llamaba aguja a una segunda puerta de seguridad para entrar a las ciudades. Y así también se le llamaba a estrechos pasajes en montañas. Sí, es cierto que un camello podía pasar por esa puerta, pero con dificultades.

Ahora, la metáfora de Jesus se refiere a un hombre rico. Imagínatelo montado en su camello, con bolsas llenas de dinero, joyas, y otras prendas de valor a los lados, ¿cómo le va a hacer para pasar por esos estrechos espacios?

Bueno, pues va a tener que irse desprendiendo de las bolsas hasta que quepa el animal (el camello, no el hombre rico). Al final puede que le quede un poco de sus posesiones, pero lo más seguro es que haya tenido que deshacerse de la mayoría. Sólo así podrá pasar.

Así pues, no debemos quedarnos en el texto. Tenemos que buscar siempre el contexto de las cosas que nos pasan. Si te robaron, pues ponte a pensar: ¿no sería que andabas por el camino equivocado, a una hora inconveniente, exponiéndote a algo malo? Cuando alguien muere, ¿no crees que su sufrimiento era mayor que su muerte, y por lo tanto ese dolor ha parado y ahora se encuentra mejor?, o ¿no será que lo que te duele es tu pérdida?

Todo eso es el contexto: lo que está alrededor de lo escrito o lo vivido.

Todas las escrituras de la Biblia tiene un transfondo que las hacen específicas para el momento y la situación, y poco a poco iremos descubriendo más de ellas.

Este artículo tiene una imagen tomada de Wikipedia.