El Evangelio de San Mateo nos habla de que Juan “usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre“.
Sabemos que Juan tendrá un triste final, y que reconocerá a Jesús como el verdadero MesÃas, y que aceptará que su figura vaya desapareciendo poco a poco para dar paso a nuestro Señor.
Jesús comentará de Juan: “Una lámpara radiante, de la cual todos ustedes serán dichosos por ser iluminados”.
Los himnos y cánticos, los cuales son mencionados como alabanza a Dios y al Cordero, son efectuados por ángeles, mártires y santos. Los cantos durante la celebración de la misa son lo mismo, alabanzas a Dios y a Jesús por parte de los asistentes.
Antes de la consagración del vino, se vive un ambiente festivo y alegre, de repente, un monaguillo tocará las campanas para anunciar que la música termina y comienza el momento solemne. Los mismo ocurre en el libro, al escucharse las trompetas el ambiente de fiesta en la Tierra se acaba. Todos debemos estar de rodillas. Este mismo momento se relata en el libro.
No cabe duda de que todo lo bueno se acaba pronto, y asà pasó con la Navidad del 2015 que oficialmente termina hoy.
En la primera lectura, el profeta IsaÃas le recuerda al pueblo de Israel que ya no deben estar tristes pues el Señor los ha liberado de la esclavitud y la servidumbre, pero ahora tienen una misión mayor: preparar la venida del mesÃas. Y aunque todavÃa les faltarán uno 500 años, el proceso tiene que empezar.
El Salmo de este domingo es uno de los más bonitos: bendice alma mÃa al Señor.