Lecturas del Domingo: Enero 22, 2017 – Síganme y los haré pescadores de hombres

 

Jesús y Pedro
Jesús con los hermanos Pedro y Andrés, pescadores

San Mateo, en su Evangelio de hoy, nos habla de que, después de que Juan el Baustista fue arrestado, Jesús se fue triste de su pueblo y se estableció en Cafarnaúm, junto al lago en la tierra de Zabulón y Neftalí.

Mateo nos recuerda una de las profecías de Isaías, que casi 1,000 años antes había dicho:

“Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivián en tierra de sombras una luz resplandeció”.

Y es que, en tiempos de Isaías, Zabulón y Neftalí eran pueblos flagelados por la corrupción, prostitución, asesinatos, etc. Por eso Isaías los menciona que caminaban en tinieblas o tierra de sombras. Y Jesús, con su presencia, se convirtió en una luz resplandeciente sobre ellos.

Finalmente, Mateo nos dice que después de un tiempo de vivir y predicar cerca del lago, Jesús se encuentra a dos hermanos, Simón –que después se llamará Pedro– y Andrés, que eran pescadores. Jesús les dijo:

“Síganme y los haré pescadores de hombres”.

Y he aquí una de las acciones más bellas de todos los Evangelios, los cuales sintetizan como debemos responder al llamado de Dios:

“Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.  Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca remendando redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida a la barca y a su padre, lo siguieron”.

Lecturas del Domingo: Enero 8, 2017 – La Epifanía del Señor

Los reyes magosHoy celebramos la Epifanía del Señor, es decir una de las manifestaciones de Dios en nuestras vidas. Hay muchas epifanías escritas en la Biblia, como la aparición de los ángeles, las apariciones de Jesús, y otras. Pero la de hoy es referente a Jesús.

En la primera lectura, el profeta Isaías describe el nacimiento de El Salvador casi 900 años antes, de manera muy similar a la que estamos acostumbrados a ver en los nacimientos (escenas de navidad):

“Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes d eMadián y de Efá.Vendrán todos los de Sabá, trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor”.

Incienso y oro. Parte de la tradición, que por toda nuestra vida hemos escuchado:

  • 3 reyes magos: aunque la Biblia no menciona cuantos son.
  • Melchor, Gaspar y Baltazar: No, en ninguna parte de la Biblia aparecen sus nombres.
  • Sus monturas: caballo, camello ¡y hasta elefante!
  • Y sus razas, uno era europeo blanco, otro árabe, y Baltazar era ¡africano!
  • Y finalmente, sus restos se encuentran en la ciudad de Colonia, en Alemania.

Todo esto es tradición, pues ni siquiera sabemos si eran reyes. Lo que sí sabemos es que eran astrólogos, que conocían el movimiento de las estrellas y que eran gente muy importante pues se hacían seguir de un gran séquito. El Evangelio de San Mateo menciona que eran magos, pero en hebreo la palabra mago también quiere decir sacerdote.

La travesía

Siguieron a una estrella que les iba marcando el camino. Cuando llegaron a Jerusalén y anunciaron el motivo de su llegada, Herodes se sobresalto y con él toda Judá. Y con razón, pues le avisan de que ha nacido quien en verdad le puede poner fin a su reinado.

Herodes les pide que averiguen todo lo que puedan acerca del niño y regresen a él para también ir a adorarlo. Sabemos que quiere saber exactamente el lugar y desahcerse de él.

Los magos se van de con Herodes y vuelven a ver la estrella que los iba guiando, y con mucha alegría la vuelven a seguir. Encuentran al pesebre, y le hacen los ofrecimientos al niño: oro por ser rey, incienso por ser Dios, y mirra, una combinación de aceites perfumados, por ser hombre y como recordatorio de lo que le espera. La mirra se usaba en ese entonces como un unguento para los muertos.

Advertidos durante el sueño de no volver a Herodes, tomaron otro camino de regreso a sus tierras. Y nunca más volvemos a saber de ellos.

La Estrella de Belén

Se han tratado de dar muchas explicaciones a este elemento del nacimiento de Jesús: fue una estrella que explotó (super nova), fue una alineación extraordinaria de planetas, o fue simplemente un fenómeno sobrenatural.

Para muchas sectas protestantes, la estrella de Belén tiene un significado mas terrible: es un símbolo del enemigo para indicar la presencia de Jesús a sus enemigos, y así poder acabar con Él.

Por favor, no le quiten ni le pongan: lo escrito, escrito está. No lo menosprecien o le den tinte maligno como lo han hecho con otros íconos católicos ¡sólo por estar en desacuerdo!

Alma y Espíritu

Se entiende que nuestros cuerpos son elementos biológicos imperfectos: nacemos, crecemos, nos reproducimos, desarrollamos enfermedades,  cambiamos, y en un proceso constante nos vamos gastando. Es algo natural que compartimos con todos los seres de la naturaleza.

No me malinterpretes. El cuerpo humanos es una maravilla en todos los aspectos.

Sin embargo –y por más que Neil deGrasse Tyson, Carl Sagan, Stephen Hawkins, y otros carbones digan lo contrario– el cuerpo en sí no puede funcionar solo, necesita del Alma y el Espíritu para poder vivir primero y luego comprender su alrededor, para poder sentir, para poder amar.

El Alma es la combinación de cuerpo y vida, es la verdadera chispa que permite la vida. Todos los seres vivos tienen Alma.

El complemento del alma es el Espíritu, el cual representa la unión de un ser con Dios. Es el enlace íntimo de nuestra vida con nuestro Creador. Usualmente, el espíritu te es dado, tu lo recibes.

Un cuerpo sin espíritu es sólo un elemento biológico como la bacteria o el virus, los cuales realizan sus acciones pero no avanzan más alla, no son capaces de amar o de sentir compasión, ternura, cariño.

Aquí te va un hecho muy interesante: los animales tienen alma, pero muchos dicen que no tienen espíritu. Yo difiero de eso: algunos animales logran desarrollar un espíritu.

Todos nacemos con entendimiento biológico. Una mosca sabe que tiene que comer, reproducirse, vivir. Lo mismo ocurre con una vaca.

Decía el escultor Henry Moore: Si tu pones un arreglo de joyas de oro sobre el césped o grama, y se lo enseñas a una vaca, ella desdeñará el oro y se comerá lo verde. Pero nosotros vemos arte, vemos más allá de lo que nuestros sentidos nos enseñan.

El espíritu es una liga con Dios. Cuando una persona pierde lo pierde desaparece esa relación íntima, y eso no es algo poco común: desafortunadamente ocurre con mucha frecuencia.

La Parábola del Invitado sin Vestido de Fiesta

Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?” El se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.” Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.
Mateo 22, 11-14

¡Agárrenlo y échenlo pa`fuera! "Teachings of Jesus 29 of 40. the man without a wedding garment. Jan Luyken etching. Bowyer Bible" by Phillip Medhurst - Photo by Harry Kossuth. Licensed under FAL via Commons.
¡Agárrenlo y échenlo pa`fuera! “Teachings of Jesus 29 of 40. the man without a wedding garment. Jan Luyken etching. Bowyer Bible” by Phillip Medhurst – Photo by Harry Kossuth. Licensed under FAL via Commons.

Los invitados son las almas, ¿A qué crees que se refiere Jesús cuando habla de un comesal sin traje de boda? ¡Pues a una Alma sin Espíritu! ¿Echarle a las tinieblas? pues creo que sabes de dónde estamos hablando, ¿verdad?

Acerca de los asesinos, malechores, ladrones

Viendo todos los días las noticias de todas las barbaridades unca falta quién pregunte: ¿Por qué existen asesinos tan sanguinarios? ¿Cómo es posible que lleguemos a tales grados de horror?

No nos queda mas que pensar que toda esa gente tiene Alma, sí por que están vivos. Pero no tienen espíritu. Son seres como las bacterias: viven y existen, pero al final de sus dias: “Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.”