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Tercer Domingo de Adviento, Diciembre 12 de 2021

Nuestra Señora de Guadalupe
Nuestra Señora de Guadalupe. Public Domain, Link

Hoy es el tercer Domingo del Tiempo de Adviento, y es también el día en que celebramos a Nuestra Señora de Guadalupe. Una gran coincidencia que hoy, el llamado Domingo de la Alegría en que los sacerdotes oficiantes se visten de color rosa simbolizando el júbilo y el regocijo, también estemos celebrando a la Patrona de México y Emperatríz de América.

Sofías 3, 14-18

Canta, hija de Sión,
da gritos de júbilo, Israel,
gózate y regocíjate de todo corazón, Jerusalén.

El Señor ha levantado su sentencia contra ti,
ha expulsado a todos tus enemigos.
El Señor será el rey de Israel en medio de ti
y ya no temerás ningún mal.

Aquel día dirán a Jerusalén:
“No temas, Sión,
que no desfallezcan tus manos.
El Señor, tu Dios, tu poderoso salvador,
está en medio de ti.
Él se goza y se complace en ti;
Él te ama y se llenará de júbilo por tu causa,
como en los días de fiesta”.

Isaías 12, 2-3. 4bcd. 5-6

R. (6) El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios y salvador,
con Él estoy seguro y nada temo.
El Señor es mi protección y mi fuerza
y ha sido mi salvación.
Sacarán agua con gozo
de la fuente de salvación.
R. El Señor es mi Dios y salvador.
Den gracias al Señor,
invoquen su nombre,
cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime. R.
R. El Señor es mi Dios y salvador.
Alaben al Señor por sus proezas,
anúncienlas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sión,
porque el Dios de Israel
ha sido grande con ustedes. R.
R. El Señor es mi Dios y salvador.

Carta a los Filipenses 4, 4-7

Hermanos míos: Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡alégrense! Que la benevolencia de ustedes sea conocida por todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Evangelio según San Lucas 3, 10-18

En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: “¿Qué debemos hacer?” Él contestó: “Quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo”.

También acudían a él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: “Maestro, ¿qué tenemos que hacer nosotros?” Él les decía: “No cobren más de lo establecido”. Unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?” Él les dijo: “No extorsionen a nadie, ni denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario”.

Como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.

Con éstas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva.

 

Lecturas del Domingo: Enero 13, 2019 – Bautismo del Señor

El Bautismo de Cristo
Bautismo de Cristo por Navarrete el Mudo. Juan Fernández Navarrete[1], Public Domain, Link
Este día celebramos el Bautismo de Jesus a través de Juan el Bautista, y también es oficialmente el último día de la Navidad. Todos los domingos de aquí en adelante y hasta el inicio de la Cuaresma serán del tiempo ordinario.

Ochocientos años antes, el profeta Isaías anunciaba al pueblo de Israel que después de muchos años de ser esclavos de los Babilonios por fin eran libres y ya estaban listos para emprender su camino hacia la tierra prometida de la que habían sido sacados. Y lo hacía con un mensaje de esperanza:

“Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de la servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados”.

Recordemos que el pueblo judío, a pesar de ser el elegido de Dios, siempre ha estado en pleito con Él, como un hijo único consentido se rebela a su padre. ¡Y constantemente le ha ofendido! La paciencia de Dios llegó a su fin y los Babilonios se encargaron de darles una lección al derrotarlos y después llevárselos como esclavos.

Después de estas palabras, Isaías hace una profecía acerca del nacimiento de Jesús, y particularmente, nos menciona la figura de San Juan Bautista:

“Una voz clama: ´Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina se rebajen; que lo retorcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor, y todos los hombres la verán´. Así ha hablado la boca del Señor”.

El Evangelio de san Lucas del día de hoy, nos habla del bautismo de Jesús, y nos dice que como el pueblo estaba bastante emocionado al escuchar hablar a Juan en el desierto y de cómo su mensaje era de arrepentimiento y esperanza, y al mismo tiempo de la próxima llegada del verdadero mesías. Pero la gente pensaba que él era el nuevo liberador del pueblo Judío, así que Juan mismo se encargó de corregirlos al decirles:

“Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. El los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego”.

Y continua san Lucas:

“Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: ´Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco´”.

Así, de nueva cuenta tenemos otra manifestación de Dios en la Tierra. Esta vez dándonos a conocer que en realidad Jesús es el Hijo de Dios, y que junto con el Espíritu Santo, y Dios Padre son uno mismo, y uno solo.

Nuestras tribulaciones y problemas son muchos en la vida. Pero las promesas de Dios siempre se cumplen y siempre son buenas, para todos nosotros. Este es el mensaje de Juan el Bautista y las profecías de Elías. Nosotros no tenemos que esperar ochocientos años, pues nuestra vida es corta y la solución a todos los males siempre está en corto plazo, siempre y cuando tengamos fe en Dios.

Le llegada de Jesús a través de María es un cambio grande para la humanidad rebelde. Ya no estamos hablando solamente de un pueblo, sino de todos los países del planeta como una sola familia.

 

Lecturas del Domingo: Diciembre 17, 2017 – Tercer Domingo de Adviento

Tercer Domingo de Adviento

Hoy es el tercer domingo de Adviento, y en este día encendemos la vela rosa, la cual represanta la alegría y el regocijo. En tiempos antiguos se usaba para anunciar a la gente que no sabía leer que quedaban dos semanas antes de la Navidad. Este es un domingo de alegría y de gozo en Dios. Para muchos de nosotros, esto puede parecer un poco fuera de lugar, especialmente si estamos pasando por dificultades.

  • “¡Alégrense!” — ¿Podemos decrirle eso a una persona pobre, que está muriendo de hambre?
  • “¡Alégrense!” — ¿Podemos decrirle eso a una persona que acaba de perder un ser querido?
  • “¡Alégrense!” — ¿Podemos decrirle eso a una persona que está a punto de ir a la cárcel, por cualquiera que sea la situación?

Ciertamente, es muy difícil. Pero, como nos dice el profeta Isaías en la primera lectura:

“El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres. A curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor”.

Así que, tal vez “¡Alégrense!” no sea la expresión más adecuada que podamos decir a la gente descrita arriba, pero sí un “¡ánimo!”, o palabras de aliento en la forma que más estemos acostumbrados. Pero lo más importante, es el anuncio de la buena nueva. Y eso nos corresponde a nosotros, por más difícil que sea el ambiente o la situación.

Sigue diciendo Isaías:

“Me alegro en el Señor con toda mi alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas. Así como la tierra hecha sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las naciones”.

¡Ajá! ¡Ahí está la buena nueva! La Esperanza, la fe de que Dios hará justicia. Ese es el mensaje que debemos compartir. Ahí estará la alegría.

San Pablo nos habla el día de hoy de algo similar:

“Hermanos, vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues eso es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Espíritu Santo, ni desprecien el don de profecía; pero sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la Paz los santifique a ustedes en todo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochablehasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa”.

Finalmente, el día de hoy tambien celebramos a San Juan. La semana pasada tuvimos una presentación previa, pero muy similar de Juan, y ahora Juan el evangelista nos dice sobre el bautista:

“Yo soy la voz que grita en el desierto: ´Enderecen el caminodel Señor´ como lo anunció el profeta Isaías”

Lecturas del Domingo: Diciembre 10, 2017 – Segundo Domingo de Adviento

San Juan Bautista
“La prédica de San Juan Bautista” por Pieter Brueghel the ElderOwn work Yelkrokoyade Taken in 20/07/2013, Public Domain, Link

Hoy es el segundo domingo de adviento, y es el día dedicado a San Juan Bautista.

Recordemos que San Juan es el hijo de Isabel, la prima de María la Madre de Jesús, que se enteró de su embarazo cuando María fue a visitarla.

En el momento en que María entró en la casa de su prima, el bebé de Isabel brincó de alegría.

“Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre”, es la frase que Isabel pronunció y que nosotros recordamos en el rosario.

Isabel dio a luz a San Juan Bautista tres meses después. Poco se sabe después de lo que pasó a San Juan niño y adolescente, y no es hasta varios años después que es descrito como “el mensajero”, el que antecede a Jesús.
San Juan Bautista es también considerado el último profeta de las sagradas escrituras. Después de él, no hay otro profeta más.

Vivía de la forma más humilde en el desierto. Se alimentaba de saltamontes y miel silvestre y usaba un vestido hecho con piel de camello, ceñido con un cinturón de cuero; una descripción muy gráfica que es presentada en el Evangelio de san Marcos.

Previo a la vida pública de Jesús, Juan proclamaba la palabra, pedía al pueblo alejarse de las malas obras, predicaba un bautismo de arrepentimiento bañando a la gente en el rio Jordán, y hasta escuchaba confesiones de la gente que acudía a él.

Poco a poco, comenzó a tener un grupo cada vez mayor de seguidores, muchos de los cuales comenzaron a preguntarse si era él el esperado Mesías.

Pero Juan, en su humildad, sabe que él no es el Mesías, y frecuentemente se los hace saber a su discípulos:

“Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de las sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.

Este es el segundo mensaje de adviento.

Lecturas del Domingo: Dic. 13, 2015 – Demos paso a la Alegría

Nos rodea la felicidad

Este Domingo, el tema principal de las lecturas es la Alegría, principalmente con respecto a la llegada del Redentor.

Sofonías le recuerda al pueblo Judío que no debe caer en la desesperación ni el enojo. Tanto ha sufrido el pueblo que se siente desconsolado, angustiado, y descepcionado de sus líderes religiosos… y hasta de Dios mismo. Pero los mejores tiempos están por llegar.

Grita de Alegría, porque grande se ha portado contigo el Santo de Israel.
Salmo de Isaías 12, 2-3.

San Pablo lo confirma en su carta a los Filipenses (4, 4-7): No se inquieten por nada, más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración.

Finalmente, una de las pocas ocasiones en que el personaje principal del Evangelio no es Jesús, sino Juan el Bautista, que revela la pronta llegada de alguien más grande que él, alguien a quien él mismo no es merecedor de desatarle las agujetas de sus sandalias.