“Las visiones del profeta Ezequiel” por por artista desconocido. Illustration by Matthaeus (Matthäus) Merian the elder (1593-1650) – http://www.biblical-art.com/artwork.asp?id_artwork=26660&showmode=Full From “L’Histoire du Vieux et du Nouveau Testament”, Nicolas Fontaine (author). Call Number at Pitts Theology Library: 1670Font., Public Domain, Link
El profeta Ezequiel, unos 600 años antes del nacimiento de Jesús, fue de los primeros en tener este encargo. La primera de las lecturas del domingo nos habla del llamado de Dios a este profeta:
Estamos en esta vida todos juntos. Aquà no existe uno sólo nada mas. Esta pandemia por la que pasamos nos lo ha enseñado y la Palabra de Dios y Jesús nos lo han predicho desde hace más de 2500 años.
“Las visiones del profeta Ezequiel” por por unknown artist after illustration by Matthaeus (Matthäus) Merian the elder (1593-1650) – http://www.biblical-art.com/artwork.asp?id_artwork=26660&showmode=Full From “L’Histoire du Vieux et du Nouveau Testament”, Nicolas Fontaine (author). Call Number at Pitts Theology Library: 1670Font., Public Domain, Link
Este es un dÃa de contradicciones. El rechazo de los nuestros, en todas sus expresiones, es el tema principal de las lecturas de hoy. Cuántas veces nos topamos con que nuestra propia comunidad –y hasta nuestra propia familia– no confÃan en nosotros, nuestros trabajos o acciones. Sin duda, el que nuestra propia gente no pueda reconocer nuestros logros, nos hace vÃctimas de sus prejuicios.
Muchas veces renegamos a de la voluntad de nuestro Dios; sabemos cual es su voluntand, pero nos es difÃcil seguirla. Sin embargo, su misericordia es tan grande, que nos da la oportunidad para que pensemos y rectifiquemos nuestras acciones.
En la primera lectura, el profeta Ezequiel nos dice que:
La clave es muy clara y sencilla: recapacitar y apartarse de lo malo. Pero, a veces esto no resulta tan obvio o tan fácil. Imaginemos a una persona que está cometiendo adulterio: al estar tan metido en su otra relación, no se da cuenta de que puede estar haciendo mal. En su cabeza pueden estar dando vueltas muchas ideas y justificaciones. Y mientras tanto, el tiempo sigue pasando.
No es sino que hasta que ocurre una situación inesperada –como un susto o sorpresa– que el inculpado o inculpada se dan cuenta de lo que están haciendo. Es ahà el momento que Dios nos da para rectificarnos antes de que sea demasiado tarde.
“Un hombre que tenÃa dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: ´Hijo, ve a trabajar hoy en la viña´. Él le contestó: ‘Ya voy, señor’ pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Este le respondió: ´No quiero ir´, pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?”
Es aquà que tenemos cómo el arrepentimiento vuelve a mencionarse como la clave para nuestra propia salvación.
A la pregunta de Jesús, todos respondieron: “El segundo“.
Respuesta obvia y fácil, incluso para nosotros hoy en dÃa. Pero, es interesante ver cómo Jesús impone su autoridad al hacerles preguntas para ponerlos a prueba, algo inusual y escandaloso en esos tiempos.
Jesús sigue su enseñanza cambiando su tono a uno más duro:
El Evangelio de San Mateo nos habla de que Juan “usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre“.
Sabemos que Juan tendrá un triste final, y que reconocerá a Jesús como el verdadero MesÃas, y que aceptará que su figura vaya desapareciendo poco a poco para dar paso a nuestro Señor.
Jesús comentará de Juan: “Una lámpara radiante, de la cual todos ustedes serán dichosos por ser iluminados”.