Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios

Holy Spirit as a Dove
El Espíritu Santo como Paloma“, por Gian Lorenzo Bernini Public Domain, Link

Hechos de los Apostoles

Hch 4, 23-31
En aquellos días, tan pronto como Pedro y Juan quedaron en libertad, volvieron a donde estaban sus compañeros y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al oír esto, todos juntos clamaron a Dios, diciendo:

“Señor, tú has creado el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contiene; por medio del Espíritu Santo y por boca de tu siervo David, nuestro padre, dijiste: ¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevaron los reyes de la tierra y los príncipes se aliaron contra el Señor y contra su Mesías.

Esto fue lo que sucedió, cuando en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los paganos y el pueblo de Israel, contra tu santo siervo Jesús, tu ungido, para que así se cumpliera lo que tu poder y tu providencia habían determinado que sucediera.

Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos anunciar tu palabra con toda valentía. Extiende tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios en el nombre de tu santo siervo, Jesús”.

Al terminar la oración tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo y comenzaron a anunciar la palabra de Dios con valentía.

Evangelio según San Juan

Jn 3, 1-8
Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús y le dijo: “Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces, si Dios no está con Él“.

Jesús le contestó: “Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios“. Nicodemo le preguntó: “¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?

Le respondió Jesús: “Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: ‘Tienen que renacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu“.

 

El abismo entre el cielo y el lugar del castigo

Imagen de Lázaro
“Lázaro” por Meister des Codex Aureus Epternacensis – The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=155243

En el Evangelio de esta semana escuchamos la parábola del hombre rico y el pobre mendigo Lázaro. Una de sus partes nos presenta al rico, muerto y en el infierno, que al voltear hacia arriba ve a Abraham con Lázaro a su lado y le implora que el pobre baje y le moje la lengua, pues no aguanta el tormento de las llamas:

“Abraham le contestó: ‘Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso, él goza de consuelo mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar ni hacia allá ni hacia acá’.

Esta parte nos habla de la totalidad y dureza del lugar de castigo, y de que una vez que pasamos a la otra vida, ya no hay vuelta atrás: O fuiste bueno, o fuiste malo. Pero, ¿por qué? ¿Qué la misericordia de Dios no es tan grande que puede perdonarnos a todos?

Todos tenemos nuestras oportunidades de reconciliación con Dios en nuestras vidas. Cuando nuestro tiempo acaba, no debemos tener excusas. El infierno es el lugar de castigo, y muchos lo llaman y lo describen como la ausencia de Dios.

Simplemente, ya no estamos a la vista de Él, y no por decisión de Dios, sino por nuestra necedad. Al quedar invisibles, el abismo que se abra no se podrá pasar en ninguna dirección.

El dolor de las llamas es el dolor del espíritu que no encuentra a su pastor y se ve perdido en el infinito del espacio-tiempo, como una piedrita suelta en la magnitud del universo, sin llegar a ningún lado, sola y sin propósito.

Tu Alma tiene un precio, ¡y muy alto!

No sabemos si el infierno existe. Decía San Agustín que lo que conocemos como El Diablo –el enemigo–, es el príncipe de la mentira. Y la mayor de las mentiras es negar a Dios.

¿Y qué puede ganar él engañándonos con eso? Cuando tu pierdes tu Espíritu (checa nuestro tratado aquí) tu alma queda flotando. En tu muerte, tu Alma quedará sin incorporarse a Dios, la energía que forma a todo el universo. Es decir, tu Alma quedará a merced de cualquier otra entidad que pueda hacerse de esa energía… y así crecer.

El verdadero infierno es que tu Alma, esa energía que fue diseñada para volver a Dios, no lo encuentre y esté buscándolo por la eternidad.

¿Te parece fantasioso? Pues no lo es. Ponte a pensar un poco y trata de ver que en esta vida se nos están llenando la cabeza de numerosas ideas que nos alejan de la religión. No, no se trata de “yo no creo en un Dios porqué nadie me lo puede demostrar“, estás cayendo de nuevo en la mentira, y ese es su juego.

Todos los acontencimientos (ataques terroristas, muertes violentas) que están sucediendo en este momento en nuestro mundo, están diseñados para hacerte temer y dudar. Muchos comentarios circulan con el tema “los ataque se hacen en nombre de un Dios, ¡despierten!“, y no cabe duda que lo hace la gente en buena intención, pero esa siempre ha sido la historia.

El enemigo tiene mucha paciencia, y por siglos ha preparado todos los engranes que ahora mismo se están moviendo para ponernos donde estamos.

Analiza la cosas. Todo se está haciendo por dinero, por los grupos que están detrás de las grandes organizaciones mundiales. Ellos tienen ya todo el dinero del mundo. Tienen todo el poder político. Ellos detienen todas las cosas que por lógica ya deberían estar creadas ahora mismo:

  • Vacunas contra el cancer
  • Autos eléctricos
  • Formas alternas de energía
  • Y muchas más

Si ellos tienen todo, ¿por qué quieren más? ¿No es más fácil que hagan cosas buenas por la humanidad? Claro que podrían hacerlas, pero no las harán. Todos ellos son parte de la gran mentira que tiene por misión acabar con la esperanza y la creencia en Dios.

¿Acaso no es más fácil manipular a un pobre, hambriento, y en necesidad que a uno satisfecho, tranquilo, y en paz?

Tu Alma tiene un gran precio, y ellos están ¡buscándola! ¡Despertemos!

 

La Ciencia del Alma

Stephen Hawking en gravedad cero.
Physicist Stephen Hawking in Zero Gravity NASA” by Jim Campbell/Aero-News Network – http://www.flickr.com/photos/39735679@N00/475109138/ / http://mediaarchive.ksc.nasa.gov/detail.cfm?mediaid=31873. Licensed under Public Domain via Commons.

Hablábamos recientemente de que la Ciencia y la Religión no se encuentran en lucha, sino que los medios y muchos detractores, así lo hacen ver. Pero, ¿Cómo está eso de que se puede explicar el Alma con la ciencia?

¡Claro que sí! Y para eso sólo se necesita la Primera Ley de la Termodinámica:

La materia y la energía no se crean ni se destruyen, sólo se transforman

Está bien, ¿qué fregaos tiene que ver eso en unificar los dos conceptos?

Número 1: El Alma es energía que está adentro de tí

Digan lo que digan sin el Alma el cuerpo no va a funcionar. Hemos dicho que el Alma es la chispa de la vida, es lo que hace que un cuerpo se mueva, en el momento que mueres tu Alma abandona el cuerpo.

Número 2: ¿Qué le pasa a mi alma cuando muero?

Stephen Hawking causó revuelo en 2011 cuando monumentalmente anunció que él no creía en el Cielo o en la vida después de la muerte, cuando morimos nuestro cerebro simplemente se apaga… y después nada pasa.

Pero, ahí hay una seria contradicción con las leyes de la física (termodinámica y conservación de la energía). Lo que le sea que le da la vida al cuerpo (Alma, Karma, Energía, etc.) no puede sólo desaparecer, ¡se tiene que transformar! Por leyes físicas algo le tiene que pasar a nuestra energía interna.

Número 3: Si no se pierde, ¿a dónde va?

Tu Alma NO SE VA A PERDER, se transformará, saldrá de tu cuerpo y se integrará a la mayor fuente de Energía que gobierna al Universo: Dios.

Imagínate ahora a Dios no en el aspecto del cuerpo humano, sino como la verdadera entidad inteligente, poderosa, que está vigente por todo el universo. Cuántas veces nos han dicho que cuando nos muramos seremos como luces (¿a qué te suena esto?, ¿no te parece como a energía?), que no necesitaremos cuerpos, no necesitaremos ni casarnos, etc. Checa el Evangelio de San Marcos 12:18-27, la parábola de la mujer que tuvo siete maridos.

Dios está vivo, existe y nos rodea. Dios es omnipresente, por que si es energía es como la luz que nos llega del sol: ¿No es cierto que la misma luz esta en dos lugares diferentes al mismo tiempo? Pero Dios es más que la luz, pues su extensión va más alla de la Tierra y se expande a todo el universo.

Dios es una energía que no depende del sol u otro factor.

Cuando nos llegue la hora de la muerte, es tu cuerpo el que morirá, pero nunca tu Alma. Y si tienes el enlace del Espíritu Santo, ese link hará posible que te integres a Dios.

¡Cómo te quedó el ojo!

Entendiendo la Muerte, parte II

La muerte contra unos tipos
¿Debemos temer a la muerte?, ¿Debemos rechazarla y evitarla?

“Ignoro por qué capricho extraño puede el hombre robarse a sí su propio el tesoro de la vida, cuando la vida, por sí misma, a cada instante corre a entregarse a la muerte.” El Rey Lear. Shakespeare.

Continuación. Entonces, ¿debemos abrazar a la muerte? No. Lo que debes abrazar es a la vida que Dios te dio al momento que puso un Alma en tu cuerpo. El tiempo que tenemos aquí es muy corto, y con él debemos demostrar que estamos listos para el siguiente paso.

De nada te sirve que te vayas a esconder debajo de una piedra, o de  un refugio nuclear, o que quieras esconder tu sentimientos, o que no hagas nada porque de todas formas, todo se va a perder.

Tu tienes que vivir tu vida, disfrutarla, convivir con los tuyos, fortalecer el Espíritu con los que te rodean para que, cuando llegue el momento, podamos todos ir hacia Dios bien fuertes, con la seguridad de haber hecho Su voluntad y listos para recibir nuestra recompensa.

¡Ánimo!

Alma y Espíritu

Se entiende que nuestros cuerpos son elementos biológicos imperfectos: nacemos, crecemos, nos reproducimos, desarrollamos enfermedades,  cambiamos, y en un proceso constante nos vamos gastando. Es algo natural que compartimos con todos los seres de la naturaleza.

No me malinterpretes. El cuerpo humanos es una maravilla en todos los aspectos.

Sin embargo –y por más que Neil deGrasse Tyson, Carl Sagan, Stephen Hawkins, y otros carbones digan lo contrario– el cuerpo en sí no puede funcionar solo, necesita del Alma y el Espíritu para poder vivir primero y luego comprender su alrededor, para poder sentir, para poder amar.

El Alma es la combinación de cuerpo y vida, es la verdadera chispa que permite la vida. Todos los seres vivos tienen Alma.

El complemento del alma es el Espíritu, el cual representa la unión de un ser con Dios. Es el enlace íntimo de nuestra vida con nuestro Creador. Usualmente, el espíritu te es dado, tu lo recibes.

Un cuerpo sin espíritu es sólo un elemento biológico como la bacteria o el virus, los cuales realizan sus acciones pero no avanzan más alla, no son capaces de amar o de sentir compasión, ternura, cariño.

Aquí te va un hecho muy interesante: los animales tienen alma, pero muchos dicen que no tienen espíritu. Yo difiero de eso: algunos animales logran desarrollar un espíritu.

Todos nacemos con entendimiento biológico. Una mosca sabe que tiene que comer, reproducirse, vivir. Lo mismo ocurre con una vaca.

Decía el escultor Henry Moore: Si tu pones un arreglo de joyas de oro sobre el césped o grama, y se lo enseñas a una vaca, ella desdeñará el oro y se comerá lo verde. Pero nosotros vemos arte, vemos más allá de lo que nuestros sentidos nos enseñan.

El espíritu es una liga con Dios. Cuando una persona pierde lo pierde desaparece esa relación íntima, y eso no es algo poco común: desafortunadamente ocurre con mucha frecuencia.

La Parábola del Invitado sin Vestido de Fiesta

Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?” El se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.” Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.
Mateo 22, 11-14

¡Agárrenlo y échenlo pa`fuera! "Teachings of Jesus 29 of 40. the man without a wedding garment. Jan Luyken etching. Bowyer Bible" by Phillip Medhurst - Photo by Harry Kossuth. Licensed under FAL via Commons.
¡Agárrenlo y échenlo pa`fuera! “Teachings of Jesus 29 of 40. the man without a wedding garment. Jan Luyken etching. Bowyer Bible” by Phillip Medhurst – Photo by Harry Kossuth. Licensed under FAL via Commons.

Los invitados son las almas, ¿A qué crees que se refiere Jesús cuando habla de un comesal sin traje de boda? ¡Pues a una Alma sin Espíritu! ¿Echarle a las tinieblas? pues creo que sabes de dónde estamos hablando, ¿verdad?

Acerca de los asesinos, malechores, ladrones

Viendo todos los días las noticias de todas las barbaridades unca falta quién pregunte: ¿Por qué existen asesinos tan sanguinarios? ¿Cómo es posible que lleguemos a tales grados de horror?

No nos queda mas que pensar que toda esa gente tiene Alma, sí por que están vivos. Pero no tienen espíritu. Son seres como las bacterias: viven y existen, pero al final de sus dias: “Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.”