Lecturas del Domingo: Octubre 15, 2017 – Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos

Parábola del gran banquete
“El Gran Banquete”, por Brunswick Monogrammistcyfrowe.mnw.art.pl, Public Domain, Link

Este domingo escuchamos la parábola del gran banquete, y es la continuación al mensaje de la semana pasada en que escuchábamos cómo el Reino de Dios no sólo es del pueblo Judío, sino que, por Jesús, nos es dado también a los demás.

Este es el texto de la enseñanza de Jesús a los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo:

“El reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados a que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir.
“Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: ´Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda´. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue para su campo, otro para su negocio, y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron”.

Sabemos de antemano que, el rey es Dios mismo, y el banquete de bodas es su reino, coronado por su hijo.

Los invitados son el pueblo elegido de Dios, es decir, los israelitas. Recordemos que, por cientos de años, a pesar de haber tenido la dicha de la elección como pueblo, la gente de Judá siempre bucaba formas de quejarse por sus condiciones de vida, por la dureza de sus pruebas, y porque siempre o estaban en guerra, o eran esclavos de algún otro pueblo poderoso. En ese entonces, estaban sujetos al  yugo romano.

Los criados son los profetas llevando siempre el mensaje y la palabra de Dios.

Después de cientos de años, la palabra pareceía que no encajaba bien en el pueblo judío, y sabemos que algunos profetas fueron muertos a manos de su propio pueblo. El último de ellos, Juan el Bautista correría con la misma suerte poco después.

Sigue la narración:

“Entonces el rey se llenó de cólera, y mandó sus tropas, que dieran muerte a a quellos asesinos y prendieran fuego a la ciudad”.

Ciertamente, no hay mucho que decir excepto que el castigo de Dios no es algo de risa, pero con justificación. ¿No fueron advertidos –invitados– los invitados? Sigamos con la parábola:

“Luego, les dijo a sus criados: ´La boda está preparada, pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan pues, a los cruces y los caminos, y conviden al banquete de bodas a todos los que se encuentren´. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que se encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados”.

Es en este momento que el Reino de Dios no es más exclusivo del pueblo Judío. Ahora, se ha abierto a todos los demas. Sin embargo, hay que recalcar esto: Se ha abierto para buenos y para malos. Entendamos esto, no sólo es para todos los buenos, se ha llamado también a los malos. Eso no quiere decir que tienen la invitación abierta 100%, como veremos a continuación.

“Cuando el rey entró a saludar a los convidados, vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: ´Amigo, ¿Cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?´ Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: ´Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Ahí será el llanto y la desesperación. Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos´”.

Aquí, personalmente encuentro una salud de alma y reconciliación. Entiendo ahora que no basta ser llamado al banquete y al Reino. Mi vida tiene que estar recubierta del un traje de fiesta, es decir, de obras buenas, de caridad, de arrepentimiento y de amor a mi prójimo.

Dudo mucho que un asesino despiadado pueda tener este traje. ¡Ni siquiera yo estoy seguro de tenerlo! Pero, es en nuestra vida diaria que debemos ir tejiendo, poco a poco el mencionado traje.

El banquete está cerca. No dejemos que nos tome por sorpresa desnudos.

Lecturas del Domingo: Agosto 13, 2017 – “Tranquilícense y no teman, soy Yo”

“Jesús Caminando Sobre el Mar”, por Amédée Varinhttp://www.culture.gouv.fr/GOUPIL/IMAGES/101_Christ_sur_eau.jpg (Gravures et eaux fortes), Public Domain, Link

En la primera lectura, escuchamos cómo Elías –considerado el más grande profeta del mundo Judío– recibe un llamado de Dios a salir de una cueva en la que se encontraba.

“Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar”.

Antes de salir, y al acercarse el Señor, ocurrieron tres fenómenos poderosos:

  • Un viento huracanado que partía las montañas.
  • Un terremoto.
  • Un fuego.

Pero, según la escritura, Dios no estaba en ninguno de esos eventos. Eran la antesala de su llegada.

“Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave. Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva”.

Imaginemos a Elías, en una cueva, solo, y viendo y sintiendo todos esos sucesos.  Es fácil pensar que él, como cualquier hombre, experimentó miedo. Igual nos pasa a nosotros: tendremos –o hemos tenido, o estamos teniendo– problemas y tribulaciones, algunos de ellos que nos parecerán insuperables… pero debemos tener fé, debemos creer en Jesús, en Dios, pues al final podremos escuchar el suave murmullo de una brisa que antecede la llegada de Dios en su bondad y alivio de nuestras penas y problemas.

Y el Evangelio nos confirma esta historia.

Ahora tenemos a Jesús mandando a los apóstoles, después del milagro de la multiplicación de los panes, “al otro lado de la orilla del mar de Galilea” mientras Él subía al monte a orar. En ese momento entendemos que Jesús se separa de su grupo y ellos avanzan contra corriente –tal como lo hacemos tú y yo en nuestro día a día. Ellos van en su viaje concentrados sólo en problema del viento en contra.

Jesús se les aparece caminando sobre el mar. Ellos, gritan espantados, pues creen que se trata de un fantasma. Así mismo, cuando Jesús aparece en medio de nuestros problemas y nuestra vida, empezamos a dudar, y hasta a tener miedo. Miedo tal vez de que su Luz me muestre lo malo de mis acciones o lo malo en mi vida.

Pero Jesús les dice: “Tranquilícense y no teman, soy Yo“.

Pedro le dice: “Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua“.

¡Ah, dejaríamos de ser humanos! Tentando a Dios, poniéndole condiciones (“si eres tú“). Y aún así, Jesús le dice “Ven“.

Entonces: “Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua, hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse, y gritó: ‘¡Sálvame, Señor!
Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: ‘Hombre de poca fé, ¿porqué dudaste?'”

Igual nos pasa a muchos de nosotros. Cuando todo empieza a caminar, cuando comenzamos a ver la verdadera luz de nuestra propia salvación, cuando estamos listos para emprender el llamado de Dios en nuestra vida… de repente aparecerán eventos inesperados, aterradores tal vez, que nos harán caer de ese llamado.

¿Debemos dejarnos hundir y no llegar hasta donde está Jesús? ¡No! ¡Clamemos a Jesús con nuestro corazón, nuestra oración, y con sinceridad!

“¡Sálvame, Señor!”

Para así poder sentir Su Mano y Su Sostén. Aunque seamos hombres y mujeres de poca fe.

 

Lecturas del Domingo: Agosto 6, 2017 – La Transfiguración de Jesús

La transfiguración de Jesús
La Transfiguración, por Carl Blochhttp://www.1st-art-gallery.com/Carl-Heinrich-Bloch/The-Transfiguration.html, Public Domain, Link

Las lecturas de hoy tienen mucha relación entre sí, pues nos hablan de la magnífica relación entre Jesús y su Padre.

Primero, Daniel nos habla de una visión que se repetirá más adelante en el Apocalipsis de Juan: Un “anciano de muchos siglos” (Dios) que tiene miles y miles de servidores (ángeles), y millones y millones que estaban a sus órdenes (la Iglesia, o sea todos los que creemos).

Luego, Daniel describe cómo viene una persona –alguien semejante a un hijo de hombre (Jesús en su condición humana)– entre las nubes y recibe del anciano la Soberanía, la Gloria, y el Reino.

Daniel termina su visión del Reino de Dios, y cómo el mismo Padre entrega todo el poder a Jesús, con estas palabras:

“Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido”.

Esta primera lectura nos dice que Dios entrega todo el poder a un hombre, sin mencionar su nombre. Y es que Daniel aún no conoce la historia de Jesús, pues su época es de aproximadamente 300 años antes, pero en sus relatos constantemente se mencionan profecías de su llegada.

Pedro nos recuerda de un encuentro especial con Jesús

Dice Pedro en la segunda lectura:

“Dios lo llenó [a Jesús] de gloria y honor, cuando la sublime voz del Padre resonó sobre Él diciendo ´Este es mi hijo amado en quien yo me complazco´. Y nosotros escuchamos esa voz, venida del cielo, mientras estabamos con el señor en el monte santo”.

Pedro habla del evento de la Transfiguración.

La Transfiguración de Jesús

En estos tiempos, es difícil imaginarnos la intensidad de este momento, especialmente cuando tenemos tanto CGI y efectos especiales en las películas de Hollywood que prácticamente ya no nos impresionan. Para poder tener todo en orden, hay que ponerlo en contexto:

“Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a solas con Él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus ropas se volvieron blancas como la nieve”.

Aquí, hablamos de un evento sobrenatural, en el cual se desafían todas las leyes naturales.

La resplandecencia nos habla de energía, la revelación de lo que en realidad somos y en Jesús lo cofirmamos.  Además, se abre un portal para dar paso a otros dos personajes muy importantes:

“De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús”.

Moisés representa la Ley, y Elías es el Profeta más importante para el pueblo Judío; así pues, los dos vienen a reafirmar la autoridad de Jesús, como diciendo que ellos, dos de las más importantes personas de la religión están a la par de Jesús.

El relato termina así:

“Una nube luminosa los cubrió. y de ella salió una voz que decía: Este es mi Hijo, muy amado, en quien tengo puestas mi complacencias; escúchenlo”.

Conclusión

Las tres lecturas nos han presentado a Jesús, a Dios y al gigantezco momento que Dios nombra a su Hijo como el Predilecto, el Soberano sobre todas las cosas. Tres épocas diferentes, tres relatos de gran contenido. Una sola verdad.

Lecturas del Domingo: Julio 23, 2017 – Parábola de la semilla de mostaza

semilla de mostaza
La semilla del grano de mostaza mide entre uno y dos milímetros, pero cuando crece puede alcanzar los 30 pies de alto (unos 10 metros)

Tenemos varias semanas escuchando cómo Jesús nos habla en parábolas, con la idea de esconder el verdadero significado de las cosas a los ricos y poderosos, y descubrirlo a los humildes y mansos de corazón.

Hoy tenemos varias parábolas similares, destacando la de la semilla de mostaza:

“El reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas.”

Y es que es bien interesante que de una semillita que mide sólo uno o dos milímetros, puede darse un arbusto tan grande como de 20 ó 30 pies (hasta diez metros). De igual forma, el sencillo mensaje de Jesús en una región de medio oriente, se convertirá en un árbol gigante de cientos de millones de personas en todo el mundo.

¿Qué hay de la otra historia?

Es cierto que la historia de la semilla de mostaza es muy famosa, pero en el día de hoy también hay otra parábola, tal vez más importante:

“El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña.
“Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo. ‘Señor, ¿qué no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?’ El amo les respondió: ‘De seguro lo hizo un enemigo mío’. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres que vayamos a arrancarla? Pero él les contestó: ‘No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha, y cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero”.

Partes como la de que los trabajadores le preguntan al amo si quiere que arranque lo malo –cizaña– y la respuesta de que no sea que al arrancarla también se dañe lo bueno… déjenlos crecer juntos…¿Cuántas veces no pedimos a Dios que destruya todo lo malo, sin pensar que también se puede llevar a los buenos? ¡Hasta hace que se ponga la piel de gallina!

En fin, si no has entendido bien todos los detalles, aquí está un resumen de acuerdo a la explicación que da Jesús a sus apóstoles:

  • La buena semilla son los buenos ciudadanos del Reino.
  • El sembrador de la buena semilla es el Hijo del Hombre, Jesús.
  • El campo es el mundo.
  • La cizaña son los partidarios del mal, los malos.
  • El enemigo de amo es el diablo.
  • El tiempo de la cosecha es el fin del mundo.
  • Los segadores son los ángeles.

Y termina Jesús: El que tenga oídos, que oiga.

 

Así empezó la vida. Conclusión

Evidencia de la vida primitiva
Evidencia de la vida primitiva ha sido encontrada en chimeneas hidrotérmicas en el fondo del mar. Estas son condiciones muy similares a las de la Tierra hace miles de millones de años. Foto por NOAA – http://oceanexplorer.noaa.gov/explorations/04fire/logs/hirez/champagne_vent_hirez.jpg, Public Domain, Link

En los capítulos anteriores de la serie, hablábamos de cómo la idea básica del Génesis –que dice que el Hombre fue creado a partir de arena, y del soplo de vida de Dios– no es tan fantasiosa como muchos pudieran pensar. Los resultados de una intensa investigación científica demostraron que se puede crear vida en las condiciones más terribles de calor y medio ambiente, pero que esta vida primitiva necesita un “pegamento” que mantenga todos los compuestos químicos en su lugar, sin separarse. Y ese elemento pudo haber sido la arena.

“Creo que los primeros organismos vivientes fueron hechos de arcilla en un 50%” declaró el doctor James Lawless, uno de los investigadores del centro Ames de la NASA que elaboró la teoría de la arena.

Pero, yendo un poco más allá de esto, es necesario reflexionar en el hecho de que la Ciencia y la Religión no tienen que estar en pelea constante, sino que pueden llegar a complementarse una a la otra, y los resultados son sorprendentes.

Durante la investigación, el profesor Lynn Margulis de la Universidad de Boston en Massachusetts,  declaró: “Lo importante en Biología es que lo nuevo se agrega a lo ya existente, y así sucesivamente. No hace falta partir de cero en cada fase del desarrollo y repetir de principio a fin toda la secuencia. El proceso es acumulativo y por eso da origen a la complejidad”.

Así, una vez iniciada, la vida comenzó a cambiar, haciendo cada vez más complejas a las comunidades de bacterias que terminaron por constituir los reinos animal y vegetal que hoy conocemos. Pero el fenómeno más extraordinario fue el avance primordial de lo no vivo a lo vivo, que al parecer ocurrió en las arenas de las playas oceánicas.

“Y dijo Dios: Pulule en las aguas un hervidero de seres vivientes”, reza la Biblia. “Entonces Yavé Dios formó al hombre del polvo de la tierra”.

Como la Biblia lo proclamaba y como propusieron muchas sociedades primitivas –no sólo la religión Católica o Cristiana, sino que hay registros de otras religiones, tribus, y grupos humanos– la vida empezó en el barro, a la orilla del mar, y las moléculas que engendraron la vida surgieron hace mucho tiempo de un puñado de arena.

Apenas empezamos a entender cómo ocurrió esto.

Los bunkers de los ricos y famosos… ¿De qué les servirán?

bunker
Maqueta a escala de un bunker o refugio

Estaba revisando el otro día uno de mis artículos del Apocalipsis, cuando noté una descripción muy interesante: durante la ruptura de los siete sellos, en el último tenemos:

  • Sexto sello: Al romperse, se sintió un gigantesco terremoto que hizo temblar a toda la Tierra. Los ricos y poderosos pedian que la piedras los cubrieran para que Dios no los viera y los dejara en paz, y no les cobrara por sus obras malas.

Y luego, me tope con el siguiente video:

Mi pregunta es, ¿De que les servirá todo lo que gasten, si sus inmundicias están expuestas a los ojos de Dios?

Lecturas del Domingo: Enero 1, 2017 – Día de Santa María, Madre de Dios

María, Madre de Dios
María, Madre de Dios

Hoy es el día de Santa María, Madre de Dios. El tema de María, de cómo concibió a Jesús, de su relación con José, y otros más, es uno de los más espinozos que se pueden tratar con los protestantes, nuestros hermanos separados.

Es tan triste pensar que en muchos templos, su imagen es destruída y hasta atacada con calumnias y bajezas.

Digan lo que digan, un hecho es cierto, claro, y real: María, fue Madre de Jesús. ¿No es eso suficiente para al menos tenerle el mínimo respeto? ¡Si no quieren venerarla, al menos respétenla!

Aquí les va un pensamiento medio complicado para este inicio de año:

Jesús existía desde el comienzo, así lo dice el Génesis. En el comienzo la luz ya existía, y la luz era Jesús, que junto con el Espíritu Santo y Dios forman la Santísima Trinidad. Ellos tres son uno sólo. Ellos tres son uno mismo.

Jesús nace, se convierte en hombre. Jesús es el Dios mismo. María es la Madre de Jesús… por lo tanto, María es la Madre de Dios… ¿no?

Apocalipsis – Parte X

La nueva Jerusalén
By Kimon Berlin, user:Gribeco – own work, based on public domain tapestry (14th century), CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=921959

El día de hoy terminamos la narración de los hechos del apocalipsis. Después de nueve episodios sabemos que la lucha del bien contra el mal es finalmente ganada por Dios y el Cordero, y que la Humanidad sufrirá terribles consecuencias por sus iniquidades, falta de fe, desobediencia, y entrega al enemigo.

Pero, regresando a la parte anterior, sabemos que Satanás, el dragón, ha sido encadenado y lanzado a un abismo por el que estará encerrado por mil años; posiblemente se ha pensando que durante este tiempo el chamuco saldrá reformado al ver que sus planes han fallado. Pero, ¿qué pasará en realidad? Definitivamente ¡el hombre de rojo saldrá encolerizado! Efectivamente, así es: después de ser liberado, el diablo vuelve a poner a mucha gente contra Dios.

¡Ay, Dios Mio! ¿Por qué no hemos aprendido?, ¿Por qué somos de cabeza tan dura y no entendemos todo lo que ha pasado? Los estudiosos dicen que, en mil años, la destrucción del imperio de las bestias y del falso profeta se habrán convertido en historias fantásticas, leyendas. El mil años habrán pasado casi 40 generaciones, y es fácil imaginar que habrá muchos avances tecnológicos y científicos. Tal vez no haya hambres, ni crímenes, y pocas enfermedades. Así que será fácil olvidarse de Dios.

¡Qué terrible! Parece se que la única forma en que la Humanidad puede tener presente a Dios es sólo cuando existen enfermedades, problemas, muertes. Y todavía nos preguntamos por qué Dios nos manda los problemas que tenemos ahora. La respuesta: para que no nos olvidemos de Él. Un poco confuso, pero si te fijas lo que pasará a la gente del futuro descrito en el párrafo anterior, lo comprenderás mejor.

En fin, Satanás logra formar un ejercito gigantesco que sitiará de nuevo a la ciudad donde viven los santos, los justos, y los seguidores de Dios. A punto de atacar, el gigantesco ejercito del mal será destruido por una lluvia de fuego que caerá del Cielo, y el dragón no recibirá más clemencia: será arrojado al mismo fuego eterno donde ya se encuentran la bestia y el falso profeta.

Todo el mal ha acabado por fin.

El último juicio

Después, todos los muertos resucitarán. Recuerda que en el capítulo anterior mencionamos la primera resurrección –la de los justos y los mártires– pero ahora vienen todos los demás. Miles de millones serán juzgados por sus obras, las cuales están escritas en el libro del bien y del mal. Nadie se escapará de este juicio. Todos los malos serán arrojados al mar de fuego, y los buenos a compartir con Dios… en la Nueva Jerusalén.

Finalmente, la Muerte será también vencida y arrojada al mar de fuego.

El dolor y la muerte finalmente desaparecerán.

El último mensaje

Dios le dice a Juan que escriba: “Voy a llegar pronto”.

Tu Alma tiene un precio, ¡y muy alto!

No sabemos si el infierno existe. Decía San Agustín que lo que conocemos como El Diablo –el enemigo–, es el príncipe de la mentira. Y la mayor de las mentiras es negar a Dios.

¿Y qué puede ganar él engañándonos con eso? Cuando tu pierdes tu Espíritu (checa nuestro tratado aquí) tu alma queda flotando. En tu muerte, tu Alma quedará sin incorporarse a Dios, la energía que forma a todo el universo. Es decir, tu Alma quedará a merced de cualquier otra entidad que pueda hacerse de esa energía… y así crecer.

El verdadero infierno es que tu Alma, esa energía que fue diseñada para volver a Dios, no lo encuentre y esté buscándolo por la eternidad.

¿Te parece fantasioso? Pues no lo es. Ponte a pensar un poco y trata de ver que en esta vida se nos están llenando la cabeza de numerosas ideas que nos alejan de la religión. No, no se trata de “yo no creo en un Dios porqué nadie me lo puede demostrar“, estás cayendo de nuevo en la mentira, y ese es su juego.

Todos los acontencimientos (ataques terroristas, muertes violentas) que están sucediendo en este momento en nuestro mundo, están diseñados para hacerte temer y dudar. Muchos comentarios circulan con el tema “los ataque se hacen en nombre de un Dios, ¡despierten!“, y no cabe duda que lo hace la gente en buena intención, pero esa siempre ha sido la historia.

El enemigo tiene mucha paciencia, y por siglos ha preparado todos los engranes que ahora mismo se están moviendo para ponernos donde estamos.

Analiza la cosas. Todo se está haciendo por dinero, por los grupos que están detrás de las grandes organizaciones mundiales. Ellos tienen ya todo el dinero del mundo. Tienen todo el poder político. Ellos detienen todas las cosas que por lógica ya deberían estar creadas ahora mismo:

  • Vacunas contra el cancer
  • Autos eléctricos
  • Formas alternas de energía
  • Y muchas más

Si ellos tienen todo, ¿por qué quieren más? ¿No es más fácil que hagan cosas buenas por la humanidad? Claro que podrían hacerlas, pero no las harán. Todos ellos son parte de la gran mentira que tiene por misión acabar con la esperanza y la creencia en Dios.

¿Acaso no es más fácil manipular a un pobre, hambriento, y en necesidad que a uno satisfecho, tranquilo, y en paz?

Tu Alma tiene un gran precio, y ellos están ¡buscándola! ¡Despertemos!

 

Alma y Espíritu

Se entiende que nuestros cuerpos son elementos biológicos imperfectos: nacemos, crecemos, nos reproducimos, desarrollamos enfermedades,  cambiamos, y en un proceso constante nos vamos gastando. Es algo natural que compartimos con todos los seres de la naturaleza.

No me malinterpretes. El cuerpo humanos es una maravilla en todos los aspectos.

Sin embargo –y por más que Neil deGrasse Tyson, Carl Sagan, Stephen Hawkins, y otros carbones digan lo contrario– el cuerpo en sí no puede funcionar solo, necesita del Alma y el Espíritu para poder vivir primero y luego comprender su alrededor, para poder sentir, para poder amar.

El Alma es la combinación de cuerpo y vida, es la verdadera chispa que permite la vida. Todos los seres vivos tienen Alma.

El complemento del alma es el Espíritu, el cual representa la unión de un ser con Dios. Es el enlace íntimo de nuestra vida con nuestro Creador. Usualmente, el espíritu te es dado, tu lo recibes.

Un cuerpo sin espíritu es sólo un elemento biológico como la bacteria o el virus, los cuales realizan sus acciones pero no avanzan más alla, no son capaces de amar o de sentir compasión, ternura, cariño.

Aquí te va un hecho muy interesante: los animales tienen alma, pero muchos dicen que no tienen espíritu. Yo difiero de eso: algunos animales logran desarrollar un espíritu.

Todos nacemos con entendimiento biológico. Una mosca sabe que tiene que comer, reproducirse, vivir. Lo mismo ocurre con una vaca.

Decía el escultor Henry Moore: Si tu pones un arreglo de joyas de oro sobre el césped o grama, y se lo enseñas a una vaca, ella desdeñará el oro y se comerá lo verde. Pero nosotros vemos arte, vemos más allá de lo que nuestros sentidos nos enseñan.

El espíritu es una liga con Dios. Cuando una persona pierde lo pierde desaparece esa relación íntima, y eso no es algo poco común: desafortunadamente ocurre con mucha frecuencia.

La Parábola del Invitado sin Vestido de Fiesta

Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?” El se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.” Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.
Mateo 22, 11-14

¡Agárrenlo y échenlo pa`fuera! "Teachings of Jesus 29 of 40. the man without a wedding garment. Jan Luyken etching. Bowyer Bible" by Phillip Medhurst - Photo by Harry Kossuth. Licensed under FAL via Commons.
¡Agárrenlo y échenlo pa`fuera! “Teachings of Jesus 29 of 40. the man without a wedding garment. Jan Luyken etching. Bowyer Bible” by Phillip Medhurst – Photo by Harry Kossuth. Licensed under FAL via Commons.

Los invitados son las almas, ¿A qué crees que se refiere Jesús cuando habla de un comesal sin traje de boda? ¡Pues a una Alma sin Espíritu! ¿Echarle a las tinieblas? pues creo que sabes de dónde estamos hablando, ¿verdad?

Acerca de los asesinos, malechores, ladrones

Viendo todos los días las noticias de todas las barbaridades unca falta quién pregunte: ¿Por qué existen asesinos tan sanguinarios? ¿Cómo es posible que lleguemos a tales grados de horror?

No nos queda mas que pensar que toda esa gente tiene Alma, sí por que están vivos. Pero no tienen espíritu. Son seres como las bacterias: viven y existen, pero al final de sus dias: “Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.”