Lecturas del Domingo: Julio 28, 2019 – Pidan y se les dará

Pidan y recibirán
“Pidan y recibirán”, ilustración por Phillip Medhurst – Photo by Harry Kossuth, FAL, Link

Recuerdo un día que uno de nuestros hermanos separados –término con el que se les llama en la Iglesia Católica a los hermanos protestantes– me dijo un poco fastidiado que los cánticos escandalosos de las iglesias católicas, especialmente aquellas con coros carismáticos, no eran del agrado a Dios, ya que a Él no se le debía de “molestar” con insistencias acerca de nuestras mundanas necesidades.

El Evangelio de San Lucas de hoy nos dice exactamente lo contrario:

“Supongan que alguno de ustedes tiene un amigo que viene a medianoche a decirle: ‘Préstame, por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle’. Pero él respondió desde dentro: ‘No me molestes. No puedo levantarte a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y yo ya estamos acostados'”.

Tomemos en cuenta que las casas en ese entonces no contaban con las cómodas cerraduras de que disponemos en la actualidad, a las que les ponemos el seguro y –en casos avanzados– un password para controlar el mecanismo con nuestros teléfonos.

No. En esos días, al cerrarse la puerta era para ya no abrirla hasta el día siguiente, pues había que mover grandes rocas o quitar enormes tablones que las bloqueaban. Una persona tendría muchos problemas para abrirla ella sola; por eso la narración de Jesús menciona que los hijo ya estaban acostados.

Jesús continuó: “Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su molestia insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite.
“Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra; y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes un padre que, cuando su hijo le pida pan, le de una piedra? ¿O cuando le pida un pescado le de una víbora? ¿O cuando le pida huevo le de un alacrán? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan”.

Que tu boca nunca deje de alabar a Dios. Y nunca temas o te avergüences de pedirle a Dios por tus necesidades o las de los demás.

Lecturas del Domingo: Julio 21, 2019 – ¿Qué es lo que te preocupa?

Martha and Mary
“Jesús en la casa de Marta y María”, por Johannes VermeerfwE2zem7WDcSlA at Google Cultural Institute maximum zoom level, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=21865869

La semana pasada, el evangelio de San Lucas nos hablaba de la parábola del Buen Samaritano y conocimos quién era el prójimo. Esta semana, San Lucas nos pasa el mensaje de Jesús de que no debemos preocuparnos por las cosas terrenales como lo hacemos todos los días, sino que hay cosas más importantes que merecen nuestra atención, y el ejemplo lo ponen las hermanas Marta y María:

“En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entretanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: ‘Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude'”.

En nuestra vida, siempre tenemos situaciones que nos preocupan: la escuela, el trabajo, el dinero, la hipoteca de la casa, y una lista sin fin de cosas que siempre nos causan ansiedad y hasta nos hacen perder el trabajo.

Durante nuestra vida diaria, la monotonía puede hacer que perdamos de vista lo que realmente importa: Nuestra relación con Dios a veces se ve afectada cuando no tenemos ni tiempo para rezar y hablar con nuestro Dios, o al menos leer un poco de su palabra. Pero también nuestras familias y los cercanos a nosotros –nuestro prójimos– sufren de nuestra pérdida de vista de lo que verdaderamente importa.

Jesús le respondió a Marta:

“Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará”.

Este día, hagamos una pausa en nuestras ajetreadas vidas y tomemos una o dos horas para dedicarlos a nuestras familias. En alguna oportunidad también volvamos nuestra atención a los voluntariados para los más necesitados. Y, principalmente, démonos un tiempo para asistir a misa, rezar el rosario –si no lo sabes, pues comenzar a aprenderlo– leer alguno de los evangelios, ver el canal católico en la televisión, conocer un poco más la vida de alguno de los santos, etc.

Hay mucho que nos falta en nuestro corazón. No ignoremos a Jesús que nos llama y nos habla todos los días.

Lecturas del Domingo: Julio 14, 2019 – El Prójimo

El buen samaritano
“Parábola del Buen Samaritano”, por Jan Wijnantshttp://www.hermitagemuseum.org/wps/portal/hermitage/digital-collection/01.+Paintings/46144, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4088414

Hoy es el décimo quinto domingo del tiempo ordinario. El principal tema de hoy es referente a la primera parte de la Ley de los Judíos:

“Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tus fuerzas y con todo tu ser, y al prójimo como a ti mismo”.

La narración del evangelio de San Lucas de hoy es acerca de un doctor de la ley –esos que se sabían los libros de las leyes de pies a cabeza, y que eran los únicos autorizados para interpretarla y darla a conocer a los demás– que quiere poner a prueba a Jesús, y le pregunta qué hay que hacer para conseguir vida eterna. Jesús le pide que le diga el párrafo de la Ley que está escrito arriba.

Continúa la narración diciendo que el doctor volvió a tentar a Jesús, pera esta vez preguntando:

“Y, ¿Quién es mi prójimo?”

Jesús respondió:

“Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vió y pasó de largo. De igual modo, un levita que pasó por ahí lo vió y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y se las vendó, luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón, y cuidó de él. Al día siguiente sacó dos denarios, se los dió al dueño del mesón y le dijo: ‘Cuida de él, y lo que gastes de más, te lo pagaré a mi regreso’
“¿Cuál de los tres te pare que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones? El doctor de la ley le respondió: ‘El que tuvo compasión de él’. Entonces, Jesús le dijo: ‘Anda y haz tú lo mismo'”.

Los samaritanos, siempre se han considerado herederos por ley del legado de Abraham, de las doce tribus de Israel, y miembros de la alianza eterna con Dios, al igual que los judíos. El problema es que estos últimos, no los consideraban dignos de compartir el legado de la Alianza. Por siglos, samaritanos y judíos estaban en peleas a muerte, llegando a cometer increíbles ofensas unos contra los otros.

Por eso, cuando Jesús presentó esta parábola que ayudó a su prójimo, muchos se escandalizaron: ¡Cómo era posible que un samaritano corriera tantos extremos por ayudar a un extraño, a un judío, y que ninguno de su propia raza (el sacerdote y el levita) lo hubieran atendido!

¡No cabe duda que cuando Jesús quiere dar una lección, no tiene ninguna reserva de usar los ejemplos más extremos y más incómodos para su pueblo!

El prójimo es tu hermano, tu amigo, esa persona que te cae muy bien, esa persona que siempre está cercas de ti. Pero, el prójimo también es tu enemigo. El prójimo también es que te hace daño. El prójimo también es el asesino al que nadie quiere ayudar o defender.

Jesús nos pide que este día meditemos el mensaje de salirnos de nuestra burbuja de confort y pongamos en acción –aunque sea poquito a poquito– para acercarnos a quienes más lo necesitan, sin importar quienes son, dónde viven, o el mas que han hecho.

Es difícil, pero con la ayuda de Dios y con las enseñanzas de Jesús, todo es posible.

Sólo hay que saber escuchar.

Cuando escuches el llamado de Jesús

Cruz
Señor mío, y Dios mío. Rey del Universo y de todas las naciones.

En la lectura del Evangelio de este pasado domingo, escuchamos a San Lucas hablarnos de las misiones y del grupo de 72 nuevos misioneros que Jesús mismo escogió.

Cuando escuches el llamado de Jesús para llevar a cabo su misión, no temas ni te acongojes, pues conoce la verdad de que Jesús estará contigo:

“Yo los envío como corderos, en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino”.

No te preocupes por el dinero, ni por cosas materiales, ni por la ropa. Increíblemente, Dios proveerá. Y no se distraigan con los que les diga la gente (no se detengan a saludar a nadie por el camino).

“Cuando entren en una casa, digan: ´Que la Paz reine en esta casa´. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes, se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier casa que los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: ´Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios´”.

No temas y entrégate a Jesús. Él siempre cumple su Palabra.

 

Lecturas del Domingo: Julio 7, 2019 – Nuestra Misión

Misioneros
Misioneros católicos en Papúa, Nueva Guinea, por Institute of the Incarnate Word – http://www.iveamerica.org, Public Domain, Link

Hoy celebramos el XIV Domingo del Tiempo Ordinario, y el tema principal es La Misión que Dios nos ha puesto en el camino.

La lectura del Evangelio de San Lucas nos dice que Jesús escogió a un grupo de setenta y dos discípulos y los mando en parejas a los pueblos que Él pensaba visitar para que fueran anunciando la Buena Nueva. De antemano les dijo que ellos podrían expulsar demonios, curar enfermos, y hacer milagros en el nombre de Dios. También les pidió que no forzaran su entrada a las casas, pues la gente, o los recibiría bien o los recibirían mal.

“Si entran a una ciudad y no los reciben, salgan por las calles y digan: ´Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos, en señal de protesta contra ustedes. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca´. Yo les digo que el día del juicio, Sodoma será tratado con menos rigor que esta ciudad.
“Los setenta y dos discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a Jesús: ´Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre´”.
“Él les contestó: ´Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A ustedes les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la fuerza del enemigo, y nada les podrá hacer daño. Pero no se alegren de que los demonios se les someten. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo´”.

Todos somos misioneros de Cristo, y a todos se nos ha dado un don para ayudar a los demás en el nombre de Jesús. Nuestras misiones no necesariamente están a millones de kilómetros de distancia, en otros países o continentes. Muchas veces, nuestra misión está en nuestra propia comunidad, y hasta en nuestra propia casa.

Educando a nuestros hijos; participando en la ceremonia eucarística; llevando la comunión a los hermanos de nuestra comunidad que no pueden ir a la iglesia; participando en las actividades de nuestros templos; etc.

No ignoremos ese llamado.

Domingo del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi)

Alimentando a la multitud
“Alimentando a la multitud” por Bernardo Strozzi – http://www.1st-art-gallery.com/Bernardo-Strozzi/The-Miracle-Of-The-Loaves-And-Fishes.html, Public Domain, Link

Hoy celebramos el Domingo del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, también conocido como Domingo de Corpus Christi. El Evangelio de San Lucas nos trae el mensaje de la multiplicación de los panes y pescados como la lectura de hoy:

“En aquel tiempo, Jesús habló del Reino de Dios a la multitud y curó a los enfermos.
“Cuando caía la tarde, los doce apóstoles se acercaron para decirle: ´Despide a la gente para que se vayan a los pueblos y caseríos a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar solitario´. Él les contestó: ´Denles ustedes de comer´. Pero ellos le replicaron: ´No tenemos mas que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente´. Eran como cinco mil varones.
“Entonces, Jesús dijo a los discípulos: ´Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta´. Así lo hicieron, y todos se sentaron. Después, Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados, y levantando su mirada al cielo pronunció sobre ellos una oración de acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, para que ellos los distribuyeran entre la gente.
“Comieron todos y se saciaron, y de lo que sobró, se llenaron doce canastos”.

Uno de los más bellos relatos que está en los cuatro evangelios de la Iglesia Católica (Juan, Mateo, Marco y Lucas), haciéndolo uno de los milagros documentados –y, por decirlo así, comprobado históricamente, puesto que los autores no tuvieron en contacto entre sí durante sus propias redacciones, y todos coinciden en varios aspectos importantes:

  • Eran como cinco mil varones. Eso quiere decir que ademas de ellos, estaban las esposas y los hijos. Algunos cálculos ponen el número total en más de quince mil personas.
  • Todos comieron y se saciaron.
  • Se llenaron doce canastos. Curioso número, pero uno de los más importantes en la Biblia: 12 hijos de Jacob, 12 tribus de Israel, 12 apóstoles; en Daniel 12:12, él habla del número 1,335 (1+3+3+5=12), etc.

Pero lo más importante: el recordatorio de que teniendo Fé en nuestro Señor Jesús, todo es posible, hasta alimentar a más de 15 mil personas con sólo dos pescados y cinco panes.

Lecturas del Domingo: Diciembre 30, 2018 – La Sagrada Familia

Imagen de la sagrada familia
La Sagrada Familia

El día de hoy celebramos a La Sagrada Familia: el pequeño Jesús, su padre San José y la Virgen María. Y la lectura del Evangelio de este día es conocida por la tradición popular –y en los misterios del rosario– como el relato del “niño perdido y hallado en el templo”:

“Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que los padres lo supieran.
“Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca”.

Conozcamos un poco del contexto de esta historia. El camino de Jerusalén a Belén no es nada fácil. Se trata de una distancia de aproximadamente 90 millas (135 Kms), que la gente pobre tenía que recorrer en caravanas, algunos en carros tirados por animales, otros en mulas, y los más pobres a pie. Pero dichas caravanas se dividían: primero salían los niños uno o dos días antes, luego las mujeres y al final los hombres, con un día de atraso pues ellos caminaban más rápido que los demás.

Pasó un día de viaje cuando San José y María, de alguna forma se dieron cuenta de que Jesús no iba en la caravana de los niños. Posiblemente era la mitad del camino, y es entonces que se deciden regresar. Definitivamente, no se trata ni de un chiste ni de algo que se toma a la ligera.

¿Qué actitud hubieran tenido mis padres si les hubiera hecho eso?

En fin, sigue el relato:

“Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas.
“Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo: ´Hijo mío, ¿porqué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando, llenos de angustia´. Él les respondió: ´¿Porqué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme de las cosas de mi Padre?´. Ellos no entendieron la respuesta que les dió.
“Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad. Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas.
“Jesús iba creciendo en saber, en estatura y en el favor de Dios y de los hombres”.

El contenido de este relato del Evangelio de San Lucas nos habla de muchas cosas; por ejemplo, de cómo la adolescencia marca el parteaguas de la vida de una persona: el joven que, basado en lo que ha aprendido en su familia, tiene que buscar su propio camino, veces ante la incomprensión de sus padres que han montado en sus mentes y corazones expectativas a las que los hijos no responderán necesariamente.

Hagamos de la Sagrada Familia un ejemplo para las nuestras. Ante la incomprensión y la desesperación que a veces sentimos con nuestros hijos, recordemos que hasta el mismo Jesús nos dio una lección de ellos también deben buscar sus vidas, pero siguiendo sometidos a la autoridad de sus padres.

 

Lecturas del Domingo: Diciembre 9, 2018 – Adviento: Fé

San Juan Bautista
“La prédica de San Juan Bautista” por Pieter Brueghel the ElderOwn work Yelkrokoyade Taken in 20/07/2013, Public Domain, Link

La vela de hoy está dedicada a la Fé.

Seguimos en el tiempo de Adviento, es decir, de preparación. Y el Evangelio de San Lucas de este día nos habla de Juan el Bautista y su mensaje de preparación para la llegada de Jesús.

Pero, lo más interesante de hoy es cómo Lucas nos demuestra que las Sagradas Escrituras tienen sus raíces en la historia. Mucha gente reniega de la fé cristiana acusándola de falsedad, mito y leyenda.

Pero Lucas nos dice:

“En el año décimo quinto del reinado de César Tiberio, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, Herodes, tetrarca de Galilea, su hermano Filipo, tetrarca de las regiones de Iturea y Traconítide; y Linsanias, tetrarca de Abilene; bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios en el desierto sobre Juan, hijo de Zacarías“.

Marcando coordenadas históricas de emperador, reyes y procurador. Pero no sólo eso, sino que también nos muestra una jerarquía de posiciones sólida, que no va mucho más allá de un simple rumor o fantasía.

Termina la lectura con el mensaje de preparación de Juan:

“Entonces comenzó a recorrer toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de penitencia para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro de las predicciones del profeta Isaías:
“Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina, rebajada; lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán allanados y todos los hombres verán la salvación de Dios”.

Juan nos invita a prepararnos para recibir a Jesús. En este tiempo de Adviento, reflexionemos lo que en realidad significa su mensaje y enderecemos el camino todavía que hay tiempo.

Escuchemos a la verdadera voz que clama en el desierto de nuestro corazón.

 

Lecturas del Domingo: Enero 31, 2016 – Domingo de Profetas

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Rembrandt Harmensz. van Rijn – Jeremías lamentando la destrucción del templo de Jerusalem – Google Art Project” by Rembrandt4gE-j88Uz3znNw at Google Cultural Institute, zoom level maximum. Licensed under Public Domain via Commons.

Este es un Doming muy especial, pues está dedicado a los Profetas y sus dones.

El Libro de Jeremías, en la primera lectura, nos habla de cómo fue su consagración como Profeta de Dios. Desde que estaba en el vientre de su madre, Nuestro Señor ya lo había seleccionado y marcado para llevar la palabra incluso a los lugares más peligrosos.

Mi boca anunciará tu salvación, Señor.
Salmo 70

En la segunda lectura, escuchamos la primera carta de San Pablo a los corintios, y nos eteramos de una de las más hermosas verdades fundamentales del Cristianismo:

El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene evidia; el amor no es presumido ni se envaneceñ no es grosero ni egoísta; no se irrita ni guarda rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad. El amor disculpa sin limites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin limites.

¡Ah, qué lección para todos aquellos que dudan de la palabra de Dios!

Finalmente, en el Evangelio de San Lucas (4,21-30), nos enteramos de que nadie es profeta en su tierra, y para demostrar esta afirmación leemos que hasta el mismo Jesús es casi tirado a despeñadero cuando en su enseñanza toca una de los más delicados nervios de la gente de Galilea, su región natal.

Lecturas del Domingo: Enero 24, 2016 – ¡Alégrense en el día del Señor!

La Iglesia somos todos
La Iglesia no es sólo el edificio. Todos somo la Iglesia. “Our Lady of Sorrows 080202 feedback” by Original by User:JeremyA , edited version by User:Capital photographer – . Licensed under CC BY 3.0 via Wikipedia.

Preciosas lecciones en este día. Conocerémos como se instituye la misa con púlpito, Pablo regañará suavemente a la gente, y Lucas vuelve a detallar históricamente la vida de Jesús.

En la primera Lectura, Nehemías explica cómo Esdrás, un sumo sacerdote, pone un estrado de madera y sube a el. Luego le enseña al pueblo reunido el Libro de la Ley y lo comienza a leer. Los levitas explican lo que dice el libro y el pueblo se emociona hasta las lágrimas. Al ver esta conmovedora escena, el gobernador y los sacardotes le dicen al pueblo: “Este es un día consagrado al Señor, alégrense, coman espléndidamente, tomen bebidas dulces y compartan con los que no tienen. No estén tristes, porque celebrar al Señor es nuestra Fuerza“.

Salmo del día: Tus plabras Señor son espíritu y vida. Salmo 18, 8, 9, 10, 15.

La segunda lectura nos muestra a Pablo regañando suavemente al pueblo que empezaba a tener divisiones por envidias y el clásico “Yo soy más importante que tú”. Pablo utilizará la anécdota de cómo los miembros del cuerpo no pueden vivir unos sin los otros (El pie no puede decirle al ojo no te necesito). Luego establece claramente la jerarquía de la Iglesia.

Finalmente, después de un par de semanas, volvemos a tomar el Evangelio de San Lucas. Hablábamos antes (haz click aquí) de que Lucas no convivió con Jesús. Él es un médico, que es extremadamente ordenado y sigue un modelo riguroso de investigación. Hoy nos habla de cómo Jesús entro en el templo en el sábado, leyó uno de los royos de las escrituras, y solemnemente declara: “Hoy mismo se cumple este pasaje de la Escritura que acaban de oír”. ¿De qué se trataba?

El Espíritu del Señor está sobre mí.